Latinoamérica
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Conflicto, violencia, extorsión y más guerra
Apolinar Díaz – Callejas
La agudización del conflicto armado colombiano, la violencia, la extorsión, el impulso de Uribe Vélez a su campaña de reelección, siguen extendiéndose a todo el país. Los medios escritos, la radio y la televisión cierran cada vez más la información y al comentarios independientes.
En el Consejo Comunitario del presidente Uribe en Santander de Quilichao (Cauca), zona de confrontaciones del Ejército con las Farc, continuó sus audiencias públicas locales dizque para resolver los problemas fundamentales. Sólo le faltó una mochila de dinero para distribuir, como hacían los dictadores mexicanos. Pero en la reunión se hicieron presentes las organizaciones indígenas más importantes de esa zona, que exigieron al Presidente 'se retractara de unas afirmaciones en las que había mencionado nexos entre los aborígenes y las guerrillas' (El Heraldo, 01.05.05). El diputado indígena Daniel Piñacué pidió el retiro de las trincheras militares de los casos urbanos de las comunidades, pero fue interrumpido enérgicamente por el presidente Uribe, quien afirmó: 'de allá no va a salir la Policía'. Los indígenas abandonaron la reunión. Piñacué declaró: 'Nos retiramos porque el Presidente de la República dice que es de corazón grande, pero realmente él nos desconoce y nos ha desconocido hoy (...) el señor Presidente ha mentido, estuvo en Toribío en estos días, sólo 20 minuticos no más, miró la destrucción que había y se fue' (El Universal, 02.05.05). En la Guajira y en la Sierra Nevada de Santa Marta continúan los asesinatos. En Buenaventura mataron a 12 jóvenes y en San Onofre (Sucre) siguen apareciendo fosas comunes de víctimas del paramilitarismo. En todo el país siguen los crímenes de 'sicarios en moto'. En Barranquilla se destapó el asunto. El Tiempo (04.05.05) denuncia que 'La violencia contra los tenderos de Barranquilla se ha recrudecido este año', y agrega: 'el gremio de comerciantes calcula que a la semana paga en total 750 millones de pesos (...) se calcula que el 90% del dinero va a manos de los paramilitares'. El gobierno negocia la paz y reinserción con ellos y se niega a hacerlo con las guerrillas. Colombia se disuelve en la inseguridad y la corrupción.
La desigualdad social colombiana ha llegado a tal profundidad que el empresario Luis Carlos Sarmiento Angulo, uno de los más importantes de Colombia y cuyas empresas tienen notables éxitos, acaba de plantear, como dice El Tiempo, que 'por el desplome en el ingreso per cápita del país, éste está desoladoramente rezagado frente al resto de América Latina'. Mientras Argentina 'que pasó por crisis económicas con pocos antecedentes en la región', tuvo un ingreso por persona de 3.954 dólares, Colombia apenas llegó a 2.213, la tercera parte de la de Chile y por debajo de la del Perú. Mientras el ingreso de las grandes empresas industriales, comerciales y bancarias se ha incrementado extraordinariamente bajo el gobierno Uribe, los pobres ya son el 52% de la población y los indigentes el 17%, o sea que el 69% del total del país está en estado de pobreza e indigencia.
El gobierno gasta ingentes cantidades de dinero en armas y en la guerra contra dos guerrillas sobrevivientes. Los paramilitares 'negocian' la paz y cometen toda clase de crímenes. Todo esto explica la iniciativa de Luis Carlos Sarmiento sobre la pobreza.
Mientras tanto, la ONU terminó totalmente su mediación para una paz negociada en Colombia. Como Uribe dice que no hay guerra, pero que sí la hay, la ONU se fue. Uribe seguirá hablando de paz sólo con los paramilitares, quienes siguen matando gente.