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Argentina: La lucha continúa

El superávit para arriba los salarios por el piso

 
MPR, Quebracho

El año 2004 se caracterizó por el incremento de las luchas por aumento del salario real de importantes sectores de la producción y servicios. Estos sectores obtuvieron resonantes y estimulantes victorias, encarnadas por instancias organizativas recuperadas por los trabajadores, con tomas de instalaciones y asambleas que decidían en última instancia el rumbo de cada medida a tomar (telefónicos, subterráneos, trabajadores de las autopistas). Siguió el turno de los sectores de trabajadores del estado, primero el Garrahan, luego en cadena se plegaron los hospitales y la docencia de todas las provincias. Todos los trabajadores luchando por una redistribución del ingreso. Por el reparto del superávit en casa, para el pueblo y no a los acreedores externos.
Sin embargo, hay una notable diferencia entre el alcance de la lucha de los primeros, trabajadores de sectores privados que tienen su propio superávit con que cuentan "utilidades" extraordinarias, y el de la lucha de estatales y docentes. En este último caso, la pelea es con el propio estado superavitario, que cuenta con ese superávit para cumplirle al fondo. El contraste es más claro aún si observamos el último convenio firmado por las Automotrices con Smata. Es que en algunas ramas de la producción (que producen en gran parte para la exportación y con procesos de producción que integran, como es el caso de las automotrices, partes y ciclos de su cadena en otros países) tienen sus salarios integrados a ésos niveles internacionales, mientras que otros sectores atados al mercado interno, entre ellos los estatales en general, están condenados por el plan de saqueo neocolonial a salarios de infra consumo. En este caso los hechos desmienten la neo zoncera criolla del crecimiento con derrame, y la mentira kirchnerista de la reactivación del mercado interno.
Está claro que la economía está orientada a la exportación, a recaudar divisas de ésas exportaciones para acumular el superávit necesario para pagarle al fondo... agotando nuestro suelo, nuestros pozos de petróleo y cuanta riqueza haya. Pero ése ciclo sólo es posible sobre la superexplotación de los trabajadores, con salarios baratos muy depreciados con respecto a los niveles internacionales. El doble fin es hacer los salarios "competitivos" y a su vez regimentar el infraconsumo mencionado que garantiza liberar mercaderías (alimentos y energías) que son destinadas entonces no al consumo interno, sino a la exportación. Particularmente el mantenimiento de un virtual congelamiento de los salarios del sector público sirve para mantener el ya mencionado superávit fiscal para nuestros amos.
Esto tiene dos implicancias directas en la lucha económica de los trabajadores. Por un lado, genera un marcado fraccionamiento del mercado de fuerza de trabajo, según la integración al consumo interno o externo de cada sector. Por otro lado un potencial explosivo en la lucha, por la presión que genera sobre los asalariados y por la expuesta vinculación con el problema político central: el imperialismo. Todo esto abre la posibilidad de dar el salto de la lucha económica a la lucha política.
El primer problema se observa con bastante simpleza con sólo leer los diarios. Hay un sector de trabajadores que han podido recuperar parte de su salario frente a la inflación. Según publicó clarín el domingo 19 de julio; agricultura y ganadería recuperaron un 13%, metálicas básicas 14%, minas y canteras 9%, textiles y cueros 7,4%; mientras que la administración pública perdió con -12%, los bancarios con -18,6% y enseñanza y salud -10,9%. Pero el Clarín no dice mucho sobre el 60 % ciento de los trabajadores en negro, que no han tenido aumentos sino detrimento salarial. Ellos conforman la gran masa del pueblo que subsiste y resiste, sin todavía organización para la pelea por su salario. He aquí uno de los grandes problemas de la militancia sindical que se quiera decir combativa, clasista y antiimperialista. En éstos compañeros, que reparten pizza, reparten mensajes, limpian vidrieras, pintan, envasan pollos, y tantos etcétera es una fuerza popular a desatar. El último escalón salarial, lo constituyen los subsidios de desempleo.
El otro gran problema es el que está haciendo que el gobierno nacional y los provinciales comiencen a perder los estribos y desaten la brutal represión que están desatando sobre los docentes y trabajadores estatales que salen a pelear por un salario digno, porque las pequeñas cuotas de recuperación salarial que se les han arrancado son lo máximo que pueden tolerar sin poner en riesgo su plan de pillaje.
Por más que los regentes locales del imperio hayan tenido un cierto margen para la demagogia vendiendo los reajustes salariales que los privados han podido absorber como una política popular, la lucha crece y no saben como detenerla, prueban con acusaciones de intereses electorales, con represión, y todo esto no hace más que desnudarlos ante los laburantes de todo el país, que comienzan a discutir otras cosas, entre ellas la movilización contra el genocida Bush.
 
Mpr Quebracho
quebracho@quebracho.org.ar