Latinoamérica
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Por qué EEUU hizo de Chávez su ''bestia negra''
Ernesto Carmona*
www.ElMostrador.cl
¿Por qué Hugo Chávez se convirtió en la "bestia negra" de Estados Unidos? El
venezolano casi opaca a Fidel Castro, su colega en el "eje del mal"
latinoamericano. Así como los chinos cañonearon por años la isla Quemoy de
Formosa, no pasa una semana sin que altos funcionarios del país del norte
disparen su más gruesa artillería contra el régimen de Chávez. Los más activos
en el cañoneo retórico han sido Roger Noriega, secretario de Estado Adjunto para
América Latina, y su antecesor, el tristemente célebre Otto Reich, al que Chávez
llama "acaudalado imprudente", y no sin razón porque hoy están saliendo a la luz
sus negocios oscuros con Petróleos de Venezuela (PDVSA), la petrolera estatal
que estuvo controlada por una jerarquía pro-estadounidense hasta que el gobierno
venezolano la reestructuró en 2003, despidiendo a tres decenas de miles de
"cuadros" burocráticos.
También han exhibido su agresividad como artilleros retóricos el general Richard
Myers, jefe del Comando Sur del Ejército norteamericano (que actúa en América
Latina) y uno que otro aliado latinoamericano, como el ministro de Defensa de
Colombia, Jorge Alberto Uribe Echavarría.
La urticaria que Chávez le provoca a EE.UU. es de vieja data. Por algo desató el
frustrado golpe militar del 11 de marzo de 2002. También ha ocupado la atención
de Condoleezza Rice, la secretaria de Estado, y del jefe, George Bush, a quien
Chávez llama "Míster Danger", personaje de la novela Doña Bárbara, de Rómulo
Gallegos. También irrita a EE.UU. la condena venezolana del Alca, el proyecto de
Bush padre que debió inaugurarse a comienzos del 2005, y el constante rechazo de
Chávez al modelo neoliberal.
Ahora la urticaria empeora desde que Chávez proclamó hace pocos días que su
experimento social es anticapitalista y lo proclamó como "el socialismo del
siglo 21", aunque todavía están pendientes los textos teóricos. También hizo
suyo el concepto "democracia revolucionaria", acuñado por el recientemente
fallecido André Gunder Frank, intelectual canadiense.
El factor petrolero
La ira estadounidense desatada en las últimas semanas bien podría estar
vinculada al cobro efectivo de los primeros pagos del significativo aumento de
las regalías (royalties) petroleras de sólo 1% que gravaron casi una década a
las compañías transnacionales que producen la quinta parte del crudo venezolano,
600 mil barriles diarios, entre las que figuran las estadounidenses ExxonMobil,
ConocoPhillis y ChevronTexaco.
Suena a redundancia, pero las petroleras gozaron de un generoso regalo. La
regalía de 1% equivale a 20 centavos de dólar por barril al precio (irreal) de
20 dólares. Con el aumento dispuesto por Chávez a fines de 2004, la regalía se
elevó a 16 dólares por barril producido de las transnacionales que tienen
"asociaciones estratégicas" con PDVSA. En estos negocios también participan la
alemana Veba Oel, la francesa Total y la noruega Statoil. Son cuatro desarrollos
que representan inversiones por 14 mil millones de dólares para producir este
año 600 mil barriles diarios de una calidad que oscila entre 16 (pesado) y 32
grados (liviano) API.
La recaudación fiscal se elevó de 46 a 600 millones de dólares anuales. Mientras
las corporaciones pagaban 1%, PDVSA jamás dejó de pagar al Fisco una regalía de
30%, equivalente a más de 6 dólares por barril en base al precio de 20 dólares,
una situación que evoca la generosa contribución de la chilena Corporación del
Cobre (Codelco), en tanto las compañías extranjeras gozan de ausencia de
regalías por el cobre que se llevan y ni siquiera pagan impuesto sobre la renta
por las utilidades de sus negocios en Chile. En el primer trimestre 2005,
Codelco obtuvo ganancias de 925 millones de dólares, contra 461 millones de
Escondida, la compañía cuprera del grupo Luksic, en tanto la matriz del grupo
Anacleto Angelini, AntarChile, alcanzó ganancias de 187 millones de dólares.
La Exxon utiliza en Venezuela los mismos trucos para evadir impuestos que empleó
en Chile su filial Disputada de Las Condes, que fue adquirida en 100 millones de
dólares, generó "pérdidas" durante un cuarto de siglo, y terminó vendida en
1.300 millones de dólares al consorcio Anglo American. Los alcaldes de Cabimas y
otras localidades petroleras cercanas a Maracaibo se quejan de que Exxon ni
siquiera paga las rentas municipales aduciendo "pérdidas".
El factor petrolero explica también la ira de EE.UU. con Chávez. El petróleo
signa intrínsicamente al gobierno de George Bush y a todo su entorno. Su padre
es un factotum del petróleo de Texas; su política exterior, o mejor dicho sus
guerras, son energéticas; las invasiones de Irak y Afganistán tienen impronta
petrolera y gasífera; el vicepresidente Dean Cheney es un hombre de la
Halliburton, la compañía que se "adjudicó" casi todos los contratos en el Irak
ocupado hace dos años, y todavía sin domesticar; y Condoleezza Rice tiene tantos
vínculos con Chevron Corp. que hay un transporte de crudo de la compañía que
lleva su nombre.
Derrota convertida en "victoria"
Desde su derrota en la OEA, presentada como una "victoria" de su diplomacia,
EE.UU. mantiene un cauto silencio, a pesar de la solicitud venezolana de estos
días para que se vayan a casa los últimos cinco asesores militares
estadounidenses que todavía permanecían rezagados como "docentes" en los
institutos castrenses. Los militares de EE.UU. no caen bien desde que estuvieron
implicados en el golpe fallido de 2002.
Por estos días, la artillería retórica más pesada de Washington sigue rumiando
su pérdida de influencia en la OEA ante la rebeldía sin precedentes acaudillada
por el llamado Bloque del Sur, con José Miguel Insulza como su máximo
abanderado, sólo con la reticencia de Perú y Bolivia, más México que votó en
blanco o se abstuvo entre los 34 países miembros de la ayer criticada
organización intermaericana.
Ernesto Carmona es periodista y escritor chileno(