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Latinoamérica

Bolivia en la hora de los movimientos sociales

Cualquier solución pasa por atender sus demandas

José Pinto

Alai-Amlatina

Promediando el día, esta ha sido la jornada con mayor intensidad en las movilizaciones que sacuden La Paz desde hace tres semanas.  Los bloqueos camineros ya superan media centena y varios pozos petroleros, estaciones de bombeo y fuentes de agua han sido tomados por campesinos.
La situación límite parece llegar a la hora de las soluciones y los movimientos sociales están demostrando que, cualquier solución pasará por la atención de sus demandas.
El llamado que realizó la Iglesia Católica, después de sus reuniones con el presidente Carlos Mesa, los presidentes de las cámaras de senadores y diputados y el presidente de la Corte Suprema de Justicia, para que los movimientos sociales depusieran sus medidas de presión, no logró sus resultados y, el propio presidente Mesa tuvo que salir de Palacio Quemado en un momento en que una de las columnas estuvo a punto de ingresar ala Plaza Murillo.
En estos momentos es vox pópuli, que cualquier salida, a excepción del golpe militar, pasa también por la sucesión constitucional incluidas las renuncias del presidente Mesa y de los presidentes del Senado y Diputados.  No sólo los obispos sino el propio Evo Morales, que hasta ayer resistía a pedir la renuncia del presidente, se sumó hoy por la tarde a dicha demanda.
Pero la solución no será definitiva porque la polarización entre los proyectos políticos de los movimientos sociales y los encabezados por el Comité Cívico de Santa Cruz continuarán pugnando por alcanzar hegemonía nacional, cada uno con sus fortalezas y debilidades.  Y esto es importante señalarlo.
Los "cívicos" representados y apoyados por los sectores empresariales, incluidas las empresas petroleras, tienen como principal debilidad su carácter económico-corporativo y regional, cada vez más cuestionado por sectores populares, a pesar de la acción de sus cuerpos de choque juveniles.
Los movimientos sociales a los que se han sumado transportistas, gremialistas (vendedores ambulantes) y otros sectores, tienen como principal debilidad la falta de un comando unificado y la falta de apoyo de la clase media, muchos de cuyos intelectuales ocupan cargos en ministerios y dependencias pública del actual gobierno; por ello, a diferencia de lo que ocurriera en octubre de 2003, en esta oportunidad no tiene espacios para influir en las soluciones.
En consecuencia, la solución sólo será temporal y todo indica que la salida definitiva pasará por terrenos no previsibles.
Los empates no parecen tener cabida.