Argentina: La lucha continúa
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El futuro de un recurso estratégico
Agua turbia
La escasez de agua potable aterra al Primer Mundo.
Un documental argentino alerta sobre las pretensiones extranjeras sobre el
Acuífero Guaraní, el mayor del continente.
¿Peligro o paranoia?
Cuando se abre la ducha cinco minutos antes de empezar a bañarse, cuando se deja
una canilla goteando, cuando se baldea la vereda dejando correr el agua de la
manguera, se contribuye a las estadísticas más apocalípticas. Mientras que
Europa se encuentra en estado crítico (de sus 55 ríos sólo cinco no están
contaminados) y Estados Unidos tiene el 40% de sus fuentes de agua potable
contaminadas, el Acuífero Guaraní resiste. Es una de las mayores reservas de
agua dulce del planeta (la tercera a nivel mundial) ubicada bajo el suelo de la
Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, ocupando un área de alrededor de
1.190.000 kilómetros cuadrados (superficie mayor que las de España, Francia y
Portugal juntas) y es capaz de abastecer al planeta de agua pura por los
próximos doscientos años.
Mientras la ONU presagiaba que para el año 2025 la demanda de agua potable será
el 56% más que el suministro existente (es decir, que 3.500 millones de personas
padecerán escasez), la actriz formoseña Mausi Martínez negociaba un proyecto
personal en España. "Fue ahí dónde escuché por primera vez que España ya sufría
la escasez de agua y se nombraba insistentemente al Acuífero Guaraní. Por eso
cuando volví a la Argentina me puse a investigar sobre el tema", cuenta. Desde
ese momento, Martínez comenzó a gestar su primera película: el documental "Sed,
invasión gota a gota", que se estrenará el 25 de agosto.
"Los dos temas centrales del documental son la privatización del recurso, que
incluye la venta de las tierras donde se encuentra el Acuífero, y la instalación
de bases militares en la zona", dice Mausi Martínez. La directora sostiene que
como se pronostica una crisis del recurso a nivel mundial, las principales
potencias ya están poniendo en marcha planes para asegurarse agua potable cuando
comience la escasez: el 22 de mayo de 2003 se firmó en Montevideo el acuerdo de
Protección Ambiental y Desarrollo Sustentable del Sistema Acuífero Guaraní entre
los países que integran el MERCOSUR y bajo la custodia del Banco Mundial y la
Organización de Estados Americanos. El proyecto (que costó 24 millones de
dólares, de los que 13.4 fueron donados por el Fondo Mundial para la Naturaleza
(GEF)) consiste en formar un órgano institucional y técnico para administrar y
preservar el Sistema Guaraní. Algunos de los ítems del acuerdo tocan temas como
la profundización del conocimiento científico del Sistema, el desarrollo y
manejo del Acuífero y la posibilidad de la obtención de energía eléctrica.
El canciller Rafael Bielsa explica que desde 2000 se inició un proceso que
culminó en la obtención del financiamiento del Fondo para el Medio Ambiente
Mundial (GEF) para un proyecto de cooperación con los cuatro países,
implementado por el Banco Mundial. En la actualidad dicho proyecto, cuyo
objetivo es ayudar a elaborar un marco común institucional, legal y técnico que
permita acordar una gestión coordinada, se encuentra en la mitad de su fase de
ejecución. "En alguna oportunidad deberá subscribirse un tratado internacional
entre los cuatro países", dice Bielsa. Mientras tanto, el órgano máximo es el
Consejo Superior de Ejecución del Proyecto Acuífero Guaraní en el cual
participan representantes de las autoridades hídricas, ambientales y de
relaciones exteriores de los cuatro países. "La presidencia del Consejo es
ejercida por Argentina desde hace aproximadamente un mes, y por un lapso de dos
años, o sea hasta la finalización prevista de la ejecución del proyecto" agrega.
Sigue Martínez: "Si en algún momento esto parecía una teoría paranoica ya dejó
de serlo. La instalación de las bases militares y los ejercicios conjuntos entre
las fuerzas armadas locales y el Comando Sur son un hecho. Están cercando el
territorio con la excusa de la supuesta presencia de células terroristas
islámicas en la Triple Frontera, pero hasta ahora, no se han encontrado pruebas
al respecto". El Licenciado Roberto Pagés, miembro de la Fundación Oscar Alende
(FUNDAL), que está juntando firmas para una consulta popular sobre si el agua
debe ser considerada una mercancía o un bien social no sujeto a privatizaciones,
comenta: "La estrategia geopolítica para controlar y conocer la potencialidad
del Acuífero Guaraní es penetrar a través del Banco Mundial, que ya reemplazó a
las universidades locales que se encontraban haciendo el relevamiento de la zona
por empresas internacionales vinculadas a él".
El documental de Mausi Martínez ya ha sido premiado con la "Mención de Honor por
Derechos Humanos" en el Festival Internacional de cine de Mar el Plata 2005, y
esperando ser declarado de Interés Cultural por la Cámara de Senadores y
Diputados de la Nación, se entregó a Cancillería. "Lo terrible del asunto -dice
Mausi- es que no tuve que golpear ninguna puerta secreta durante la
investigación. Toda la información está a mano. La Cancillería dice a viva voz
que firmó el acuerdo con el Banco Mundial, no oculta nada". Pagés agrega: "Desde
el Gobierno se dijo que no había presupuesto para pagar el proyecto del Acuífero
y que por eso recurrieron a capitales privados". El embajador Raúl Estrada,
Director de la Representación Especial para Negociaciones Ambientales
Internacionales de la Cancillería le dijo a Clarín.com: "El Banco Mundial no
tiene nada que ver, el crédito fue otorgado por el GEF y es para administrar los
estudios del Acuífero".
La mayor controversia está centrada en dos ejes. Por un lado, Mausi Martínez,
FUNDAL, la agrupación de Mujeres Federales Argentinas y asociaciones de usuarios
y consumidores pujan por que el agua sea un derecho humano, un bien común y
social cuyo suministro, saneamiento y preservación se lleve a cabo por el
Estado. Por el otro, están las entidades como la Agencia Internacional de
Energía Atómica, el Servicio Geológico Alemán y el Programa Asociado al Agua del
Banco de los Países Bajos (todas parte del Proyecto del Acuífero Guaraní) que se
inclinan por la desregulación de los servicios estatales con el fin de
comercializar el agua como un valor económico.
"El agua no es un recurso de la humanidad, es un bien social, un derecho humano
y soberano. Patrimonio común de la humanidad son la luna, el mar, el espacio. El
agua pertenece al país que la contiene. Si fuera nombrada patrimonio común de la
humanidad, podría venir cualquier país que destruyó sus recursos y decirnos que,
como tiene sed, viene a tomarse nuestra agua. Lo importante es enterarse, tomar
conciencia y hacerse cargo", se queja Mausi. Mientras tanto el futuro, cada vez
más inmediato, se adivina turbio.