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Medio Oriente - Asia - Africa

10 de febrero del 2004

El canje de prisioneros entre Hizbollah e Israel
Las lecciones de la resistencia

Loles Oliván
Comité de Solidaridad con la Causa Arabe

"Ha sido la estrategia invariable que ha mantenido Hizbollah durante décadas -priorizar con determinación y coherencia la lucha contra la ilegalidad de la ocupación y el expansionismo de Israel y hacerlo de manera global, legítima lucha armada incluida- lo que ha convertido a esta organización en un bastión y referente singular de la resistencia árabe. La lección de Hizbollah es la misma que los palestinos, los iraquíes y amplios sectores árabes expresan contra Israel y EEUU: resistencia frente a la invasión hasta liberar la tierra. Es de esperar que la relación de Hizbollah con Irán y Siria no retrase por más tiempo su explícito reconocimiento del incuestionable papel que la resistencia iraquí está jugando en contener el expansionismo imperialista en la zona, precisamente y en primera instancia contra ambos países"

El pasado 30 de enero la organización libanesa Hizbollah y el Estado de Israel llevaron a cabo una operación de intercambio de prisioneros y de restos mortales de guerrilleros árabes y soldados israelíes que perdieron la vida en operaciones militares en las últimas décadas de la ocupación israelí del sur de Líbano. La operación, fruto de tres años de negociación a través de la intermediación alemana, rompe la lógica aparente que la diplomacia estadounidense e israelí han tratado de imponer en el conflicto árabe-israelí mediante su estrategia de "Guerra contra el terrorismo".

A cambio de tres cadáveres de soldados israelíes [1] y del empresario israelí y coronel del ejército en la reserva Elhanan Tannenbaum, Israel puso en libertad a 420 presos palestinos, 23 libaneses (incluidos el sheij Abdel Karim Obeid y Mustafa Dirán), otros 12 presos árabes y un ciudadano alemán supuestamente miembro de Hizbollah, así como 59 cadáveres de guerrilleros palestinos y libaneses de distintas facciones (siete de Hizbollah, 23 del Partido Comunista Libanés (PCL) y de la Organización Acción Comunista, seis afiliados de Amal, cinco de Fatah, dos del Frente Democrático para la Liberación de Palestina (FDLP), uno del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), uno de as-Saiqa y uno de Creyentes de la Resistencia) [2].

La operación de intercambio que concluyó mediante un sofisticado y meticuloso proceso que conectó durante el viernes 30 de enero a Israel, la Franja de Gaza, Cisjordania, Naqura (en el sur de Líbano) y el aeropuerto de Colonia (Alemania) venía siendo anunciada por el secretario general de Hizbollah, Hassan Nasrallah, desde el año pasado en medios de comunicación árabes [3].

Reconocimiento a Hizbollah

Durante la mañana del viernes, 30 de enero el sur de Líbano fue el escenario de una realidad insoslayable tanto para el stablishment israelí como para la diplomacia estadounidense y todos sus secuaces de la "Guerra global contra el terrorismo", muy especialmente para los regímenes reaccionarios árabes: una gruesa representación social y popular de ciudadanos libaneses, familiares de los presos que retornaban a su país y de los guerrilleros árabes caídos en combate rendían en el homenaje a los liberados un reconocimiento y tributo explícitos a una organización política que, tachada de terrorista en las listas estadounidenses, israelíes y de la Unión Europea (UE) ha vuelto a ganar, tras forzar militarmente la retirada de las tropas de ocupación israelíes del sur libanés en junio de 2000, una segunda batalla árabe contra Israel. El propio Nasrallah lo expresaba así: "esta operación es un regalo para todos los árabes y muy especialmente para el pueblo palestino" [4].

Ni siquiera el gobierno y el parlamente libaneses (representados por el presidente Emil Lahud, el primer ministro Rafik Hariri, el portavoz del parlamento, el shi'í Nabil Berri, dirigente de Amal, y el cardenal maronita Nasrallah Sfeir) pudieron escapar al obligado cumplimiento de ensalzar el papel desempeñado por Hizbollah y el respeto que se ha ganado esta organización en amplios sectores de la sociedad libanesa, incluidos políticos y mediáticos, además de populares.

Nuevo retroceso para Israel

Desde Israel, por el contrario, la operación ha sido ampliamente criticada en los medios de comunicación y entre la opinión pública [5], máxime si se tiene en cuenta que el anuncio del intercambio se ha hecho de manera inesperada y en contra de todo pronóstico, en el periodo más virulento de la estrategia de acoso y derribo de Sharon. A ello se añaden las críticas por lo que los analistas israelíes califican de desproporción, al haberse canjeado a 429 árabes vivos por un solo israelí, Elhanan Tannenbaum, de cuya identidad y labor en Líbano los gobiernos de Israel venían ofreciendo una versión pública confusa que rechazaba cualquier vinculación del empresario con los servicios secretos israelíes [6].

Pero más allá de las críticas internas israelíes, merece la pena reflexionar sobre el significado y la trascendencia de esta operación y el papel desempeñado por el gobierno de Sharon, que sin duda contradice la ofensiva diplomática y política públicas en que ha envuelto su discurso oficial sobre el "terrorismo palestino" (y por extensión árabe) desde su ascenso al poder, y muy particularmente desde que la "Guerra global contra el terrorismo" de Bush se convirtiera en el axioma desde el cual exigir y perseguir el "cambio de régimen" de la Autoridad Palestina (AP) e imponer una interlocución palestina acomodaticia con las exigencias de Israel. Esta operación pone de manifiesto el diferente alcance de los límites que impone a Israel la determinación y la fuerza de Hizbollah frente a la debilidad de una AP creada para ser vulnerable y desvela por qué, al mismo tiempo que Israel puede aniquilar políticamente a un Arafat previamente debilitado, reconoce a y pacta con la dirección de una organización política que, tildada terrorista, criminalizada a nivel internacional a causa de las "listas negras" creadas por EEUU y la UE, es la única que ha forzado a Israel a retirarse de un territorio árabe ocupado ilegalmente tras más de 20 años de resistencia.

La lección de Hizbollah es la misma que los palestinos, los iraquíes y amplios sectores árabes expresan contra Israel y el proyecto sionista y contra EEUU: resistencia frente a la invasión hasta liberar la tierra. Es de esperar que la relación de Hizbollah con Irán y Siria no retrase por más tiempo su reconocimiento explícito por el incuestionable papel que la resistencia iraquí está jugando en contener el expansionismo imperialista en la zona, precisamente y en primera instancia contra ambos países. A pesar de las especulaciones de algunos analistas sobre un supuesto papel de Hizbollah en la resistencia iraquí, diplomáticos y otros expertos afirman que no se está produciendo entradas de miembros de Hizbollah a Iraq. El propio secretario del departamento de Asuntos Exteriores de la organización libanesa Nawaf Al-Mussawi declaraba el pasado 30 de enero a este respecto que los miembros de su organización tienen prohibido viajar a Iraq incluso para peregrinar a los lugares sagrados del shi'ismo en ese país. Sobre la resistencia iraquí declaró: "creemos que el pueblo iraquí tiene capacidad para liberarse a si mismo" [7].

La bochornosa oficialidad árabe

No es de extrañar que, como comenta el diario israelí Haa'retz, "[...]la cobertura informativa de los canales de TV árabes, como si fuera una decisión colectiva, lo presentara como una representación local de un asunto libanés. Mientras que al- Manara, el canal de Hizbollah cubrió cada segundo de las 24 horas en las que transcurrió, la TV siria prácticamente lo ignoró, la jordana lo dio como noticia breve, la egipcia emitió películas y otras noticias y al-Jazeera, al- Arabiya y otros canales árabes de TV por satélite pasaron de la ceremonia inicial al atentado de Jerusalén y después a Iraq. La distancia entre la cobertura libanesa, particularmente la de Hizbollah y la del resto del mundo árabe, simboliza la importancia de Hizbollah. Al final, el mundo árabe [oficial] se siente inquieto de que una organización religiosa shi'í, definida por Occidente como terrorista y que considera a la mayoría de los regímenes árabes como peones en manos de Occidente y como traidores a la causa árabe, haya triunfado donde los importantes dirigentes han fracasado" [8].

Lo que no acaba de concluir el comentarista israelí es que ese fracaso de los dirigentes árabes no es más que el resultado de la sumisión y el abandono oficial de sus regímenes a la lógica impuesta por estadounidenses e israelíes mediante falsas iniciativas de paz y desequilibrados procesos negociadores que, lejos de estar orientados a conseguir una negociación en pie de igualdad con Israel, solo han contribuido a un mayor deterioro de las condiciones de vida de los palestinos, a la intensificación de la hegemonía regional israelí y al incremento del rechazo popular a los designios del sionismo. Para los dirigentes árabes, el fracaso no solo se cifra en la pérdida de toda legitimidad interna sino, fundamentalmente en la extrema debilidad, dependencia y vulnerabilidad en que sus propios errores les han situado frente a EEUU e Israel.

Por el contrario, la lección esencial de este episodio al que premeditadamente no se ha querido dar relevancia política y escasamente mediática es que ha sido la estrategia invariable que ha mantenido Hizbollah durante décadas -priorizar con determinación y coherencia la lucha contra la ilegalidad de la ocupación y el expansionismo de Israel y hacerlo de manera global, legítima lucha armada contra la ocupación incluida- lo que ha convertido a esta organización en un bastión y referente singular de la resistencia árabe. Hizbollah es la única organización árabe reconocida que ha llevado al Estado de Israel a un pacto y a su cumplimiento sin dar marcha atrás en su objetivo central. Que ese pacto haya sido el fruto de la resistencia y no del falso diálogo -imposición directa- es algo que sin duda hará reflexionar a más de uno.

Y a este respecto, merece la pena señalarse que la operación en cuestión es solo la primera fase de una negociación de mayor calado por la que está previsto que Israel y Hizbollah alcancen un acuerdo para intercambiar más prisioneros palestinos y árabes, entre otros, por la parte libanesa, a Samir Qontar, libanés druso y el preso árabe más antiguo de los que cumplen condena en cárceles de Israel que fuera detenido en 1979. A cambio, Hizbollah tendrá que ofrecer información acerca del paradero de Ron Arad, piloto de las fuerzas armadas israelíes cuyo avión fue abatido en 1986 en territorio libanés.

5 de febrero de 2004




Notas

1. Los tres soldados israelíes habían sido capturados por Hizbollah en una operación militar en el reducto de las Granjas de la Sheba, situado en territorio del sur libanés reocupado en el año 2000 pocos meses después de la retirada de las fuerzas armadas israelíes del sur del país. La Vanguardia, 31 de enero de 2004.

2. The Daily Star, 30 de enero de 2004.

3. Al-Ahrwam Weekly, 29 de enero a 4 de febrero de 2004, núm. 675.

4. Al-Ahrwam Weekly, op. cit.

5. Según cita La Vanguardia, "[...]El periodista Yoel Marcus, del diario Haa'retz, afirmó que 'intercambiar un israelí vivo y tres soldados muertos por más de 400 presos árabes es un escándalo nacional. El Gobierno de Israel convierte al líder de Hezbollah, el jeque Nasrallah, en el gran héroe del mundo árabe, y le da permiso para secuestrar y matar a los secuestrados'. Otro comentarista, Zeev Sheef, señala que con esta operación de canje 'queda claro que hay cosas que Estados Unidos no puede hacer solo en Oriente Medio y necesita la ayuda europea, en este caso la mediación alemana'. [...] Yediot Ajaronot, el diario israelí de mayor difusión, resumía ayer: 'No es casual que la pesadilla de los israelíes secuestrados en Líbano se mezclara con la pesadilla de los atentados suicidas. Son las mismas personas que desde Teherán, Damasco y Beirut mueven los hilos tanto de los hombres y mujeres bomba como del canje de presos'". La Vanguardia, 31 de enero de 2004.

6. Según Robert Fisk, Elhanan Tannenbaum "[...] fue a Líbano por causa de Ron Arad, [piloto de las fuerzas armadas israelíes cuyo avión fue abatido en Líbano en 1986 y cuya huella desapareció. Hizbollah ha negado siempre haberlo capturado] atraído según parece por las mañas de Hezbollah, organización convencida de que se trataba de un agente del Mossad. La familia de Tannenbaum siempre afirmó que él era un empresario que trabajaba en Suiza. El propio Tannebaum declaró anteayer que era un ciudadano israelí. Pero las misteriosas y enigmáticas "fuerzas de seguridad" próximas a los israelíes han dado otra explicación: que Tannenbaum había sido un agente israelí expulsado en un principio de Suiza por orden de la policía de ese país y que había sido reciclado o reinstruido en un centro del Mossad cerca de Natanya y que había regresado nuevamente a Lausana. Las fuentes sostuvieron que unos enfurecidos servicios de seguridad suizos habían vendido a Tannenbaum a Hezbollah. [...] żEra Tannebaum una pieza mucho más importante de lo que los israelíes nos permitieron creer? Tal vez lo estemos descubriendo ahora". La Vanguardia, 31 de enero de 2004.

7. The Daily Star, 31 de enero de 2004

8. Haa'retz, 30 de enero de 2003.