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Argentina: La lucha continúa

Cuando votamos, nos botan

  Adolfo Pérez Esquivel
 
Se dice que la democracia es la elección a través del voto popular donde el pueblo ejerce el derecho de elegir a sus gobernantes.
 
Dicen que los pueblos gobiernan a través de sus representantes, delegando el poder. Vaya generosidad sin límites de los pueblos que confían en quienes los gobernarán durante 4 ó 6 años, y pueden aspirar a ser re-electos por otros 4 años. En todo ese tiempo los pueblos terminan siendo espectadores de las andanzas de los gobiernos, de diputados y senadores, de señores y señoras ministros; que deciden qué hacer con el país. Corrientemente, según la experiencia vivida por los pueblos, su fin es hipotecarlo, venderlo, rifarlo, destruir el medio-ambiente, privilegiar a los centros de poder y buscar acuerdos con el FMI, el Banco Mundial, el BID, la OMC, aumentar la DEUDA EXTERNA PARA QUE SEA ETERNA y continuar pagando lo inmoral e ilegítimo,… etc.,… etc., para no aburrirlos, pero que todos sabemos.
Sin embargo dicen que vivimos en democracia. Cuando votamos, nos botan; una es con V-(corta- de vista) y la otra con B-(larga- de botar, echarnos, ignorarnos, pegar una patada en el trasero y otras yerbas, podemos agregarle todos los adjetivos calificativos que gusten).
 
Durante las dictaduras militares, que los pueblos sufrimos, en el continente, los usurpadores del poder hacían lo que querían. Eran señores de la vida y la muerte de un pueblo, secuestraban, mataban, violaban, desaparecían personas, torturaban e imponían por el terror su voluntad. Tenían alianzas con sectores económicos y robaban cuanto podían con sus aliados Muchos de ellos, hasta el día de hoy, gozan de total y absoluta impunidad a pesar de la resolución de nulidad de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
 
Muchos sectores populares luchamos por superar y vencer las dictaduras y retornar a la democracia. Pero debemos preguntarnos; ¿Qué democracia? Palabrita que ya no se entiende bien a qué se refiere, ni qué significa. La han vaciado de contenido y hoy es una palabreja que va y viene por el uso y abuso de la misma.
 
"Mister Bush" sí, el emperador del Norte que quiere apropiarse del mundo dice qué país es democrático y cual no; decide lo que está bien y lo que está mal. Se erige en centro y ombligo del mundo para determinar los valores y niveles de la democracia: Como el gran dictador, aspira que todos sean a imagen y semejanza "bushiana", caso contrario les baja el dedo en el circo de la muerte, de los gladiadores que luchan por sus vidas , ese ciudadano y ciudadana a pie que deben sobrevivir, y poder alimentar a los hijos, darles una educación y que sufren el desempleo. En un país rico, con grandes recursos y pésima distribución, vivimos en el país de la "democradura" que supimos conseguir; como bien la define Eduardo Galeano.
 
A nivel popular existen dichos, que se han transformado casi en una regla: "haz lo que yo digo; pero no lo que yo hago". "miente,…..miente…., que a la larga algo queda". En las campañas electorales prometer lo que saben que no van a cumplir es el juego de muchos políticos profesionales que viven de la política, de los sueldos, prebendas y beneficios institucionales, dejando a un lado la ética y haciendo de la mentira una realidad. Han vaciado de contenido a la "política, como búsqueda del bien común de una sociedad".
 
Bueno,… no metamos a todos los políticos profesionales en la misma bolsa; no sería justo. Hay también hombres y mujeres que hacen de la política un servicio al pueblo, en la búsqueda del bien común. Son los menos, pero que los hay, los hay, por suerte, y para bien de los pueblos a quienes sirven con dignidad.
 
En éste mare magnum de hechos surgen situaciones preocupantes y es necesario tener memoria, refrescar las neuronas y recordar que muchos diputados y senadores que hoy votaron la nulidad de las leyes de impunidad, de Obediencia Debida y Punto Final, fueron en su gran mayoría los mismos que las votaron para aplicarlas. Se mueven de acuerdo a los vientos que soplan en la política y son como el camaleón. Esgrimen razones de la sin-razón, argumentos para justificar sus cobardías y esconderse en el anonimato de las votaciones, que pocos conocen.
 
Es asombroso que después de casi cinco años, desde que el juez Ballesteros dictara sentencia, del juicio iniciado por Alejandro Olmos, durante 18 años, sobre la Deuda Externa, y enviara la documentación a la Cámara de Diputados, con una expresa recomendación para que investiguen las graves consecuencias que la deuda tiene para el pueblo, hasta el día de hoy ni el Poder Ejecutivo , ni el Poder Legislativo hayan decidido iniciar una auditoria e investigación sobre la deuda que se ha transformado en la "Deuda Eterna". Pero se continúa pagando los intereses y se someten a las presiones del FMI y el BM, cuando por otra parte se anuncia que "no se pagará con el hambre del pueblo". Palabras transformadas en palabrejas. Otra de las "joyitas políticas del gobierno".
 
Todo eso se hace a las espaldas del pueblo, pero se dice que "vivimos en democracia". Como ejemplo, el envío de 640 militares a la República de Haití, que cuestan a la Argentina, cada seis meses, 10 millones de dólares. Muchos nos opusimos a esa decisión del gobierno. Hoy las consecuencias están a la vista. Haití no necesita tropas, sino recursos para la salud, educación y desarrollo del pueblo, para superar el hambre y la pobreza.
 
La democracia que vivimos, plagada de "dedocracia" y "unicato político", con alianzas nefastas, con los señores feudales provinciales que usufructúan los recursos de las provincias para su propio provecho, con un poder judicial y legislativo adicto y manipulado, pone en serio riesgo la participación del pueblo, violando los derechos humanos e impidiendo la construcción de una democracia participativa. Utilizan la extorsión del voto cautivo bajo la permanente amenaza de que, si votan distinto al gobierno, perderán sus puestos de trabajo. Los subsidios de Jefes y Jefas de Familia, son utilizados políticamente a través de los punteros políticos. Si no responden a sus ordenes pierden el subsidio del cual dependen poder alimentar a su familia.
 
La reciente Marcha Nacional de los Chicos del Pueblo, iniciada desde la Provincia de Tucumán hasta Buenos Aires, llegando a la Plaza de Mayo para reclamar el derecho a una vida justa y que no se mueran cerca de cien chicos por día de hambre y enfermedades evitables es un claro llamado a la conciencia del pueblo y de sus gobernantes. Un país que no cuida y atiende las necesidades básicas sus niños, es un país que perdió su rumbo y su dignidad. U n país riquísimo , donde hay aproximadamente 9.500 millones de chicos que viven bajo el índice de pobreza.
Más de 4.500 kilómetros de marcha y cuando llegaron los chicos a la Plaza de Mayo, no había un solo representante del gobierno. La voz de los chicos fue escuchado por miles de personas en todo el país y el exterior, pero no por los responsables gubernamentales que debieran atender los problemas de la infancia.
 
Los chicos reclaman un lugar justo en la sociedad. Esto fue impactante a pesar que los escuchamos y vemos todos los días. Ese reclamo es directo, claro y contundente : "Tenemos el derecho, a no comer de la basura". " Tenemos derecho a que nuestros padres tengan un trabajo digno y nos puedan cuidar y ser felices y podamos estudiar". "Tenemos derecho a reclamar que no nos golpeen porque somos pobres". El Presidente de la Nación, se fue de la Casa de Gobierno cuando llegaba a la Plaza de Mayo el Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo y no los escuchó. Da mucha tristeza esas actitudes.
 
Hay temas para las dirigencias políticas que no son prioridades y tratan de que queden en las sombras, o en los "olvidos intencionados". Hasta el presente los diputados le están dando más vuelta que perro para acostarse, y no se deciden a sancionar la Ley Integral de la Infancia. Mientras algunos diputados transnochados, reclamaban bajar la edad de imputabilidad de los chicos, para penalizarlos, pero no para solucionar los problemas que afectan a la infancia.
 
Es preocupante la falta de claridad y determinación entre lo urgente y lo importante. Los niños deben ser una prioridad para el Estado y no un accidente. Muchas veces se les ve como una molestia social. Los chicos y chicas no cuentan para ellos, no "votan", pero si los "botan".
 
Es urgente reclamar la prioridad de políticas sociales adecuadas de protección de la infancia. Escuchar la voz de los chicos que reclaman un lugar digno en la vida.
 
Buenos Aires, 4 de julio de 2005