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Latinoamérica

Con concesiones a golpistas y explotadores no se profundiza la Revolución

Miguel Angel Hernández Arvelo
Aporrea

Desde hace varios meses pero con especial énfasis durante el proceso previo al referendo y después de su realización, el gobierno viene insistiendo en llamar al diálogo y la negociación al empresariado y a los sectores de la oposición. En ese marco, debe considerarse la sorpresiva y misteriosa reunión de Chávez con Cisneros, apadrinada por Jimmy Carter. En el espíritu de la reconciliación nacional, se han realizado cinco encuentros presidenciales con empresarios, el más reciente, realizado en el Caracas Hilton, contó con la asistencia de representantes de las cámaras de la Construcción, de Farmacias, Industriales, Farmacéutica, Automotriz, entre otras. Estaba también el presidente de Coposa, Nelson Quijada, el presidente de Mitsubishi en Venezuela, así como José Agustín Campos, presidente de la Confederación Nacional de Agricultores y Ganaderos (Confagan); se encontraban también, Edgar Anzola, directivo de Empresas Polar y Hugo Hernández Raffali, expresidente de la Cámara Petrolera, y quien fuera director externo de PDVSA durante el sabotaje a dicha empresa. En dicho encuentro, Chávez le entregó a los empresarios zulianos créditos por 29 mil millones de bolívares, como parte de un total de 180 mil millones de bolívares que en los próximos días se entregarán a empresarios de otras zonas del país. A esto habría que agregarle otras concesiones ofrecidas por el gobierno como el pago a los exportadores de 190 millardos de bolívares por concepto de reintegro del IVA (Draw Back); de estos ya se han pagado 75 millardos, así como la reducción en un 50% de las retenciones del IVA a los grandes contribuyentes, léase a los grandes capitalistas nacionales y transnacionales, por ejemplo, Polar, Mavesa, Alfonso Rivas, Regional, Ford, General Motors, empresas petroleras, es decir a los más poderosos golpistas y explotadores. Otra de las concesiones del gobierno a la oligarquía económica es la reciente derogación de la Ley del Impuesto a los Activos Empresariales, lo cual significa que los empresarios se ahorrarán pagar al fisco la bicoca de 150 millardos de bolívares. Por otra parte, el gobierno creó un Fondo de Garantías por 52 millones de dólares para respaldar a los empresarios que soliciten préstamos ante la banca privada.

Algunos se preguntarán: ¿qué hay de malo en darle estas concesiones a los empresarios? Resulta que estos son los mismos que desde Fedecámaras y la Coordinadora Democrática, apoyaron el golpe de 2002 y financiaron y se sumaron al paro-sabotaje petrolero. Son los mismos que financian guarimbas y paramilitares. Otorgarles estos beneficios sólo sirve para convalidar la impunidad reinante en el país e insuflarles nuevos aires para que sigan conspirando contra el pueblo.

Todas estas prebendas que el gobierno les ofrece en el marco de la conciliación y el diálogo, no se van a traducir en beneficios para los trabajadores. La oligarquía económica, aliada al imperialismo, seguirá intentando acabar con el proceso revolucionario mientras continúa explotando a los trabajadores. Un ejemplo de lo que decimos es que la compañía automotriz Ford, al igual que las demás ensambladoras de vehículos, ha obtenido este año ganancias que triplican las logradas el año pasado, sin embargo, en la actual discusión de contrato con sus trabajadores, no están ofreciendo triplicarles el salario, por el contrario, andan regateando a ver que pueden quitarles. Por otra parte, los niveles de ocupación en el sector están por debajo de los que existían en el 2001, es decir, que el crecimiento de la industria no ha traído más empleo. Por el contrario, los empresarios están planteando al gobierno, en el marco del diálogo y las negociaciones, la eliminación de la inamovilidad laboral. Por cierto, el orador en representación de los empresarios en el encuentro que mencionamos previamente fue Emmanuel Cassingena, presidente de Ford Motors Andina, quien dijo que "la economía andaba sobre ruedas", será la "economía" de los patronos que no la de los trabajadores.

Todos los sectores de la economía no petrolera crecieron extraordinariamente durante el primer semestre del año. Las exportaciones del sector privado aumentaron un 37% con respecto al mismo período del año pasado, mientras que el sector bancario obtuvo ganancias en el primer trimestre 130% mayores a las obtenidas en el primer trimestre de 2003, sin embargo, esto no se ha traducido en una reducción del desempleo, el cual sigue rondando el 20% de la población económicamente activa (2.300.000 personas); ni tampoco ha significado una reducción sustancial de la inflación ni una mejoría de los salarios.

Lo cierto es que estás concesiones a los patronos no traerán más empleo, menos inflación, ni mejores salarios. Los empresarios continuarán socavando las bases del proceso revolucionario, mientras tanto aprovecharán los beneficios que el gobierno les otorga, los cuales no se traducirán en un mejor nivel de vida para los trabajadores.

El diálogo y la negociación deben ser con el pueblo y los trabajadores. Y se expresa en cuestiones concretas: mantenimiento de la inamovilidad laboral; aumento general de sueldos y salarios; escala móvil de salarios y de horas de trabajo, así como un plan nacional de construcción de obras públicas y de viviendas, contra la inflación y el desempleo.