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El Estado laico defienden evangélicos uruguayos
Domingo Riorda
La Federación de Iglesias Evangélicas del Uruguay (FIEU) protestaron al
Presidente de la Nación, Dr. Tabaré Vázquez, por algunas decisiones
gubernamentales que consideran un avasallamiento del Estado Laico.
Con el eje de la defensa del Estado Laico, la FIEU envió una carta al Dr.
Tabaré Vásquez, protestando por la misa, organizada por la Embajada del Uruguay
ante la Santa Sede, en la Iglesia Dei XII Santi Apostoli en Roma, en ocasión del
sepelio del Papa Juan Pablo, ya que 'no podemos menos que ver dicho
acontecimiento como una falta de respeto a la ciudadanía uruguaya' dado que 'Una
embajada es una extensión del territorio nacional y representación del Estado' y
ese hecho es un acto confesional de una parte de la ciudadanía de un Estado
declarado Laico.
También la FIEU planteó su disconformidad con el traslado de la estatua de Juan
Pablo II, desde una propiedad de la Iglesia Católica Romana, es decir un predio
privado, a un lugar público, al lado de la Cruz, levantada en ocasión de la
visita de Juan Pablo II a Uruguay, en el importante centro comercial e
inmobiliario denominado 'Tres Cruces', donde se encuentra la terminal de ómnibus
de la ciudad de Montevideo.
La FIEU sostiene que Uruguay es un Estado Laico 'Al punto que la separación
entre el Estado y la Iglesia Católico-Romana a principios del siglo veinte,
sigue siendo una de las insignias más sobresalientes que en ese aspecto le ha
dado a nuestro país prestigio y reconocimiento internacional' y que, 'hoy, en
una sociedad mucho más diversificada en sus expresiones culturales y religiosas
que aquella de comienzos del siglo veinte', la FIEU ve 'con inmensa tristeza y
preocupación' que en ocasión del fallecimiento del Papa Juan Pablo II, 'la
separación entre la esfera civil y la religiosa ha sido desplazada, por la vía
de los hechos, hacia un modelo de Estado confesional'.
Entrevistado por los medios, el presidente de la FIEU, pastor Oscar Bolioli,
-que también es presidente de la Iglesia Metodista en el Uruguay- dejó muy en
claro que 'no se trata de una defensa confesional sino del Estado Laico' y que
tampoco se juzga la figura del Juan Pablo II sino que 'esa decisión debería ser
tomada luego de un tiempo prudencial, donde la actuación de Juan Pablo II sea
evaluada con la discusión y el espacio temporal que merece su gestión'.
Todos los medios locales, y también agencias internacionales, le dieron mucho
espacio a esta declaración de las iglesias evangélicas. El impacto fue tal que
el lunes 2 y martes 3, Bolioli volverá a estar en programas radiales y
televisivos cuando la inauguración de la estatua se llevará a cabo el lunes 2,
misa mediante.
Algunos obispos y laicos de la Iglesia Católica Romana, hicieron declaraciones
públicas minimizando los dos hechos, citando el respeto mundial por Juan Pablo
II y que el embajador ante la Santa Sede, por ser católico romano tiene el
derecho de hacer una misa, agregando el llamado al ecumenismo de Benedicto XVI,
pero soslayando la cuestión de fondo que plantean los evangélicos sobre el
avasallamiento de la laicidad del Estado.
Si bien no son mencionados en la declaración de la FIU, debe mencionarse que la
esposa y un hijo del Presidente Tabaré Vázquez fueron al sepelio de Juan Pablo
II, anunciándose que no era una delegación oficial y que los gastos corrían por
cuenta de la familia de Tabaré Vázquez. Sin embargo la esposa del presidente
declaró que iba 'en representación del pueblo uruguayo' y se entrevistó con
organizaciones y cardenales de la ICR en gestiones que dijeron que no eran
oficiales pero que en su forma aparecían como tales, avaladas que todo el viaje
fue dado a conocer con comunicados de prensa con membrete de la Presidencia de
la Nación. Al regresar, la esposa y el hijo del Presidente de la Nación hicieron
una Conferencia de Prensa donde repartieron medallitas católicas romanas.
Posteriormente el Dr. Tabaré Vázquez y su esposa almorzaron con el Arzobispo de
Montevideo, Obispo Nicolás Cotugno, en la sede de la Catedral de la ICR, donde
el Presidente Dr. Tabaré Vázquez, prometió el traslado de la estatua de Juan
Pablo II. Esa Luego, esa decisión, se la hizo aprobar por le Comuna de
Montevideo y el Parlamento Nacional.
La carta de la FIEU al Presidente de la Nación, es sumamente respetuosa,
incluyéndose la afirmación de que 'Lejos está de nosotros crear dificultades a
su Gobierno', pero sosteniendo que 'creemos que la crítica honesta y el expresar
nuestro pensamiento es una forma de enriquecer el diálogo y colaborar en la
construcción de una sociedad más justa y plena' y manifestar 'nuestra profunda
perplejidad y disconformidad respecto a la manera en que vuestra Administración,
democráticamente elegida, se conduce en asuntos que tienen que ver con la
relación entre el Estado y las Iglesias'.
La misiva, firmada por los pastores Oscar Bolioli y Armin Ihle, como presidente
y vicepresidente de la FIEU, fue remitida el lunes 25 de abril. Luego de un
tiempo prudencial fue dada a conocer el jueves 28, obteniendo una amplia
repercusión en los medios escritos, radiales y televisivos del país
La FIEU esta integrada por las Iglesia Evangélica Menonitas; Congregación
Evangélica Alemana de Montevideo (IERP); Ejército de Salvación; Iglesia
Evangélica Luterana Unida; Iglesia Evangélica Valdense en el Río de la Plata;
Iglesia Metodista en el Uruguay; Iglesia Pentecostal Naciente; Primera Iglesia
Evangélica Armenia.
La ironía siempre está presente en la vida privada y pública. En esta ocasión
aparece el llamativo simbolismo de que la Cruz de Tres Cruces, donde estará la
estatua del Papa Juan Pablo II, es una Cruz 'sin Cristo', la utilizada por el
protestantismo en sus templos recalcando la Resurrección de Cristo y .no la Cruz
con el Cristo Crucificado, habitual en los templos católicos romanos.
Por otra parte, ahora, con Juan Pablo II a treinta metros de la superficie, el
símbolo de la cristiandad se reduce a un sector del cristianismo, en un lugar
privilegiado de un Estado Laico que, luego de la visita de Juan Pablo II, su
Parlamento aprobó que la Cruz siguiera allí por respeto a todos los uruguayos y
todas las uruguayas de fe cristiana.