Latinoamérica
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Crónica de
una ciudad dividida
Los días
del desafuero
Alberto Nájar
Masiosare
Mantas en puentes peatonales y vehiculares, calcomanías pegadas en los autos,
moños blancos y tricolores en la ropa, peregrinaciones a La Villa, rezos,
discusiones callejeras al límite de la violencia... Respuesta de los capitalinos
a la convocatoria del jefe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador, para
movilizarse en contra del proceso de desafuero que enfrenta en la Cámara de
Diputados. Un tema que envuelve a los defeños, como la cotidiana capa de esmog
sobre la ciudad de México.
Es un recorrido por el DF en los días del desafuero
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Viernes. Un rezo por Andrés. Día de la peregrinación 39 a la Basílica de
Guadalupe de los trabajadores de limpia del Distrito Federal. La dirigencia de
los recolectores ofrece la jornada para orar en contra del desafuero del jefe de
Gobierno, Andrés Manuel López Obrador, opinión no por todos compartida. Aquí
algunas voces.
Échale, échale, échale... ¡Abusado, ya le rompistes la defensa a un Tsuru!
Grito desesperado de uno de los responsables de organización en la caminata.
¡Órale cabrones, muévanse que vienen a ver a la Virgen!"
Otro de los organizadores al grupo de eventuales que, desde hace media hora,
aplaude y echa porras a una cantante en minifalda. Nadie le hace caso.
Pónganse el moño, es para el desafuero. No hagan como que no se acuerdan,
para eso se los dimos.
Supervisor del campamento Valles a sus compañeros. Algunos obedecen. La mayoría
no.
¿El moño? No sé, lo dio la gente de la sección. ¿Protesta contra el
desafuero? Ah, no sabía.
Juana Esparza, esposa de un chofer de la ruta a Antonio Tecómitl, en Milpa
Alta.
Se quieren chingar al Peje, compadre, por eso te preguntan del
desafuero.
Luis Becerra, barrendero en el Zócalo.
Ah, pos está mal. Que le den chance de ser Presidente.
Respuesta del compadre.
La virgencita es madre de todos nosotros, ¿por qué iba a estar mal que le
pidamos por Andrés? Además, (Vicente) Fox también viene a rezar, ¿para que se
hace p...?
Felipe Vázquez, chofer en Cuautepec, delegación Gustavo A. Madero.
...y entonces la gente dijo: Max, tienes nuestro apoyo para decir que vamos a
rezar por Andrés Manuel, no le hace que se enojen...
Maximiliano García Arteaga, secretario general de la sección 1 del Sindicato
Único de Trabajadores del Gobierno del Distrito Federal (SUTGDF), al explicar el
acuerdo de su comité ejecutivo ante las críticas por convertir la peregrinación
en un acto contra el desafuero del jefe de Gobierno.
Mañana La Jornada va a publicar que el mensaje de monseñor (Samuel
Ruiz García, quien ofició la misa) fue para apoyar a López Obrador.
Reportera en el palco de prensa de la Basílica de Guadalupe.
Andrés nos dio buenos uniformes, ha comprado camiones nuevos, le da dinero a
los viejitos. Es gente buena, no sé por qué lo quieren madrear.
Claudia Villalvazo, recolectora en el Zócalo.
No sé de política. Yo nomás sé acarrear basura.
El Patitas, chofer asignado al área de Churubusco.
Domingo. Un locutor frustrado
10:00. La marcha ya llegó al Monumento a la Madre. Prácticamente
madrugaron: en domingo casi nadie se atreve a manifestarse en las calles antes
de las 12 del día. O al menos eso dicen en el reporte vial que por la radio se
escucha del movimiento.
Las críticas no cesan. En Formato 21, de Grupo Radio Centro, el locutor Mario
Náder se esfuerza por encontrar argumentos para descalificar la caminata de 300
personas en contra del desafuero, pero su iniciativa se ve frustrada. En
domingo, a las nueve de la mañana, pocos son los autos que circulan en el centro
de la ciudad. No hay embotellamientos.
El locutor enfoca sus críticas en las obras del Metrobús en avenida Insurgentes.
Avanza sin problemas en sus comentarios ante la molestia obvia que implica
cerrar un carril de la transitada arteria, pero enfurece cuando, a los 10
minutos, un radioescucha lo critica.
Se rinde. Envía micrófonos al reportero de deportes.
11:00. En el puente vehicular de Marina Nacional y Circuito Interior hay
dos nuevas mantas contra el desafuero del jefe de Gobierno.
Lucen improvisadas, las leyendas escritas con pintura en aerosol como las que
cuelgan de pasos peatonales en Eje 8 Sur, Cuauhtémoc, Eduardo Molina y Cuemanco,
o aquellas que adornan las fachadas de Santa Catarina, Renovación, Tulyehualco o
Chalco, al oriente de la capital.
Un par de días más tarde, el secretario de Gobierno, Alejandro Encinas, anunció
el retiro de las mantas y entre las primeras en desaparecer estuvieron las de
Marina y Circuito.
Fue por muy poco. La noche de su retiro, los reemplazos se mecían con el viento
en el mismo sitio que ocuparon las anteriores.
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11:30. Mercado de Coyoacán. El maestro Juan Gálvez no se decide entre los
tacos de barbacoa o una quesadilla de sesos. Con eso justifica la tardanza ante
el joven veinteañero que le apura a terminar de almorzar antes de que concluya
el mitin.
Hay poco tiempo. En la plaza frente al edificio de la delegación, las brigadas
ciudadanas están en su apogeo, filas de hasta 40 metros para firmar contra el
desafuero. Y el maestro indeciso debe coordinar una de las mesas.
Para el evento se anunciaron una obra de teatro, batucada, discursos políticos.
Al final, la música es de discos compactos, y la representación de El
Caballero de la Triste Figura se limita a una escena, la pelea de Don
Quijote contra los Molinos de Viento, adaptada a los tiempos políticos del
desafuero.
"Saca todos tus brazos, gigante de las botas, con 50 cabezas pero no tantos
cerebros", grita Felio Eliel, actor central del grupo Tarumba. "Obra es del
maligno sacadólares, el innombrable que quitó los gigantes para ocultar mi
lucimiento", remata.
La puesta en escena dura menos que los discursos. "Es defender a la democracia,
no a Andrés Manuel", grita una adolescente del CCH Sur. "El gobierno federal
quiere vendernos algo falso, no nos dejemos intimidar", le sigue otro que parece
sustituir al maestro Gálvez, convencido al fin por los tacos de barbacoa.
Son caros. Doce pesos cada uno.
12:00. La mujer de unos 45 años luce furiosa. "¿No les da vergüenza
defender a ese delincuente?", suelta a la jovencita que reparte volantes contra
el desafuero.
La chica no hace caso, pero una de las encargadas de la mesa donde se reciben
las firmas escucha el reclamo y la enfrenta. "Vergüenza es lo que está haciendo
Fox, que quiere sacar a Andrés a la mala para dejar a su esposa en Los Pinos".
La primera mujer rehuye la confrontación. "Acarreados", dice mientras se aleja
del kiosko donde se realiza el acto político.
15:00. Zócalo. Festival musical contra el desafuero, organizado por la
Secretaría de Cultura y que para un grupo de chavos punk y darketos representa
un cambio en su diversión dominical.
El jefe de Gobierno, confiesa uno con puntas verdes de 25 centímetros modeladas
con su cabello, "es igual que todos los políticos" pero "Fox es peor, si con
(Marcelo) Ebrard nos iba de la chingada, imagínate a (Rafael) Macedo atrás de
nosotros".
16:30. En las cuatro esquinas de la Plaza de la Constitución se colocan
mesas con rollos de papel cartón donde se invita a los visitantes a escribir
alguna idea contra el desafuero.
A esta hora, en la mesa ubicada en 20 de Noviembre y Madero se han reunido 80
metros de frases diversas como la de Ylse –que según el encargado de la mesa era
una mujer de unos 40 años de edad–, quien escribió a López Obrador que quería
verlo como Presidente "para tener la oportunidad de ser tu primera dama".
No todos son mensajes de aliento. En la sábana también se encuentran frases como
"deja de creerte el iluminado", "haz patria, renuncia a tu puesto" y hasta
advertencias como la de Rubén Ruiz (así firmó), quien llamó "borregos" a todos
los que estamparon su firma en el papel.
Los rollos se entregaron a la Asamblea Legislativa. No se sabe cuál será su
destino.
Lunes. La derrota de Antorcha
El escándalo se escucha hasta Bolívar, a cuatro calles del Zócalo.
"El desafuero es lo menos que se merece este gobernante represor, enemigo de la
democracia, falso profeta de los pobres", grita uno de los oradores del
campamento que Antorcha Popular instaló desde hace meses en la Plaza de la
Constitución.
Pese al entusiasmo del orador –y las decenas de decibeles que acompañan su
discurso– prácticamente nadie hace caso de los antorchistas, habitantes de una
plaza copada por taxistas piratas en busca de regularización; indígenas de la
Coordinadora Oaxaqueña Magonista Popular Antineoliberal (COMPA) que demandan la
liberación de tres compañeros y, sobre todo, por activistas en contra del
desafuero.
Este lunes llegaron comités ciudadanos de Magdalena Contreras, ambulantes
toreros de la zona de La Merced y la red ciudadana de Tlalpan. Todos con
camisetas amarillas y letras negras, el moño tricolor y la bandera.
"Yo me volví obradorista desde que empezó el programa de las tarjetas para los
viejitos; no tiene idea de cómo ayuda a mis papás", explica Angélica Vega,
vecina de Cerro del Judío. "Con eso compramos las medicinas de mi mamá y parte
de su comida; es dinero que cae del cielo, palabra".
–Muchos dicen que eso es populismo.
–¿Quién, esos de la Antorcha? Lo que pasa es que están ardidos porque nadie los
pela.
Y sí. Para atraer un poco de atención, además de sus bocinas, los antorchistas
colocaron letreros alrededor de su campamento donde ofrecen vivienda "segura y
con todos los servicios".
El encanto se rompe cuando explican las condiciones: cuotas de recuperación,
participar en movilizaciones "de apoyo a la organización", repartir volantes
contra Andrés Manuel López Obrador.
Martes. Una buena medicina
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El jefe de Gobierno tarda más de 10 minutos en subir al Tsuru, estacionado
frente a la clínica comunitaria Santa Catarina, en Iztapalapa, que acaba de
inaugurar.
Y es que son decenas las personas que le rodean, los de atrás en pleno empuje
para acercarse y quienes están cerca empeñados en saludarle, entregarle cartas,
agradecer el apoyo de las tarjetas para adultos mayores.
Escena habitual para los reporteros que cubren las actividades de López Obrador,
tanto, que algunos insisten en regresar lo antes posible al centro de la
ciudad.
"Hay gente que se acerca nomás para tocarlo, como si fuera el Papa", dice un
reportero gráfico. "Le regalan de todo: velas de la suerte, biblias, crucifijos,
amuletos, pasteles. Y todo mundo quiere que le tomes fotos con él... creen que
somos de ‘sociales’".
El tumulto no parece molestar al jfe de Gobierno. "No vamos a dejarnos, no se
preocupe", dice ya de salida a doña Josefina Muñoz, vecina de San Miguel
Teotongo, quien no para de decir que reza por la vida del tabasqueño.
–¿Tiene miedo que le pase algo, señora?
–No sé... ya ve lo de Colosio. Por eso rezo con mucha fe, le pido a Dios que lo
cuide siempre.
–¿Qué tal la nueva clínica?
–Ay, ya hacía mucha falta. Pero la mejor medicina es Andrés, de eso no tengo
duda.
Epílogo. Los moños de la discordia
"Lárgate de aquí con tu encuesta y el pinche moño", amenaza un enojado sujeto al
adolescente que realiza un sondeo sobre el desafuero en la colonia Narvarte.
"Si no quiere contestar no me insulte", responde el encuestador mientras
retrocede despacio, como si temiera recibir algo más que un grito de enojo.
La escena ocurre en Mitla y Obrero Mundial, delegación Benito Juárez, donde el
muchacho entrevista al azar a las personas que pasan. O al menos eso hacía antes
del desafortunado encuentro con el agresivo sujeto.
"Pónganse a trabajar, a hacer algo de provecho", suelta desde su camioneta X
Trail. "Yo no le voy a hacer el juego a ese loco delincuente".
Y se marcha a toda prisa. En el vidrio trasero del vehículo destaca la
calcomanía de un moño blanco.