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Argentina: La lucha continúa

Lula no debe defraudarnos

  "Sin embargo, el Estado se equivoca a veces. Cuando una de esas equivocaciones se produce, se nota una disminución del entusiasmo colectivo por efectos de una disminución cuantitativa de cada uno de los elementos que la forman, y el trabajo se paraliza hasta quedar reducido a magnitudes insignificantes; es el instante de rectificar."
Ernesto "CHE" Guevara – Marzo de 1965
 
por Hugo Alberto de Pedro

 

Cualquiera que haya sentido alegría y satisfacción por la llegada al gobierno de la República Federativa de Brasil de Luiz Inácio Lula da Silva, hace menos de tres años, hoy estamos perplejos por los casos de corrupción que se han confirmado y que van más allá de las denuncias efectuadas desde la oposición.
 
Los máximos referentes del Partido de los Trabajadores, el PT, están implicados en prácticas de sobornos y manejos ilegales de fondos para las campañas políticas. De eso ya no caben dudas. Por más que nos duela profundamente esa realidad.
 
Para quienes hemos pensado que otro mundo es posible, y que seguimos sosteniéndolo contra vientos y mareas, no nos alcanza la vergüenza de Lula y menos aún sus pedidos de disculpas realizadas, recién ayer, cuando todo sin dudas estaba comprobado y nada podía ser tapado bajo el "radiante sol brasilero", como escribiera hace años.
 
Muchos estábamos expectantes sobre la gestión gubernamental trabajadora y socialista en el país más grande, en muchos sentidos, de nuestra América Latina. Pensábamos que el programa de "Hambre Cero" sería esa herramienta que devolvería a los 50 millones de empobrecidos por el capitalismo neoliberal la esperanza -esa que exigimos siempre que sea verificada en los hechos- de que después de 23 años de lucha en el sindicalismo, al llegar al gobierno, se produjera.
 
Sin embargo, nos encontramos con otra realidad que vas mucho más allá de que se hayan podido realizar las reformas prometidas y aceptadas por el pueblo brasilero que no dudo en llevar al PT al poder. Nos encontramos con esas prácticas funestas del mejor estilo partidocrático que siempre posterga el camino hacia lograr una sociedad libre, igualitaria, solidaria y justa que es imprescindiblemente necesaria y urgente.
 
El PT le ha dado a los sectores más reaccionarios de Brasil, y desde ya de nuestra América, los fundamentos necesarios para sostener que los movimientos y partidos populares, progresistas y de izquierda son lo mismo que ellos. Por supuesto que ante las pruebas nos cuesta demasiado salir en cualquier defensa, por más tímida que sea ella, porque sencillamente sabemos que la corrupción es la madre del hambre y la exclusión social que los sistemas políticos-económicos han llevado adelante.
 
Sería absurdo pensar que los millones de militantes y luchadores sociales brasileros se quedarán tranquilos y satisfechos con los pedidos de disculpas, esperamos que sean ellos los que exijan todos los cambios que sean necesarios y obliguen al gobierno al cumplimiento irrestricto de todas sus promesas que lo llevaron al Planalto.
 
Confiamos que así sea para que las esperanzas latinoamericanas sigan en pie, y que Lula retome su historia y compromiso social que jamás debería haber olvidado. Los niños brasileros se lo exigen.
 
13 de agosto del 2005