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Israel asesina a ocho palestinos y sufre seis bajas en una emboscada de Hamas en Gaza
·El cínico primer ministro israeli, Ariel Sharon, dice que «estamos
combatiendo a un enemigo cruel» Ocho palestinos y seis soldados israelíes
resultaron muertos en la ciudad de Gaza -otros 68 palestinos resultaron heridos,
diez de ellos se encuentran en estado crítico-, en los combates desarrollados
tras una incursión de las tropas de ocupación. Los israelíes fueron alcanzados
por una potente explosión, cuya autoría se adjudicaron las organizaciones Hamas
y la Jihad Islámica, que exhibieron los restos de los militares en la ciudad.
La incursión de las tropas israelíes ayer en Al Zeitun, barrio de la ciudad de
Gaza, seguía a la desarrollada el lunes en Al Qarara -pueblo cercano a Jan Junes-,
donde los ocupantes derribaron once casas y mataron a un palestino. Ayer, la
incursión se encontró con una emboscada que rompió la rutina de este tipo de
operaciones y acabó con la vida de seis soldados israelíes, que para entonces ya
habían matado al menos a un palestino.
En la madrugada de ayer, tropas del regimiento Guivati invadían el barrio Al
Zeitun con seis tanques, blindados de transporte y diez jeep, en una operación a
gran escala. Uno de los blindados, cargado con 100 kilos de explosivos y con
soldados, fue alcanzado por la explosión de una carga de 50 kilos de dinamita,
destruyendo el blindado. El vehículo había sido previamente emboscado por
milicianos de Hamas que lo frenaron mediante un cohete.
El Ejército envió después refuerzos al barrio de Gaza, destruyendo al menos once
casas y matando a otros siete palestinos. La actuación israelí incluyó, horas
después de la emboscada, el disparo de un misil que mató a joven de doce años,
Yusef Hijazi, que murió por las esquirlas del cohete lanzado contra un automóvil
vacío estacionado en un mercado popular de Al Chujaeyah, en el este de Gaza.
Este ataque dejó también cinco heridos, peatones que se hallaban en el mercado,
según testigos.
Los israelíes, según testigos, fueron casa por casa en busca de trozos de
cadáveres, indicaron fuentes israelíes.
Mientras la Autoridad Palestinas instó a devolver los restos de los soldados
«conforme a los Derechos Humanos y a la religión musulmana», los israelíes, que
no negocian con Hamas, pidieron la mediación de la Cruz Roja Internacional para
recuperar los restos.
Ariel Sharon declaró que «estamos pagando un alto precio para garantizar la
seguridad de los israelíes. Estamos combatiendo a un enemigo cruel e inhumano y
no dejaremos de combatirlo y de atacarlo en todas partes donde actúe y se
esconda».
El primer ministro anuló todas las reuniones que figuran en su programa y
convocó una reunión del gabinete de seguridad, que no tomó ninguna medida
concreta, aunque antes de la cita Israel ya había decidido dividir Gaza en tres
partes para impedir los movimientos de los palestinos.
El primer ministro palestino, Ahmed Qurea (Abu Ala), afirmó en Ramala que la
operación israelí en Gaza «tenía como objetivo hacer fracasar todos los
esfuerzos por la paz, en un momento en que los grupos armados palestinos se
encontraban desde hacía tiempo en calma».
Por su parte, el portavoz de la Jihad, Abdula al Shami, indicó que «no es
razonable que los israelíes destruyan nuestras viviendas, maten a nuestros niños
y que nosotros no reaccionemos». «El enemigo israelí dice querer promover la
libertad y la democracia pero, simultáneamente, comete los peores crímenes
contra la humanidad bombardeando desde el aire las casas palestinas», agregó el
portavoz, quien llamó a la unión de los palestinos y a la resistencia contra el
Ejército ocupante.
Durante la última operación del Ejército israelí en el barrio de Al Zeitun, en
enero pasado, murieron nueve palestinos entre milicianos y civiles, y decenas
resultaron heridos.