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Las FARC explican los combates en las comunidades de Toribío
Sally Morales
ANNCOL
El desastre militar en Toribio es mas un desastre político para Uribe Vélez. Lo que los medios oficiales no han transmitido es que el 14 de abril, un día antes del ataque guerrillero, un policía lanzó una granada a la gente concentrada en el municipio, hiriendo a diez habitantes. Después vino el avión "Marrano" (Hércules) que sobrevoló la ciudad disparando ráfagas al hospital y a la población civil, en su mayoría indígena
Los duros golpes militares que la guerrilla de las FARC propinaron a las
fuerzas regulares sacudieron y sacuden al país porque los combates ahora no se
reducen a la ciudad de Toribio sino a cuatro poblaciones en la región del
departamento del Cauca, sur occidente de Colombia.
Las FARC, objeto de la ofensiva militar más grande de los 40 años de conflicto
armado a través del Plan Patriota, no solamente resisten y se sostienen sino
parece que ahora esta comenzando una contraofensiva.
"Es increíble que se sostengan porque es muy desgastante esa ofensiva", me decía
un viejo amigo en Bogotá y conocedor del largo conflicto.
Son 15 meses de ofensiva gubernamental que cuenta con unos 20.000 soldados,
preparados desde mucho tiempo, equipados con lo mejor que el mercado de armas y
dotación ofrece, dirigidos por centenares de asesores militares norteamericanos
que a su vez tienen lo último en tecnología y logística para buscar, detectar y
atacar a las FARC en el sur de Colombia. La aviación con aviones Fantasma, "El
Marrano" y un centenar de helicópteros blindados Black&Hawk que desembarcan 30
soldados, disparan misiles y ráfagas de punto 60, son armas, herramientas e
instrumentos mortales para un enemigo en el campo de batalla.
Por eso las derrotas militares que han sufrido las fuerzas militares regulares
son aún más golpes políticos a la política de "seguridad democrática" del
presidente Álvaro Uribe Vélez.
En resumen esa doctrina militar y policial intenta incorporar a toda la sociedad
colombiana en la guerra contra la insurgencia. Zanahoria y garrote hacia los
guerrilleros rasos para que estos deserten de las filas guerrilleras. Utilizando
la misma crisis económica con un ejército de desempleados creando milicias
campesinas, "Soldados campesinos", que con tres meses de preparación han sido
una "presa fácil" para una guerrilla que lleva décadas en la montaña. Pero para
crear la desconfianza entre los ciudadanos Uribe necesita una red de sapos, "Red
de informantes y cooperantes" que, según un comunicado del Ministerio de Defensa
ya cuenta con 3,5 millones de integrantes, una gigantesca cifra, prácticamente
diez por ciento de la población adulta.
Con esta perspectiva sería posible poder llegar a una solución militar del
conflicto colombiano bajo el mandato de Uribe. Los cálculos fueron dibujados y
las decisiones fueron tomadas entre el Pentágono y el mismo Uribe en sus casi
diez viajes a Estados Unidos en los dos primeros años. Por si acaso no habían
derrotado a la guerrilla en este periodo, 2002-2006, sería necesario reelegir a
Uribe, cosa que se esta cocinando desde hace tiempo en los pasillos del poder y
la oligarquía colombiana.
Para que todo esto fuera apoyado, una red secreta de los poderosos dueños de los
medios de comunicación como los conglomerados alrededor de Caracol (Santodomingo),
RCN (Ardila Lule) y el grupo de El Tiempo, (el Clan Santos). Con pequeñas
excepciones caracterizados como "accidentes del trabajo", los medios obedecen la
política de guerra de Uribe y el verdadero patrón marcial, Estados Unidos.
La estación de Policía en medio de las casas
Y pasó lo de Toribio. La guerrilla entró a la ciudad con parlantes, llamando a
los habitantes a evacuar el municipio para no quedar en el fuego cruzado.
Y ataca a la guarnición militar, llamada "estación de policía", ubicada en el
casco urbano del pueblo en flagrante violación del DIH (Derecho Internacional
Humanitario).
Lo que los medios oficiales no han transmitido es que el 14 de abril, un día
antes del ataque guerrillero, un policía lanzó una granada a la gente
concentrada en el municipio, hiriendo a diez habitantes. Después vino el avión
"Marrano" (Hércules) que sobrevoló la ciudad disparando ráfagas al hospital y a
la población civil, en su mayoría indígena.
La guerrilla, que lleva décadas peleando en las montañas del Cauca es en su
mayoría indígena que conoce el terreno como su propia casa. La guerrilla se
retiró del casco urbano a lo cual el presidente Uribe calificó como un acto
cobarde por la llegada del ejército y la aviación.
Pero Uribe no tomó el mando en la búsqueda de la guerrilla. El mandatario
regresó cómodamente a la capital y a su palacio, bien protegido por su guardia
presidencial. Mientras tanto, la guerrilla, que solo se había retirado a los
alrededores de Toribio, atacó por una segunda y tercera vez a los uniformados en
el casco urbano.
Los medios oficiales llegaron a Toribio otra vez y constataron que la guerrilla
controlaba tanto la entrada como la salida del pueblo, caminando tranquilamente
con sus fusiles, morteros y ametralladoras.
Volvió el avión Fantasma y el Marrano, disparando indiscriminadamente encima de
todos, guerrilla como población civil. La guerrilla mientras tanto cobraba más
bajas al ejército, según "la Radio Voz de la Resistencia", emisora de la Cadena
radial Bolivariana de las FARC, que transmite 06.00-10.00 a.m y 2-6 p.m.,
lunes-sabado.
Hoy, viernes 22 de abril, siguen los combates, ahora en más de cuatro poblados
de la región; Toribio, Corinto, Miranda y Caloto.
Los medios cubren solamente una parte y con escenas dramáticas de albergues y
jardines infantiles intentan mostrar un escenario donde la guerrilla está
disparando a esos lugares cuando la realidad es la contraria. El ejército y la
aviación, en su desespero por los desastres y golpes recibidos, disparan con
Punto 50 de las tanquetas hacia los altos lugares donde estan ubicados tanto
guerrilla como población civil. En su informe ayer jueves la Voz de la
Resistencia en un parte de guerra mencionó que cuatro tanquetas han sido
averiadas y una "neutralizada". Por lo menos cuatro helicópteros han sido
también averiados y uno ha sido derribado y cayó en las afueras de Toribio.
Lo que los indígenas han reclamado es que no solamente la guerrilla debería irse
del municipio sino también la fuerza pública. Pero como Uribe está obsesionado
en su meta de "derrotar a los terroristas", este ha ordenado rescatar Toribio a
sangre y fuego, no importando que en el medio del fuego cruzado están los
habitantes de Toribio.
"Es una bofetada a la política de seguridad democrática", decía Raúl Reyes,
integrante del Secretariado de las FARC, a esta reportera el segundo día del
operativo guerrillero.
"La incursión de las FARC allá es en respuesta al Plan Patriota y la política de
seguridad democrática", agregó el comandante guerrillero.
La lluvia de críticas que ha caído en Colombia la última semana muestra la
desesperación del establecimiento político. El palacio de Nariño aumenta el tono
de sus declaraciones creyendo que con eso se va a arreglar la situación. La
cúpula militar con el general Alberto Ospina a la cabeza, esta sudando, sabiendo
que el presidente despidió hace cuatro días 37 altos oficiales por no producir
los resultados que Uribe ordena desde su escritorio en el palacio.
Ya no pueden esperar los generales y coroneles su jugosa pensión si no logran
producir "resultados", que es equivalente a masacres como la de San José de
Apartadó, donde los "valientes" asesinaron con machetes a ocho desarmados
campesinos, entre ellos dos menores de seis años y 14 meses a los que les fueron
abiertos sus vientres con machete.
"La guerrilla había infiltrado a ese pueblo", resumió el presidente de "Mano
dura pero corazón grande". Nada de "terroristas cobardes", pero el presidente
aseguró que para la fuerza militar no hay un lugar vedado en el país, no importa
si es declarada "zona de paz".
Ya falta prácticamente sólo un año del periodo de Uribe en la presidencia. Tiene
afán, tiene que conseguir un arreglo político con sus aliados paramilitares en
Santa Fe de Ralito para que estos le aseguren las zonas bajo su control para que
no haya ninguna oposición en la próxima campaña electoral.
Uribe también tiene afán de seguir la guerra pero sobre todo conseguir
resultados que brillan, después de 16 meses del Plan Patriota, por su ausencia.
La pesadilla ahora se llama Toribío, donde las FARC dieron un golpe mortal al
mito de la "seguridad democrática".'