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        Argentina: La lucha continúa 
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Argentina: "Progresismo" y kirchnerismo, vieja política y nuevo verso
Facundo Aguirre
Del llamado progresismo kirchnerista proviene el uso abusivo de la máxima del 
comunista italiano Antonio Gramsci sobre la relación entre lo viejo que aún no 
muere y lo nuevo que no termina de parir 
En palabras de José Nun (Secretario de Cultura del gobierno y modelo del 
intelectual progresista pasado al campo presidencial) "No hay más remedio que 
construir lo nuevo con lo viejo, y desde este punto de vista no dio suficiente 
resultado una transversalidad concebida como alianza con sectores no peronistas 
que garantizasen el éxito electoral. Una de las razones por las cuales esto no 
dio resultado es precisamente por la división interna del peronismo. Frente a 
esto quedaba, a mi juicio, una sola opción válida: dar una lucha frontal como la 
que está dando el kirchnerismo para constituirse en mayoría indiscutida en el 
movimiento peronista (…) confío, fuertemente, que después de octubre (…) haya 
una redefinición táctica y sobre todo estratégica que nos permita dos años de 
gobierno de Kirchner que sean francamente progresistas."
De la alianza con Duhalde a la alianza con... los punteros de Duhalde
Como bien señala Nun el llamado transversalismo –las dispersas fuerzas y figuras 
centroizquierdistas y nacionalistas- fracasó. Así lo nuevo que debería ser un 
partido de centroizquierda tiene que transitar obligadamente a través de lo 
viejo del peronismo. El resultado: nuevamente el centroizquierdismo sale a 
rescatar a los partidos patronales en crisis como hicieron con la UCR formando 
la Alianza. Hoy actúan como salvavidas de los políticos peronistas que buscan 
reciclarse, ya sea dentro del PJ o en un nuevo partido en el futuro. Así la 
mutación del kirchnerismo resulta en un conglomerado de ex menemistas y ex 
duhaldistas unidos al "proyecto" merced al uso oficial de las cajas oficiales y 
las prebendas clientelares, propias de la vieja política.
El dicho criollo de que se están tragando algunos sapos –palabras del piquetero 
oficialista Luis D’Elia- califica mejor la actitud del progresismo kirchnerista 
que la máxima gramsciana con que enaltecen su opción por el gobierno.
Lo viejo y lo nuevo. Lucha de clases
Lo verdaderamente nuevo en la situación argentina hay que buscarlo no en los 
vericuetos de la política burguesa que exalta Nun sino en la recomposición del 
movimiento obrero. Si bien las luchas son esencialmente reivindicativas y no se 
elevan al plano del enfrentamiento político al gobierno –excepción allí donde el 
estado es patrón y los dirigentes responden a las bases- están abonando un 
cambio de actitud en los trabajadores. Un proceso de politización y reflexión 
acompaña la experiencia del movimiento obrero donde priman las ilusiones en los 
cambios desde arriba, pero también la experiencia de recuperar la unidad y la 
fuerza de clase. De desarrollarse la lucha de clases la conciencia obrera va a 
chocar con la miseria del reformismo que propone un gobierno al servicio 
exclusivo de las grandes patronales y el imperialismo. Si bien en lo inmediato 
los trabajadores probablemente voten a las listas del kirchnerismo o del PJ 
duhaldista, la crisis actual del peronismo y la persistencia de la actividad 
obrera, proyectan un escenario donde la emergencia de nuevas fuerzas políticas, 
señalan contradicciones que pueden abrir brechas para luchar por la 
independencia política de los trabajadores. La conformación del Frente PTS-MAS 
tiene por objetivo frente a las elecciones de octubre de fortalecer una 
perspectiva socialista y de autonomía política de la clase obrera.