Medio Oriente - Asia - Africa
|
El muro de la vergüenza devora tierras de beit jala
Fuente: Revista Beit Jala
(Revista del club Ortodoxo de Beit Jala - Palestina)
Traducción: Isaac El Massu
Para www.palestinalibre.org
correo@palestinalibre.org
Con el avance de la construcción del muro del Apartheid, este se ha transformado en el foco principal de la resistencia palestina, que, hoy día, concentra sus esfuerzos en impedir que su construcción siga mutilando ciudades, pueblos y tierras y separando hermanos y familias enteras, poniéndolas entre la espada de la línea verde y la pared de los puestos de control y la política de ahogamiento que viene aplicando el gobierno de Sharon.
Pese a la oposición mundial y el rechazo unánime de los hombres libres del mundo las autoridades de la ocupación están determinadas a seguir con su construcción alegando razones de seguridad al interior de la línea verde. Sin embargo, el muro no es sino la cristalización de los planes concebidos por Sharon de poner a los palestinos y al mundo entero frente a hechos consumados y fijar unilateralmente los límites de la “entidad palestina” de acuerdo a la agenda israelí, consistente en entregar cantones aislados y separados unos de otros, sin continuidad geográfica.
La pregunta es que si el muro obedece a razones de seguridad, ¿por qué n o se levanta en la línea de la frontera del 4 de junio de 1967? La verdad es que lo que persigue con su construcción es impedir a toda costa el establecimiento de un Estado Palestino libre y soberano y devolver a su pueblo sus derechos usurpados.
En la ciudad de Beit Jala, ocho kilómetros al sur de Jerusalén, por ejemplo, el muro ha devorado una gran porción de sus tierras y ha dejado a varias familias separadas a uno y otro lado.
De acuerdo a los datos entregados por el Registro de Bienes Raíces de Belén, más de 2200 dunums (220 hectáreas) de tierra cultivables entre las localidades de Slayeb al norte y Shafa al sur, han quedado detrás del muro quitándoseles a sus propietarios, e incluso impidiéndoles recolectar sus frutos como ha sucedido en la cosecha de las aceitunas, elemento vital en la vida de la familia palestina.
El pueblo de Beit Jala entero está resistiendo este despojo de sus tierras a través de marchas y manifestaciones y no cesarán hasta recuperar lo que por derecho le pertenece.