El alza en los precios de los carburantes, decretada por el gobierno de Carlos Mesa el último día de 2004, desató una ola de reacciones en todo el país. La más persistente ha sido la protagonizada por el Comité Cívico de Santa Cruz que, casi olvidado el tema inicial, demanda la autonomía departamental de forma inmediata.
Huelga de hambre de dirigentes cívicos y sociales, toma de oficinas públicas, marchas callejeras y hasta la paralización del aeropuerto internacional de Viru Viru, son las medidas con que, esa movilización, enfrenta al gobierno. Por su parte, el presidente y sus ministros han intentado convencer al comité cívico y sus aliados, llegando incluso a reducir el alza en uno de los carburantes (diesel), sin conseguir una respuesta conciliadora de éstos. Una gestión parlamentaria en Santa Cruz tampoco ha dado resultado. La semana concluyó con una marcha en la que se anunció que, el próximo viernes, un cabildo abierto en esa ciudad declarará la autonomía y elegirá un gobierno provisional.
Avances y retrocesos
El Comité Cívico de Santa Cruz es, probablemente, el que más convocatoria tiene; una medida de fuerza determinada por su directorio, tiene efecto real. En otros departamentos, la respuesta es aleatoria. De modo que, cuando aquel comité decidió que se iniciaba un paro seguido de movilizaciones y otras medidas de fuerza, la decisión fue acatada lo mismo por empresarios que por trabajadores. La demanda era la derogatoria del aumento tarifario de los carburantes.
Para el comité, sin embargo, era más importante la reivindicación autonomista, demanda que viene de hace varios meses. En junio pasado, una reunión de éste, acordó una serie de demandas en oposición a las planteadas en octubre de 2003. En contra de una nueva ley de hidrocarburos, se demandó la firma de convenios para exportar gas de inmediato; frente a la convocatoria a asamblea constituyente se exigió el referéndum perentorio por la autonomía. El reclamo contra las alzas dispuestas por el gobierno mereció el apoyo de la mayor parte de los sectores sociales en aquel departamento y de organismos nacionales de empresarios y hasta algunos de trabajadores. Sobre esa base, el comité cívico avanzó decididamente en su movilización y puso en primer lugar el tema de la autonomía.
Ante tal viraje, los empresarios de otros departamentos retiraron su apoyo y una situación similar comenzó a darse en las organizaciones sociales, incluso las locales. Por tanto, el comité cívico vio la necesidad de presionar decididamente para obtener una respuesta inmediata, antes que su movimiento comenzara a desgastarse.
Argumentos complicados
El tema de la autonomía está inscrita en la agenda nacional, como reacción contra el absorbente centralismo existente. Los sectores indígenas han demandado esta solución y, en tales circunstancias, toda organización política o social tiene una posición favorable a tal medida.
Pero, una cosa es reclamar la autonomía y otra diseñar un proyecto autonómico. Los pueblos indígenas y sus organizaciones representativas, reclaman un gobierno propio normado por sus usos y costumbres; lo más avanzado es el planteamiento katarista (por el líder aimara del siglo XVIII, Tupac Katari).
En cuanto al Comité Cívico de Santa Cruz, la propuesta aún no detallada, plantea la elección de autoridades departamentales por voto directo y un manejo autónomo de los recursos naturales y económicos. Por supuesto, esto tiene incidencia en el tema de los hidrocarburos, aunque también la riqueza forestal es un rubro importante en la región, amén de la importante producción agroindustrial.
La riqueza de tales recursos es el factor que ha convencido a los dirigentes del comité cívico para llevar adelante una estrategia de desafío al resto del país, demandando su autonomía, sin esperar decisión u opinión de otros distritos. Así fue cómo, el presidente Carlos Mesa, pudo reunir a los alcaldes recién electos de los otros departamentos para rechazar aquella exigencia que ya tiene visos de separatismo.
Ambigüedades
Pero el gobierno ha tomado una actitud que, para muchos, es ambigua. Decidir la elevación de los precios de carburantes, no pareció lo más adecuado, por la agravada crisis económica que vive el país y el anuncio, del mismo gobierno, de que no habría aumento salarial. Suponer que las fiestas de fin de año permitirían una resignada aceptación, estaba muy lejos de la realidad. Cuando el presidente Mesa decide reducir el alza en el diesel, por ser el carburante de mayor uso en Santa Cruz, fue una reacción tardía que no podía aminorar la movilización en ese distrito.
La censura parlamentaria a cuatro de sus principales ministros, aunque no tiene el efecto de provocar una crisis ministerial, subraya el distanciamiento que se mantiene entre los poderes ejecutivo y legislativo. La distancia fue evidente cuando, en la última etapa de la interpelación, el ministro José Galindo propuso suspender el acto en vista que el gobierno había reducido el alza. No había ningún argumento sólido para explicar la medida de aumento en el precio de los carburantes.
Aún así, el gobierno ha logrado el apoyo de los alcaldes que se declararon en contra de los intentos separatistas, lo mismo que un núcleo de parlamentarios de diversos partidos, que se pronunciaron en defensa de la democracia.
Apreciaciones
Todo parece indicar que, el Comité Cívico de Santa Cruz, no ha logrado concitar un apoyo más allá de los límites de su convocatoria local. No obstante, sigue siendo una fuerza importante que no se resigna a salir derrotada de este enfrentamiento. Sabe, por otra parte, que la realización del cabildo abierto el viernes próximo, es una jugada muy arriesgada cuyo resultado es absolutamente impredecible.
En el otro frente, el gobierno no puede seguir jugando al desgaste de ese movimiento. Es más: hay otros conflictos que debe atender y sus posibilidades de posicionamiento son muy escasas. Hasta ahora ha intentado dar largas a los conflictos que debe atender, esperando que se desgasten por sí solos; esa técnica puede llevarlo a su propio desgaste.
Parece infantil, pero hay un factor a considerar: el 5 de febrero se inician los carnavales, que son un evento de primera importancia en Santa Cruz. Los festejos, con las jornadas precarnavaleras ya se iniciaron este fin de semana. Puede ocurrir que el carnaval relegue a un segundo lugar el conflicto. Pero es muy peligroso ir por esa apuesta.