Evidentemente, a pesar de los dichos presidenciales acerca de los Derechos Humanos en el acto realizado en Campana, el Ministro de Salud y Medio Ambiente de la Nación, Dr. Ginés González García, nos sigue deparando esa extraña sensación de ambivalencia, que lo lleva a oscilar entre el repensar acerca del aborto y la artera calificación de 'terroristas' al personal no médico del Hospital de Pediatría 'Dr. Juan H. Garraham' ante sus medidas de fuerza.
Pero esta sensación debemos considerarla peligrosa cuando se refiere a quien tiene en sus manos, nada más y nada menos, que la planificación y ejecución de la política sanitaria de la Argentina. Resulta claro que esta conducta es un claro indicio de sus verdaderas intenciones, de su pensamiento con respecto a las soluciones que deben tener las problemáticas sanitarias de nuestro país.
Si Monseñor Baseotto cometió un exabrupto inadmisible, luego de las declaraciones de este mercader de la salud; quien, ahora, nos demuestra que le ha brotado su enano fascista pero también su absoluta incompetencia para solucionar el problema salarial del personal del Garraham, al igual que muchos otros tales como la desnutrición infantil, a la cual se pretende ningunear mediante dibujos estadísticos o la cobertura integral de las prestaciones para las personas con discapacidad o portadores del HIV, por parte de las Obras Sociales o del mismo Estado, en los casos de pacientes que no tienen un ingreso por sí mismos o no están a cargo de familiares directos.
Simplemente optó por la estrategia del desgaste, la que lleva a la guerra de pobres contra pobres, pues espera que los mismos padres de los pacientes sean quienes exijan el cese del paro porque los pequeños que se atienden en esta importante institución sanitaria tienen patologías graves o que generan severas discapacidades... La responsabilidad por no resolver un conflicto que data de casi 3 años es del Sr. Ministro, le pese a quien le pese, porque es quien debe articular los medios para ello.
Y su absoluta incompetencia es tan grave como sus declaraciones que hacen recordar al pasado reciente, porque estamos hablando de niños y niñas que provienen, en su gran mayoría, de familias de bajos recursos que necesitan del Estado para tener un derecho básico humano fundamental: la salud.
De Baseotto al Garraham, un Ministro que solamente pretende solucionar las cosas mediante la indiferencia en lugar de actuar concretamente con el fin de buscar una solución a un viejo reclamo legítimo de los trabajadores del Garraham pero también para los padres desesperados que vieron cómo se reprogramaban las cirugías a realizarse en estos días.
En rigor de verdad, debería recordar que los Derechos Humanos no son solamente los 30.000 desaparecidos sino también el respeto a este derecho tan vulnerado y sistemáticamente mercantilizado como clientilizado como la salud...
* Juan Carlos Sánchez es Profesor de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales en I.S.P.'Dr. Joaquín V. González'.