Latinoamérica
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Informe de la CEPAL
Pobreza y Objetivos del Milenio en
Latinoamerica
Juan Antonio Zúñiga
La Jornada/Rebelión
A pesar de que la pobreza extrema, "un dólar por día", difiere entre los países
latinoamericanos, resulta imprescindible que el producto por habitante aumente a
una tasa anual de 2.9 por ciento durante los próximos 11 años para reducir a la
mitad la magnitud de este fenómeno en la región y poder cumplir con los
"Objetivos de Desarrollo del Milenio", advierte un estudio de evaluación
difundido por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
El estudio, que será presentado hoy al presidente Vicente Fox Quesada, señala
que para el caso de México se requiere de un incremento de 3.1 por ciento en el
producto per cápita durante 11 años consecutivos, lo que implica sostener una
tasa de expansión económica de 4.6 por ciento en el mismo periodo para abatir a
la mitad el número actual de habitantes en pobreza extrema, estimado por el
organismo en 13.4 millones de personas.
Actualmente, precisó la Cepal, 18.6 por ciento de la población total de América
Latina, alrededor de 96 millones de personas sobreviven a partir de las "líneas
de indigencia" o de pobreza extrema basadas en el costo de satisfacer las
necesidades básicas de consumo alimentario de la población de los países de la
región. En tanto que el número de pobres (incluidos esos 96 millones) se estima
en 222 millones de habitantes, quienes representan 42.9 por ciento del total.
Esto significa que uno de cada cinco habitantes de Latinoamérica sobrevive en
condiciones de pobreza extrema, y 4 de cada 10 se encuentra en una situación de
pobreza a secas. Pero aclara que más de la mitad de la población en extrema
pobreza se concentra en tres países: Brasil, con 25 por ciento; México, con 14,
y Colombia, con 12 por ciento.
De esas cifras, agrega, "se desprende que el mayor número de personas afectadas
por este fenómeno se encuentra justamente en los países de mayor población, que
son los que han alcanzado un nivel de ingreso por habitante cercano o superior
al promedio regional".
Una vez más el estudio coordinado por la Cepal insiste en que "la cuestión del
endeudamiento externo continúa siendo uno de los principales condicionantes para
el desarrollo de la región", y ubica en 750 mil millones de dólares el monto
actual de la deuda externa.
Apunta que "el elevado endeudamiento externo de América Latina y el Caribe es un
factor estructrural preocupante que atenta contra la posibilidad de que la
región ingrese en un sendero de desarrollo sostenible", y apunta que "la posible
fluctuación del costo de la deuda se convierte, una vez más, en una fuente de
vulnerabilidad para la región que eleva el riesgo de las inversiones e inhibe la
atracción de recursos financieros".Y concluye: "la carga que los servicios de la
deuda representan para las finanzas públicas afecta seriamente la capacidad de
los Estados de llevar adelante políticas sociales".
Este estudio, que fue elaborado por once agencias de las Naciones Unidas y
coordinado por la Cepal, señala que en el establecimiento de los llamados
Objetivos del Milenio se dio una importancia menor a un elemento fundamental de
la pobreza: el desempleo.
"La superación de la pobreza absoluta en la región no puede desconocer la
necesidad de velar por la generación de empleo -en cantidad y calidad
adecuadas-, toda vez que la mayor parte de los recursos de los hogares
destinados a satisfacer las necesidades básicas de sus miembros proviene de los
ingresos laborales", apunta el documento. Y precisa: "No obstante la centralidad
del empleo, los Objetivos de Desarrollo del Milenio sólo insinúan su importancia
por medio de la meta 16, que alude a la reducción del desempleo abierto entre
los jóvenes".
Sobre este tema enfatiza que, "en la década de los noventa, siete de cada 10
nuevos puestos de trabajo generados en la región fueron informales, de baja
productividad e ingresos. Por tal motivo, una elevada fracción de la fuerza de
trabajo no cuenta con sistemas adecuados de protección social en materia de
salud, seguro de desempleo y acceso a sistemas jubilatorios y de pensiones que
aseguren niveles de bienestar justos para la población adulta mayor".