Latinoamérica
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Viajes a la muerte
Apolinar Díaz – Callejas
Cuatro de veintidós colombianos que intentaron ingresar a la isla de Aruba en
busca de trabajo murieron ahogados. El resto sobrevivió pero fueron expulsados
por las autoridades de la isla, que sigue siendo dependencia de Holanda pero
desde 1986 con amplio estatuto de autogobierno.
El nivel de ingresos de su población es bastante elevado. Los jóvenes
colombianos, generalmente originarios de los departamentos del Pacífico, con o
sin formación laboral técnica, buscan en esa isla el empleo que Colombia no les
da. Es una operación arriesgada en que se juegan la vida, pues muchas veces
encuentran la muerte en el desafío al bravo oleaje del mar Caribe en esa zona,
que limita con la fuerza incontenible del Océano Atlántico. La población isleña
afirma que son muchos los muchachos nuestros que mueren en ese intento, pese a
que 10 o 15 mil de ellos han logrado organizar su trabajo en esa pequeña isla.
Esto ocurre también con la muerte frecuente de colombianos que se embarcan
clandestinamente en naves con destino a los Estados Unidos y que son arrojados
al agua o asesinados. Muchas veces llegan a su objetivo pero son expulsados
inmediatamente.
Son miles los colombianos que han emigrado a países como Venezuela en busca del
trabajo y de la sobrevivencia frente al desempleo y el hambre que el sistema
social y latifundista colombiano, egoísta e implacable en su desprecio a la vida
de nuestro pueblo, les ha negado históricamente.
Lo vergonzoso es que personas como el señor Juan Manuel Santos, ahora jefe de la
campaña reeleccionista del presidente Alvaro Uribe Vélez, se hubiera pronunciado
agresivamente, en el tono y lenguaje del presidente Bush, contra el gobierno de
Chávez en Venezuela porque puso en ejecución el ideal de Simón Bolívar de que no
hubiera sino una sola nacionalidad sudamericana que garantizara la libre
circulación de personas en nuestros países y la posibilidad de trabajar en ellos
sin restricciones. Santos acusó al actual gobierno de Venezuela de buscar el
voto de los colombianos. Por supuesto que no se atrevió ni se atreverá a ir a
Venezuela a hablar con los colombianos que se encuentran ilegalmente en aquella
nación en busca del trabajo que el sistema social al que pertenece el señor
Santos les ha negado.
Por fortuna el gobierno de Venezuela ha anunciado que ampliará la oportunidad de
recibir esa nacionalidad a otros sudamericanos residentes en ese país, de los
cuales varios cientos de miles son compatriotas nuestros, también expulsados por
la miseria y el desempleo en Colombia.
Ahora se entiende mejor por qué el presidente Uribe Vélez destituyó al director
del Departamento Nacional de Estadísticas (DANE) para reemplazarlo por un amigo
suyo que apoya la reelección. Desde entonces los informes del DANE han perdido
toda credibilidad y cada vez registran 300 o 500 mil desempleados menos. Entre
ellos, obviamente, los muchachos que murieron en el intento de ingresar a Aruba.
El testimonio de uno de los sobrevivientes, Andrés Delgado, de Palmira (Valle),
es estremecedor. Al regresar a su pueblo dijo: 'Tú no sabes si llegas con
vida...tú no decides. El que decide es el mar'. Ese muchacho, graduado como
técnico en fundición, no ha podido conseguir empleo. Por eso, con su familia
reunió todos los ahorros posibles para costear el frustrado viaje a Aruba.
Continúa Andrés: 'El agua nos dio a la rodilla. Pero, de un momento a otro, nos
fuimos abajo. Nadamos desesperados. El que nadó, nadó, y el que no se ahogó'.
Los sobrevivientes fueron detenidos por intento de inmigración ilegal y
expulsados de nuevo a Colombia. 'Hubiera sido peor volver en un ataúd', afirma
Andrés (El Tiempo, 21.03.05). Es el tremendo drama colombiano que nadie puede
esconder o tapar.
* Apolinar Díaz-Callejas es ex Senador de la República de Colombia, ex Ministro
del Gabinete del Presidente Carlos Lleras Restrepo y Miembro actual de la
Comisión Andina de Juristas.