Europa |
Nuevos atentados y la campaña del terror permanente
Eduardo Andrade Bone
Los acontecimientos que están relacionados con los últimos atentados
terroristas de Londres, tienen varias aristas y hay que analizarlos desde
diversos contextos. Ello debido a que no nos podemos quedar en los hechos en sí,
vale decir en tan sólo los atentados y sus secuelas de muerte, miedo y
desconcierto, que siempre terminan afectando al ciudadano común y corriente,
pero no a los símbolos del poder del dinero y la maquinaría de guerra desatada
por éstos.
Los hechos ocurren cuando el denominado grupo G-8 se encontraba enclaustrado en
Gleneagles (Escocia), cuando todo parecía indicar que el encuentro cumbre se
encaminaba a su fracaso. La sola presencia de G.W Bush había logrado producir el
rechazo y la movilización de miles de personas, para decir un basta a la
ocupación genocida en Irak, encabezada por el eje anglo norteamericano, un basta
a la carrera armamentista, un basta a las políticas económicas neoliberales, que
generan inseguridad, desconcierto en el mundo del trabajo, pobreza y grandes
desigualdades sociales.
Las miles de personas que habían llegado hasta las cercanías del lugar, donde se
realizaba el encuentro cumbre, estaban allí para decir basta de guerra, queremos
la paz y un mundo ecológicamente mucho mejor para todos. Una vez ocurrido los
atentados, la prensa no da cuenta de lo ocurrido con los manifestantes, todo se
concentra en las nuevas acciones terroristas.
Es más, el símbolo mayor del terrorismo de Estado, representado por el
neofascista G.W. Bush, ante de llegar a Escocia había sido ampliamente repudiado
por manifestantes en Dinamarca. Además su viaje venía precedido de una creciente
perdida de popularidad en su propio país y críticas cada vez más fuerte de la
prensa americana, ante el manejo de la ocupación y el genocidio desatado en
contra del pueblo de Irak, en donde la resistencia a la intervención militar
extranjera, responde de una manera más y más efectiva. A todo esto se suman las
fuertes críticas a las violaciones de los derechos humanos de las personas
recluidas en las cárceles de Guantánamo y Abu Graib.
Por otro lado, Tony Blair en las últimas elecciones realizadas en su país, el
partido Laborista, había perdido una cantidad significativa de puestos en el
parlamento de este país, además de estar fuertemente cuestionado con respecto a
su papel de aliado fundamental, de las políticas de rapiña y muerte impulsadas
por la administración Bush en Irak y Afganistán. A todo esto, tenemos que
sumarle la crisis que vive la Unión Europea, a raíz del No rotundo de franceses
y holandeses a la Constitución de los neoliberales, que se aprestan a liquidar
las conquistas sociales de los trabajadores europeos, también llamadas del
Estado del Bienestar.
Sin duda que para cualquier análisis de la situación, habrá muchos otros
elementos a tener en cuenta. Sin embargo los hechos ocurridos en Londres,
cambian en 360 grados, el desprestigio y repudio que había producido la cumbre
del G-8, por ser un ente, que no contribuye en nada a resolver los problemas de
los más necesitados del planeta, su declaración última y final así lo ratifica.
Al conocerse los atentados terroristas se produce un alineamiento inmediato en
los 7 países más ricos y desarrollados, además de la presencia de Rusia, con
respecto a su condena inmediata a las acciones terroristas producidas en Gran
Bretaña. Con ello se busca producir el máximo impacto y efecto en la opinión
pública local y mundial. De alguna manera hay que darle mayor legitimidad a la
lucha contra el terrorismo, pues es el caballo de Troya, de quienes quieren
establecer la hegemonía mundial, sobre el resto de los países de la tierra. De
allí, que la propaganda del terror permanente es un elemento básico a seguir
utilizando. Joseph Goebbels, ministro de Instrucción Pública y Propaganda del
régimen nazi, utilizaba el principio de "miente, miente, que siempre algo
queda", y la presunta lucha contra el terrorismo ayuda en este sentido.
Los atentados terroristas del jueves, lograron que las manifestaciones en contra
de la cumbre del G-7+1, fueran aplacadas y todo se concentrara en los hechos
acaecidos en Londres. Ello debido a que las manifestaciones habían logrado
acaparar las simpatías de los británicos y de todos los que exigen que se ponga
termino a la pobreza en el mundo, se condone la deuda externa de los países más
pobres del planeta y se ponga en práctica los acuerdos de Kioto, para la
reducción del dióxido de carbono y evitar así el efecto invernadero sobre la
tierra.
Lo ocurrido en Londres, tienen cierta similitud con lo acaecido el 11-M en la
ciudad de Madrid, pues estos se realizaron cuando la popularidad del neofascista
José María Aznar venía a la baja, el repudio del pueblo español a la presencia
militar de España en Irak era creciente, y se pensó que los atentados
terroristas de Atocha, desde el punto de vista electoral iban a beneficiar al
Partido Popular (derecha), lo que luego no ocurrió en las urnas, lo que permitió
que los socialistas volvieran al gobierno, bajo el liderazgo de Rodríguez
Zapatero.
La policía británica, así como todos los expertos en la lucha contra el
terrorismo contando con todos los avances de la ciencia y la técnica a su
disposición, han sido incapaces de dar con el paradero de los terroristas, de la
red Al Qaeda, con Osama Bin Laden y con todos los que sirven al Imperio para su
"lucha contra el terrorismo. Habría que preguntarse una vez más, a quién
benefician los actos terroristas del 11-S, el 11-M y los ocurridos ahora en
Londres ? Hasta el cierre de esta nota, la policía inglesa sólo tenía sospechas
de que las acciones terroristas hubiesen sido realizadas por Al Qaeda, no hay
pruebas concretas, ni pistas, ni detenidos y un saldo de más de 50 muertos y 700
heridos de diversa gravedad. Tampoco en la prensa británica se han producido
algún tipo de críticas o polémica al respecto, sólo existe un misterioso mutismo
auto acusador.
La cumbre del grupo de los 7, más Rusia, ha culminado con paliativos para
reducir o terminar con la pobreza en el mundo. Estados Unidos, el país más
contaminador del mundo, se niega rotundamente a la aplicación de los acuerdos de
Kioto. No se consiguió que los países miembros elevaran cada uno al 0,7 % de su
PIB en ayuda para el desarrollo. Tampoco se logro la eliminación de los
subsidios a la agricultura de los países más desarrollados, lo que perjudica
esencialmente a los países emergentes y a los más pobres del planeta. Tony Blair
expresó "no es lo que todo el mundo quería pero es un progreso real y
alcanzable", afirmó.
Pero eso no es todo, en la cumbre se habló además, de que los países que deben
reducir su consumo energético deben ser China y la India, pues son los países
que más consumirán energía en el futuro inmediato, por lo tanto, Estados Unidos,
y la mayor parte de los países de la UE, no están dispuestos a implementar
medidas para la reducción del dióxido de carbono sobre el planeta.
Finalmente la prensa italiana, ha dado a conocer que los próximos atentados se
realizarán en Italia y Polonia, sin descartar que estos se realicen también en
países que no tienen fuerzas militares en Irak (Francia,Alemania,etc). O sea que
las políticas terroristas del eje angloamericano, se justifican plenamente, en
la medida que estas sirvan a sus intereses más oscuros, que no son otros, que
implantar la dictadura neoliberal en todo el mundo, desatando el genocidio y la
muerte allí donde sea necesario.
De allí que no es raro que la prensa italiana manifieste que los próximo
atentados son en su país. Tampoco es descartable que se comiencen a crear las
condiciones propicias para liquidar el nuevo gobierno iraní y apropiarse del
petróleo de este país, o desestabilizar Venezuela e intervenir militarmente en
Cuba, para imponer la democracia neoliberal tipo Pinochet, en toda América
Latina y de paso controlar los recursos naturales de estos países.
Todo esto se viene dando en el marco de una correlación de fuerzas creciente en
favor del termino de la pobreza en el mundo, de las desigualdades sociales y la
creciente brecha entre países ricos y pobres. Los pueblos del mundo vienen
tomando conciencia de la necesidad de ampliar la participación y la democracia
popular en todos los asuntos que los afectan. Los ciudadanos no están dispuestos
a seguir apoyando a políticos corruptos, que desarrollan el tráfico de
influencias, que resuelven políticas siempre en favor de los centros de poder
económico y que implementan dictaduras cívicas o militares en beneficio de los
neoliberalista, que están poniendo en peligro cada vez con mayor fuerza, la
existencia de la civilización y del propio género humano.