Entrevista con Sabiti Ramazani, asesor jurídico, inmigrante y presidente de la Asociación Mundo Inmigrante (AMIN)

Revista Fusión

El Gobierno ha iniciado un proceso sin precedentes para regularizar inmigrantes, que durará hasta el 7 de mayo. En ese plazo los empresarios deben presentar todos los papeles necesarios que permitan la legalización de sus trabajadores. Los pros y contras del proceso los analiza Sabiti Ramazani, asesor jurídico, inmigrante y presidente de la Asociación Mundo Inmigrante (AMIN)

En síntesis, ¿qué va a suponer la regularización de inmigrantes en España?

Hay dos partes. Por un lado para el Estado va a suponer que los trabajadores que hasta ahora estaban en la clandestinidad, van a contribuir al sistema de la Seguridad Social. Por tanto el millón de inmigrantes que se prevé regularizar es también el número de nuevas cuotas a la Seguridad Social que se van a ingresar. Por eso el Gobierno ha insistido en que sea una regularización mediante el contrato y el empresario. Por otro lado, en lo que afecta a los inmigrantes, se les va a dar una dignidad humana porque van a poder empezar a trabajar en las mismas condiciones que todos los trabajadores, cobrando realmente lo que les corresponde. Y también decir que la regularización contribuye a facilitar la convivencia con la sociedad, porque los irregulares -como se les llama a los indocumentados- siempre son motivo de una cierta inseguridad. Las personas sin papeles parece que inspiran miedo a los autóctonos porque se piensa que una persona que no tiene documentación, como no puede trabajar, es posible que esté más expuesta a la delincuencia. Por eso creo que esta regularización ayuda a la convivencia. Pero por otro lado me preocupa mucho que es un proceso en el que los requisitos que han dado son muy restrictivos y mucha gente quedará fuera. Muchos inmigrantes se quejan de que se exija el empadronamiento como único documento para acreditar la permanencia de una persona antes del 8 de agosto de 2004, cuando nos encontramos con que personas que tienen otro tipo de pruebas legales como los historiales médicos o los certificados que acreditan que la policía les ha detenido antes de esa fecha pues no se aceptan. De hecho hay un documento oficial que la propia policía expide cuando detiene a una persona que no tiene documentación. Se inicia el expediente de expulsión y se le detiene su pasaporte, con lo cual tenemos la seguridad de que esa persona no ha podido salir de España desde entonces, cosa que además no sucede con los empadronados. Por eso pienso que se está dando un mensaje y al final van a ser cuatro personas las que tienen oportunidad de regularizarse.

¿Cree que esta regularización impulsará la llegada de más inmigrantes?

Eso es inevitable y la prueba es que la policía está deteniendo actualmente a muchos más inmigrantes. Vienen de países europeos, es decir, que a lo mejor están en Francia, no se han regularizado y vienen aquí a probar suerte. Otra cosa es que se marchen cuando termine este proceso, al ver que no tienen oportunidad. Pero en este momento está viniendo gente, eso nadie puede negarlo.

El primer día defraudó el número de solicitudes por parte de los empresarios. ¿Se pone de manifiesto la poca voluntad que hay por parte de algunos empresarios de legalizar a estas personas, aprovechándose de su situación para pagarles salarios bajos y ahorrarse la Seguridad Social?

Muchos empresarios que hasta ahora estaban trabajando con inmigrantes, prometiéndoles que les iban a dar papeles si salía un proceso de regularización, ahora se están echando atrás. El porqué no lo sabemos, lo cierto es que ahora mismo hay muchos inmigrantes desesperados por el tema del contrato. No sé la razón por la que los empresarios no se están animando, supongo que habrá unos que no quieren cotizar a la Seguridad Social y otros que piensan que al regularizar a sus trabajadores les van a imponer sanciones por el tiempo que han estado trabajando. Quiero decir que esto ya no existe y la culpa de estas informaciones falsas la tiene el propio Gobierno, que antes de decidir los requisitos difundió estos datos.

¿A qué se deben las críticas europeas -fundamentalmente de Alemania y Austria-, ante una regularización que ellos ya han solucionado?

Hace muchos años Europa no estaba tan unida, por lo que hubo países que regularizaron fuera de esta entidad única -políticamente hablando-, que se está construyendo. Las críticas son porque saben claramente que los inmigrantes aquí legalizados podrán terminar en cualquier punto de Europa. Además hay un efecto llamada, están llegando muchos inmigrantes sin posibilidad de regularizarse que luego no se marcharán sino que se dirigirán también a cualquier lugar de la UE.

¿Cree que España necesita una regulación diferente en materia de inmigración dentro de la UE, debido a su situación geográfica?

Una regularización diferente no creo que sea lo más adecuado, el sistema de entrada y de permanencia de extranjeros puede ser igual para toda Europa. Pero España necesita medios, dinero europeo para luchar contra esas entradas ilegales, para poder controlar la frontera exterior. Y yo quiero decir más: Europa tiene que ayudar con proyectos concretos de desarrollo condicionado a esos países que exportan la inmigración. Esa es la solución definitiva, porque todos los que vienen aquí si encuentran un trabajo en su país -aunque ganen poco dinero- se quedan, porque están mejor en su país, con su familia, con su gente... Pero mientras haya hambre en esos países es inevitable que vengan. El hambre puede con todo y puede obligar a una persona a hacer cualquier cosa para poder tener algo de comer. Hay que ayudar yendo al origen de las causas en los países. La gente que se muere en las pateras debería ser una llamada a la conciencia de los ciudadanos europeos, que tendrían que presionar a sus gobiernos para que financien programas de cooperación al desarrollo. Pero bien hechos, porque hasta ahora han sido un fracaso.