Se dice que la influencia de Estados Unidos sobre Israel explica que Arafat siga
vivo aunque acorralado en su Muqata. Se olvida que Sharon ha llegado al
generalato, al liderazgo del Likud y a la jefatura del gobierno gracias a una
carrera de más de 50 años matandopalestinos.
Una biografía que incluye el ataque a aldeas indefensas con niños y mujeres
muertos en sus casas mediante granadas arrojadas por las ventanas (Qibya 1953,
69 muertos), la invasión de países vecinos(Líbano 1982, miles de muertos), la
represión sistemática de los Territorios Ocupados con torturas a miles de
prisioneros, empleo de tanques y aviones de combate contra campos de refugiados,
asesinatos de líderes, etc.
No lo mata porque Arafat se ha convertido en un instrumento de la política de
Sharon. Como se sabe en Palestina desde el tiempo de los romanos, a este tipo de
gente no se les paga, pero tampoco se les mata ya que son útiles. En la primera
semana de octubre de 2004 los soldados israelíes mataron a más de treinta niños
en el campo de refugiados de Yabalia, al norte de Gaza. ¿Eran los niños más
peligrosos para la seguridad de Israel que Arafat? Como miembro de un grupo
internacional de educadores fui recibido por Arafat en la Muqata en esas mismas
fechas. Hice una reflexión sobre los más de diez años de "proceso de paz" que no
han impedido el robo constante de tierra palestina; otra sobre los miles de
miembros de sus fuerzas de seguridad, quienes son incapaces de impedir el
asesinato de niños palestinos. Terminé con esta pregunta:¿qué es lo que hay que
hacer? Su respuesta, de media hora, consistió en gemir, es decir, recordar lo
malo que es Sharon, lo mucho que echa de menos a Rabin, a quien mencionó seis
veces, sus encuentros con el Papa y con políticos occidentales, lo poco que hace
el mundo para ayudar a los palestinos,etc.
Arafat no se ha convertido en un instrumento pro-israelí de la noche a la
mañana. Aparece ante occidente como un líder que no puede hacer más,pero pocos
se acuerdan de que el desastre actual empezó al poco de llegar a Gaza hace diez
años. El 18 de noviembre de 1994 sus policías dispararon sobre partidarios de
Hamás y Yihad Islámica, que se manifestaban frente a la Mezquita Palestina en
Gaza. Al asesinato de 14 manifestantes –además de 200 heridos- no siguió una
investigación sobre los hechos.¿Habría que olvidarlo porque eran contrarios al
proceso de paz? No, porque el director de la Comisión de Derechos Ciudadanos en
los años noventa, considerado un moderado, fue detenido en tres ocasiones por la
policía y lo torturaron en prisión.¿Habría que apoyar a Arafat a pesar de esto
porque las críticas internas sobre la corrupción y la sumisión al ocupante a
cambio de la alfombra roja y las recepciones en Washington eran
contraproducentes para el "proceso de paz"? No, porque cuando en 1998 los
maestros se manifestaron pidiendo aumento de sueldo, la policía los golpeó y
amenazó a loscabecillas, quienes fueron expulsados de la profesión docente
mediante la sentencia de un tribunal obediente a Arafat.
¿Habría que mirar para otro lado porque es preciso contentar a los sionistas?
No, porque el derecho de los palestinos a luchar contra la ocupación está por
encima de los planes sionistas de anexión territorial y limpieza étnica. La
resistencia es un derecho reconocido por la legislación internacional.El papel
principal de Arafat ha sido colaborar con Israel en el sometimiento de la
resistencia y de paso acabar con la oposición interna. Miembros de aquella han
sido entregados al ocupante, encarcelados, torturados, perseguidos y asesinados
en nombre del "proceso de paz", la seguridad de Israel y la lucha contra el
terrorismo. La Intifada no puede triunfar así. Por muy poderoso que sea Israel y
su principal apoyo, Estados Unidos,la resistencia no puede luchar a la vez
contra los ocupantes y los ocupados y triunfar.
Sharon actúa de forma inteligente: Arafat le es más útil vivo que muerto, así
que sólo mata a los miembros de la resistencia. Su cadáver sería un poderoso
símbolo. Esto sin contar con que el propio Sharon tendría que asumir
directamente el gobierno de los millones de palestinos que viven en Gaza y
Cisjordania.
La historia enseña que el "proceso de paz" y sus socios no acaban con la
ocupación y el sufrimiento de Palestina. El pueblo que resiste lo puede
conseguir. Lamentablemente Arafat prefiere estar con sus socios en lugar de con
su pueblo.