Medio Oriente - Asia - Africa
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6 de febrero del 2004
Una ONG advierte contra la "invasión" de algodón genéticamente modificado en Africa del Oeste
Eduardo González.
Rebelión
Las principales compañías agroquímicas del mundo están introduciendo, con el apoyo del Gobierno de Estados Unidos, algodón genéticamente modificado en África del Oeste, lo cual, además de incrementar los costes, podría aumentar la dependencia respecto a las compañías extranjeras y contaminar las fuentes convencionales de este cultivo. El algodón es un producto básico tanto para la exportación de los países de la región como para la economía de muchas familias rurales.
La Acción Internacional por los Recursos Genéticos (GRAIN), una organización no gubernamental que promueve el uso sostenible de la biodiversidad agrícola "basado en el control de la población sobre los recursos genéticos y el conocimiento local", ha advertido a las naciones de África Occidental de que no cedan a las presiones de Estados Unidos para introducir algodón genéticamente modificado.
Un reciente informe publicado por la oficina de GRAIN en Benín demuestra que las compañías Monsanto, Syngenta y Dow AgroSciences --apoyadas por la agencia estadounidense de cooperación, USAID--, están negociando acuerdos con el Gobierno de Malí para adaptar la cosecha del algodón de este país a las variedades transgénicas durante los próximos cinco años. El algodón es el producto de exportación número uno de Malí y constituye la base para la economía de muchos hogares en las áreas rurales del país.
"El algodón es el caballo de Troya de la industria biotécnica para hacerse con la patente de las cosechas genéticamente modificadas en África del Oeste", afirmó la representante de GRAIN en Cotonou (Benín), Jeanne Zoundjihékpon, citada por la agencia de prensa 'Afrol News'. "La infraestructura para el algodón está ya establecida y desean aprovecharse de ella", añadió.
Según GRAIN, en las circunstancias en que se encuentra África Occidental "simplemente no hay una manera de garantizar que ese algodón transgénico, una vez que se introduzca, no contaminará a las fuente convencionales del algodón". "Ya en estos momentos, los cultivadores de algodón de África del Oeste no pueden competir con los productores de Estados Unidos, excesivamente subvencionados. La llegada del algodón genéticamente modificado solamente empeorará las cosas", prosigue.
MALI Y BURKINA FASO
El Gobierno de Malí se plantea firmar un acuerdo con la industria estadounidense y Burkina Faso ha importado ya dos variedades de este algodón, pero las autoridades de Benín se mantienen reticentes.
En 2003, antes de que el país adoptase cualquier ley de seguridad biológica, Burkina Faso importó de Estados Unidos dos variedades de algodón modificado genéticamente, uno de Monsanto y otro de Syngenta. Se están realizando pruebas sobre sus efectos a cargo de los centros de investigación del Instituto Nacional de Medioambiente e Investigación Agrónoma, en Farakoba y Kouaré.
"En Malí se han dado la misma prisa", señala el informe. Investigadores en el Instituto de Economía Rural están finalizando un proyecto de cinco años en colaboración con USAID, Monsanto, Syngenta y Dow Agrosciences para desarrollar y comercializar los nuevos tipos de algodón.
Dada la importancia de la cosecha del algodón para la región, "es vergonzoso que investigadores públicos jueguen con el sustento de su gente, cuando las tecnologías que brindan no ofrecen nada a los granjeros, sino una mayor dependencia de las compañías extranjeras", denunció Zoundjihékpon.