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Latinoamérica

Expulsan a consorcio francés que proveía de agua a La Paz y El Alto

Alteños se movilizan y recuperan "un bien común" al grito de "¡Bolivia no está en venta!"

Luis A. Gómez
La Jornada

La Paz-El Alto, 13 de enero. Fueron tres días y una madrugada de paro indefinido en esta ciudad boliviana, pero luego de 80 horas las más de 600 juntas vecinales movilizadas en El Alto consiguieron una nueva victoria: el consorcio transnacional francés Suez, el segundo más importante en servicios de agua en el mundo, tendrá que abandonar la administración Aguas del Illimani, empresa que provee del servicio a las ciudades de La Paz y El Alto. El gobierno del presidente Carlos Mesa, con la sede de gobierno aislada por el paro alteño, promulgó ayer por la tarde el Decreto Supremo 27293, por el que se hace oficial la terminación del contrato entre Suez y el Estado boliviano. Esta mañana, los alteños decidieron dar por buena la medida y bajaron a La Paz en una marcha "de victoria" que congregó alrededor de 20 mil personas. Cinco años después de la Guerra del Agua en Cochabamba, nuevamente los bolivianos volvieron a recuperar lo que para ellos es un bien común.

Entre las explosiones de dinamita y los gritos que avisaban al presidente Mesa que "Bolivia no está en venta", Abel Mamani, presidente de la Federación de Juntas Vecinales de la ciudad de El Alto (Fejuve), sonreía desde la descubierta de la marcha. "Hemos logrado un triunfo histórico. La empresa Aguas del Illimani se va de nuestro país. Pero ahora vamos a seguir trabajando, no solamente en el tema de la nueva empresa de agua que hay que crear para que en verdad sirva al pueblo, sino en los demás puntos de nuestro pliego". Y caminando, Mamani se dirigió hacia la sede de la Federación de Trabajadores Fabriles de La Paz, donde habría de realizarse un mitin.

"Una guerra sin sangre"

Ayer miércoles 12 a mediodía, en la Ceja de El Alto no circulaban autos, solamente había cientos de personas de pie, quemando llantas y gritando consignas de frente a cien policías fuertemente armados, que custodiaban la autopista que lleva a La Paz con orden presidencial de no reprimir a los paristas. Ahí, el sociólogo alteño Pablo Mamani dijo a La Jornada: "Es importante ver cómo se han rearticulado, luego de octubre (de 2003), estos micro gobiernos barriales. Pero esta vez es una guerra sin sangre, la gente ha salido pacíficamente a exigir por sus derechos". Decretado como "indefinido y pacífico", el paro de esta semana fue de todas maneras la última medida de presión adoptada por los vecinos luego de casi cinco meses de exigencias, marchas y mesas de negociación con el gobierno boliviano.

En el Distrito 6, al norte, los vecinos de los barrios de Ballivián y de Alto Lima tomaron el martes 11 instalaciones de Aguas del Illimani. Ahí, donde las casas se entremezclan con sembradíos de papa, se encuentra uno de los principales estanques de agua potable pero, paradójicamente, los hombres y las mujeres que habitan la zona carecen de conexiones de agua potable y alcantarillado. De acuerdo con las estadísticas del último censo general de población, 52 por ciento de las familias alteñas carece de los servicios básicos de agua y saneamiento básico. Y los precios del servicio, "imposibles... fíjese, señor periodista, muchos de nosotros vivimos con 20 bolivianos al día (2.50 dólares al cambio actual), ¿cómo vamos a pagar nuestra conexión si nos la quieren cobrar a 160 dólares?", explicaba una señora.

Ese día el gobierno de Mesa envió una carta diciendo que iniciaba "las acciones necesarias para la terminación del contrato de concesión" suscrito con la empresa. Por la tarde, mientras una helada lluvia caía sobre las calles de El Alto, en el verde edificio de la Fejuve se dieron cita los presidentes de las juntas vecinales en un Ampliado de Emergencia, para aceptar o no los términos de la rendición del gobierno. Luego de tres horas de deliberación, los nueve distritos alteños votaron: no se aceptaba la carta, querían un decreto, y daban al gobierno un plazo de 24 horas para promulgarlo o tomarían las instalaciones de la empresa. Esa noche, apenas terminó la asamblea, un funcionario del gobierno llamó a Abel Mamani para decirle que al día siguiente, a primera hora, estaría lista la normativa presidencial.

"En forma inmediata"

El decreto sin firma llegó a manos de todos los vecinos el miércoles 12 por la mañana, pero fue rechazado. Un detalle en la forma (con mucho fondo para los alteños) obligó a una nueva reunión de emergencia en la sede de Fejuve: no quedaba claro cuándo se iría la transnacional, que ya para esas horas no dejaba El Alto, sino Bolivia. "Tiene que decir 'inmediatamente'; no queremos que se queden más tiempo". Al final del día, pasadas las seis de la tarde, llegó el decreto ya promulgado, que entre sus "considerandos" se extiende sobre la convulsión social y el rechazo a la empresa transnacional... y dicta que las "acciones necesarias" para la terminación del contrato se realicen de "forma inmediata".

Durante la noche del miércoles, distrito por distrito, barrio por barrio, los dirigentes organizaron asambleas. Hoy, en horas de la madrugada, se aceptó la acción del gobierno de Carlos Mesa. "Sabemos que de todos modos la empresa no se va a ir de la noche a la mañana, pero vamos a estar pendientes. Ahorita mismo ya deben estar grupos de vecinos alrededor de las oficinas de la empresa en El Alto para vigilar que no se lleven nada", explicaba luego de la marcha la dirigente Mercedes Condori Quispe, una mujer bajita y regordeta del Distrito 4 conocida como Mechi, mientras distribuía a granel fotocopias del decreto.

En el mitin se recordaron los demás puntos del pliego alteño, que incluyen los servicios de electricidad, un juicio al ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada por las matanzas de 2003 y temas como educación, empleo y salud. Y antes de irse los vecinos comenzaron a gritar: "Sigue Electropaz", la empresa de energía eléctrica administrada por la española Iberdrola. "El paro se ha levantado con un cuarto intermedio (seguimos en emergencia), para iniciar las mesas de diálogo por los demás puntos de nuestro pliego. Y si el gobierno no nos escucha, vamos a volver a movilizarnos", cerró la mañana de fiesta doña Mechi antes de regresar a su ciudad.