Nuestro Planeta
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11-Ene-2004
El Instituto Ambiental de Estados Unidos ha alertado
sobre los graves riesgos que puede acarrear la fiebre consumista mundial. El
organismo advierte de que nuestro planeta ser�a incapaz de soportar la sed consumista
global si el modo de vida occidental se expandiera.
El estudio, "El estado del mundo 2004", elaborado por el "Worldwatch Institute",
ofrece datos impactantes: un ciudadano de Estados Unidos consume ciento cincuenta
veces m�s energ�a que un nigeriano; los pa�ses occidentales gastamos en comida
para mascotas 17.000 millones de d�lares frente a los 19.000 millones que se
destinan a luchar contra el hambre; Occidente gasta 4.000 millones de d�lares
m�s en cruceros que en potabilizar el agua de pa�ses en v�as de desarrollo.
El apetito consumidor que existe en el mundo no s�lo ha perjudicado por igual
la vida de ricos y pobres, sino que mantiene un ritmo insostenible, seg�n el
'Informe sobre el estado del mundo en 2004' publicado por el Instituto Worldwatch.
De hecho, el autor del cap�tulo '�Cu�nto es suficiente?', Alan Durning, asegura
que har�a falta un planeta tres veces mayor que la Tierra para saciar la sed
consumista global si el modelo occidental se replicara.
El consumismo, que se ha extendido por el mundo debido a la creaci�n de mayor
riqueza y la globalizaci�n, acarrea graves consecuencias para los ricos y no
contribuye a resolver los problemas de los sectores m�s indigentes.
El Instituto Worldwatch (WI) indica que "las enfermedades del consumismo", entre
ellas la obesidad, han afectado gravemente a los sectores de mayores recursos.
"El mundo consume productos y servicios a un ritmo insostenible, con resultados
graves para el bienestar de los pueblos y el planeta", destaca el informe.
M�s de 1.700 millones de personas ingresaron durante gran parte del siglo pasado
a la "clase consumista" y adoptaron dietas, sistemas de transporte y estilos
de vida hasta ahora limitados a Europa, Am�rica del Norte y Jap�n.
"El aumento del consumo ha ayudado a atender necesidades b�sicas y a crear fuentes
de empleo", dijo el presidente del Worldwatch Institute, Christopher Flavin,
al dar a conocer el informe.
"Pero en este siglo, el apetito consumidor sin precedentes destruye los sistemas
naturales de los que todos dependemos y hace a�n m�s dif�cil que los pobres
satisfagan sus necesidades b�sicas", a�adi�.
El informe afirma que el gasto para la adquisici�n de bienes y servicios se
cuadruplic� desde 1960 y en 2000 fue de m�s de 20 billones de d�lares.
Adem�s, s�lo un 12% de la gente que vive en Norteam�rica y Europa occidental
es responsable del 60% de ese consumo, mientras que los que viven en el sudeste
asi�tico o en Africa al sur del Sahara representan s�lo un 3,2%.
Seg�n los directores del proyecto, Lisa Mastny y Brian Halweil, en las �ltimas
d�cadas el consumismo de los m�s ricos, y ahora de las clases medias, ha ido
m�s all� de la intenci�n de saciar necesidades o incluso ansias.
Adem�s, el fen�meno aumenta en el mundo en desarrollo debido a la globalizaci�n,
que ha permitido que millones de personas entren en el consumismo al proporcionar
la tecnolog�a y el capital para producir y distribuir bienes de consumo.
EEUU, un ejemplo Para el Worldwatch Institute, el ejemplo cl�sico de pa�s consumista
es Estados Unidos, donde hay m�s autom�viles que personas autorizadas para conducirlos.
Pero esto no significa que los estadounidenses sean m�s dichosos, ya que s�lo
un tercio de ellos dijo que vive "muy feliz". El creciente consumo en el mundo
industrializado y en los pa�ses en desarrollo es m�s de lo que nuestro planeta
puede soportar, se�ala el Worldwatch Institute.
Esto produce que los bosques, las tierras agr�colas, las selvas y los territorios
v�rgenes disminuyan para dar espacio a la gente, las casas, los centros comerciales
y las f�bricas.
Seg�n Halweil, el consumo no es intr�nsecamente negativo. En estos momentos
en el mundo hay casi 3.000 millones de personas que sobreviven con menos de
dos d�lares diarios.
En China, la demanda consumista ha estimulado la econom�a, creado fuentes de
empleo y atra�do la inversi�n externa, se�al�.
Pero para que no se alteren estos beneficios, el Instituto Worldwatch propone
reformas tributarias para dedicar m�s impuestos a reparar los da�os al ambiente,
normas para impedir la incineraci�n y mejorar la calidad y perdurabilidad de
los productos, as� como la responsabilidad personal.