Rakan Nuseirat un niño palestino de 12 años, los últimos tres meses los ha pasado en centros de detención israelíes, acusado de esconder la pistola de su padre, un policía palestino.
El 10 de noviembre fue condenado a seis meses de internamiento y a una multa de 2.000 dólares. El 19 de diciembre, Rakan, de Jericó, fue liberado gracias al recurso presentado por un abogado palestino del Ministerio de Prisioneros de Palestina, tras haber peregrinado, en condiciones infrahumanas según portavoces de dicho Ministerio, por los centros de detención israelíes de Atzion, Ofer y Telmond. Rakan no pudo soportar su situación e intentó suicidarse. Hoy se encuentra en un centro para la protección del niño, atendido por psiquiatras y a la espera de regresar al colegio. Otros 498 menores de edad palestinos están en cárceles israelíes, donde se encuentran sometidos a malos tratos y torturas, según fuentes de la Comisión Palestina de Derechos Humanos y la Federación Internacional de Derechos Humanos.