Nuestro Planeta
|
Fin de la moratoria europea sobre transgénicos
Ecologistas en Acción
La Comisión Europea posiblemente decida mañana miércoles si autoriza la
importación de un maíz transgénico insecticida, levantando la moratoria europea
vigente desde 1999, en contra de la opinión de varios gobiernos. Según
Ecologistas en Acción, esta decisión sería prematura y contraria al principio de
precaución, ya que la legislación europea es todavía totalmente insuficiente, y
únicamente se puede entender como respuesta a las amenazas de sanciones del
departamento de comercio estadounidense, que ha denunciado a Europa ante la
Organización Mundial del comercio.
La primera gran "laguna" normativa es la falta de legislación sobre
responsabilidad por daños a la salud y al medio ambiente. Las mismas compañías
biotecnológicas que afirman insistentemente que los transgénicos carecen de
riesgos, se resisten a que se regule la responsabilidad por daños asociados a
este tipo de productos, pretendiendo que el riesgo recaiga sobre los
agricultores, o en otros eslabones de la cadena productiva.
La segunda grave carencia legislativa es la falta de normas y medidas para
frenar la contaminación genética procedente de cultivos transgénicos. Esta
contaminación supone un grave perjuicio para el agricultor que la sufre. Pero
además es enormemente preocupante a medio plazo, ante la eventualidad de un
fracaso de las variedades manipuladas genéticamente en términos de rendimiento o
de problemas ambientales y de salud. La Unión Europea, sin embargo, ha
establecido únicamente unas Recomendaciones sobre coexistencia, no sólo
inaceptables por su planteamiento permisivo y su falta de concreción, sino por
tratarse de normas que no son vinculantes.
Por otra parte, se repite insistentemente que no hay datos concluyentes que
permitan afirmar que los OMG tienen riesgos ambientales y sobre la salud. Pero,
¿acaso se buscan estos datos?. En Europa se han aprobado variedades transgénicas
a pesar de que los propios comités científicos de los gobiernos habían
presentado objeciones en el proceso de autorización, por considerar que la
inocuidad de los productos no estaba suficientemente demostrada. Y la Comisión
Europea no es la primera vez que autoriza la comercialización de un OMG obviando
el voto en contra de varios gobiernos en las sesiones del Consejo.
En el caso del Bt 11 de Syngenta, la importación de este maíz, insecticida y
resistente a un herbicida y destinado al consumo humano, preocupa de forma
especial a varios gobiernos europeos, que han cuestionado su seguridad. Bélgica
ha señalado que el análisis molecular revelaba datos inquietantes, como la
presencia de fragmentos de ADN inesperados; el gobierno de Austria no está
conforme con los informes aportados por Syngenta, objetando la carencia de
análisis toxicológicos, de pruebas sobre los efectos a largo plazo del consumo
de la proteína transgénica y de pruebas alergénicas adecuadas; y los informes
del propio Comité Científico para los Alimentos europeo afirman que la compañía
ha aportado una evidencia escasa sobre la seguridad del producto.
En opinión de Ecologistas en Acción, es lamentable que cuando se mueven grandes
intereses comerciales, como los 1,8 billones de dólares que Estados Unidos
reclama en su denuncia de la moratoria europea ante la OMC, las decisiones
"independientes" de algunas administraciones empiezan a ser menos
independientes, y su responsabilidad de velar por la salud del medio ambiente y
de las personas pasa a un segundo plano.