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Latinoamérica

Una Pedrada para la Globalización

Eloy Reverón
erivem@cantv.net

Hay mucha gente que piensa que no se puede hacer nada contra la Globalización porque cree que se trata de un monstruo de siete cabezas como los de la Leyenda de San Jorge. Que es invisible y que está en todas partes como un Dios que todo lo ve y todo lo controla, pero no es más que una nueva forma de colonialismo.
Cuando el Neoliberalismo abrió alas a su imaginación soñando que ya no quedaba mundo para nadie porque se había desboronado el muro de Berlín, y que los proletarios del mundo debían "olvidarse de malos caprichos" ya que la historia había llegado a su fin, porque la historia de los explotadores había ganado el cielo capitalista tras la unión de los patrones del mundo.
Pero a Francis Fukuyama le faltaba un detalle del que tampoco dieron cuenta ninguno de los sabios alquimistas de Yale, fue responder a la pregunta del concurso millonario: ¿Para que lado del muro cayeron las piedritas?.
La Historia, que no había llegado a su fin, sino que hacía una pausa para mojar la pluma en el tintero, fue alumbrando el camino de los pueblos para llevarlo a nuevos derroteros. Por supuesto, que letra con sangre entra, y que nadie aprende en pellejo ajeno. Cada uno de aquellos que salieron en peregrinaje hacia Berlín, regresó a su casa con una piedra en el bolsillo. La piedra de David, la piedra simbólica del pueblo.
A ella me refiero cuando digo que la gente común y corriente sí puede luchar contra la Globalización. Es la misma piedra de sal que salió a buscar Gandhi en su peregrinaje por la India hasta la orilla del mar, para romper el monopolio y desobedecer la injusta ley impuesta a la colonia, que obligaba a los indios a comprarle la sal a los británicos. Salió de su casa con sus compañeros, y cuando llegó a la playa, la gente toda no cabía en el horizonte de las fotografías que circularon por la prensa internacional. Una nueva forma de luchar contra el colonialismo, se había estrenado en la Historia, y los británicos terminaron abandonando la India, sin que su Libertador hubiera mandado a hacer un disparo.
En España existe una ONG que trabaja para difundir la idea de una solidaridad bien entendida, diferente a la donación caritativa de recursos para realizar proyectos e iniciativas que hagan realidad, paso a paso, una sociedad sin excluidos, cerrándole el círculo al "neoliberalismo", a la "globalización o al colonialismo; y a todas aquellas iniciativas que generan el empobrecimiento del Planeta y de gran mayoría de sus habitantes. ¿Saben cuál es la base económica con la que funciona AHIMSA para mantener bibliotecas, programas educativos y apoyo a los excluidos que sufren? Algo tan simple como hacer y vender jabón ecológico y casero. Pero hubo dos asuntos pendientes que la Independencia de Hispanoamérica no pudo hacer después desmembración del Imperio Español, romper las cadenas ideológicas, y las del modo de producción y consumo colonialista.
Caracas, 1 de mayo de 2005