Argentina: La lucha continúa
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Lunes 1 de agosto de 2005/Piden interrupción de embarazo
producto de violación
Argentina Indymedia
El caso de una adolescente violada y embarazada en Tierra del Fuego, cuyos
padres acudieron a la justicia en búsqueda de autorización legal para
interrumpir el embarazo, vuelve a poner sobre el tapete la discusión sobre el
derecho al aborto, al tiempo que nos remite, inevitablemente, a una historia
similar con desenlace trágico: Romina Tejerina, igualmente violada y embarazada,
quien imposibilitada de abortar con los métodos caseros a su alcance, dió
muerte, en un episodio psicótico, a la recién nacida.
Las coincidencias no son casuales sino que revelan, más bien, la densa trama de
violencia y dominación a la que están sometidas muchas mujeres, la
naturalización de una situación para nada natural: la de la opresión patriarcal.
Y tampoco es casual la lógica con la que presentan estos casos los medios de
información masiva, siempre a la búsqueda de un sensacionalismo morboso y
acrítico. ¿Cuántas Rominas habrá a lo largo y ancho del país? ¿Cuántos casos
que, lejos de llegar a la gran prensa, ni siquiera llegan a los tribunales de
justicia?
Romina Tejerina, jujeña, morocha y pobre, purga una pena de catorce años de
prisión. El sistema júrídico que la condenó, hoy debe decidir si autoriza el
aborto de la adolescente fueguina. La respuesta es más que predecible. Por otra
parte, nuestro Código Penal sólo permite el aborto inducido en dos casos: cuando
es fruto de la violación de una mujer "idiota" o "demente" o cuando corre
peligro la vida de la madre. Y aún en estos casos, muchxs juecxs, deniegan el
pedido, como sucedió recientemente en la provincia de Buenos Aires, donde un
tribunal lo concedió pero con voto dividido y después de tomarse dos meses,
demasiado tiempo para un embarazo donde hay riesgo de vida, mientras la
afectada, embarazada de altísimo riesgo, esperaba en terapia intensiva la
desición de la corte.
Por estos días se ventila también en los medios y en la justicia el caso de
Rita, en Entre Ríos, similar al de Romina, aunque aquí la fiscalía ha reconocido
el estado de disturbio mental de Rita en el momento del parto y durante todo el
embarazo, y pide su absolución.
Lo cierto es que, mientras pensamos las mejores tácticas para nuestras campañas
pro despenalización, mientras algún ministro hace alguna inútil declaración,
mientras algún monseñor desbocado pretende arrojar al mar al ministro antes
mencionado, en Tierra del Fuego, en Entre Ríos, en Jujuy y seguramente en muchos
otros lugares, una mujer, una niña, ve truncada su vida y sus proyectos mientras
la justicia mira para otra parte.
Este hecho nos muestra una vez más cómo el poder, las instituciones del Estado,
la Iglesia y los medios, que etiquetan los debates y luchas por el derecho al
aborto como una cruzada en contra de la vida, son en realidad aquellxs que están
condenando todos los días a las mujeres, jóvenes y niñas de nuestro pueblo,
donde el castigo para las que deciden desesperadas transgredir la prohibición
del aborto, es muchas veces una velada, oculta y silenciada pena de muerte.