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Latinoamérica

Duro golpe a los golpistas.

Dick Emanuelsson.

Más de 50 paramilitares colombianos, varios de ellos con pasado en el ejército colombiano como reservistas, según las fuentes venezolanas, fueron detenidos el sábado en las cercanías de Caracas.
La espectacular operación fue realizada en la finca de Robert Alonso, de origen cubano y con nexos con la mafia anticastrista cubana en Miami. También es uno de los protagonistas de las llamadas "guarimbas", actos de violencia callejera de la oposición venezolana.
En la finca se albergaban hace unos 46 días unos 130 paramilitares colombianos, de los cuales 53 fueron detenidos. Las fuerzas de seguridad buscan intensamente en estos momentos el resto del grupo desarticulado.
Con brazaletes blancos y la tricolor venezolana, los invasores paramilitares estaban en tareas de entrenamiento y de planeación de ataques a blancos venezolanos, entre ellos guarniciones militares y del mismo palacio presidencial Miraflores.
El grupo sería el "catalizador" de la sublevación armada opositora contra el presidente Chávez.
Los medios colombianos se prestan El mismo Carlos Andrés Pérez, ex presidente corrupto y encarcelado en la década del 90, lo había señalado en una entrevista el jueves pasado a la emisora colombiana Caracol Radio, diciendo que Chávez "no durará mucho tiempo", porque la oposición está dispuesta a echarlo del poder "por la fuerza".
La pregunta insólita que hizo la periodista de Caracol Radio fue: "¿Hasta cuándo vamos a soportar a Chávez, presidente?".
Este reportero quería saber y escribí al programa Seis am, dirigido por el conocido periodista Darío Arismendi y le pregunté si esa forma de preguntar "es la ética periodística de Seis am?". Hasta ahora los responsables de la redacción no han contestado.
La prostitución mediática de los medios colombianos Pero las insinuaciones de la gran prensa, o las formas de ridiculizar al presidente venezolano, no son nada nuevo. Como la política y los medios de comunicación no solamente están mezclados en Colombia sino también conectados con los conglomerados internacionales, la campaña antivenezolana se ha intensificado en Colombia. El magnate venezolano (de origen cubano) Gustavo Cisneros es accionista en Caracol con 17% de las acciones. Es decir, la periodista de Caracol que preguntó "¿Hasta cuando vamos a soportar a Chávez?", en realidad fue una prolongación del golpista venezolano. Es la otra forma como los periodistas se prostituyen a los dueños del mundo de hoy.
En el programa La W FM, una sucursal de Caracol, que se transmite en la mañana, la periodista Claudia Morales, que trabajó en la oficina de la prensa internacional de la presidencia de Uribe, entrevistó hace dos semanas, junto con su colega Julio Sánchez, antichavista a muerte, a Bill Nelson, senador norteamericano que decía que Bush tenía pruebas de los contactos de Chávez con las FARC. Hasta ahora no ha presentado ninguna prueba y la periodista tampoco le hizo la pregunta.
En El Tiempo, único diario colombiano con cobertura nacional, los ataques a Venezuela son el pan de cada día. Dos de los dueños son Francisco Santos y Juan Manuel Santos, ilustres representantes de la oligarquía colombiana cuyo otro primo hermano, Enrique Santos Calderón, es presidente del SIP, la asociación de los dueños de los medios de comunicación en el continente americano.
Francisco Santos es hoy el vicepresidente y Juan Manuel Santos fue ministro de Hacienda de Andrés Pastrana.
Los "compadres" Santos y Carmona Juan Manuel Santos es de pronto uno de los más duros críticos del proceso político en Venezuela y un obsesionado enemigo de Chávez. En una crónica de varias páginas en Revista Diners, mes de abril, sostiene viejas mentiras, medias verdades y acusaciones sin ningún fundamento. Pero si uno es de apellido Santos no le importa entregar mentiras a los medios con mucho poder, y claro, si los hermanos y primos son socios es más fácil todavía publicar las mentiras.
Santos acusa, como hizo junto con el golpista Pedro Carmona desde territorio colombiano hace un mes, que "son bien conocidos los vínculos de la 'revolución bolivariana' con la guerrilla colombiana. Las denuncias que hizo Linda Robinson en la revista US News and World Report y el cúmulo de publicaciones en la prensa tanto colombiana como venezolana sobre el particular, no son producto de la imaginación ni de la desinformación. Tiene además toda la lógica del mundo: sus objetivos son los mismos", escribía Santos, muy consciente de que ninguna de sus o de las acusaciones de Linda Robinson han sido confirmadas jamás, ni por James Hill ni por otro organismo. Lo que ahora sí se ha dicho contra Chávez por parte de Bush, es que Chávez tiene "afinidades ideológicas" con las FARC. ¡Que tal! Hasta ahí han llegado las investigaciones y las "pruebas" de Hill & Bush y Santos.
Comunicado de la presidencia de Álvaro Uribe En la campaña mediática contra Venezuela, Santos y los medios han usado siempre el argumento de que la guerrilla utiliza el territorio venezolano. Pero no solamente los medios acusan a Chávez, también el mismo gobierno colombiano aporta a esas acusaciones.
En un comunicado de la presidencia de Álvaro Uribe Vélez, con fecha de 24 de febrero de 2004, se repite este tema, bajo el título: "Comunicado de la Casa de Nariño sobre la situación en la frontera con Venezuela".
En este menciona la Presidencia que solamente las FARC y ELN violan la frontera: "Los violentos de las FARC y el ELN que se esconden en Venezuela son un peligro para el pueblo hermano. (...) Y detrás llegan los mal llamados paramilitares".
Los 130 paramilitares colombianos, de los cuales unos 53 son detenidos, no se encontraban en "cacería" de la guerrilla colombiana en una finca de un contrarrevolucionario cubano-venezolano en Caracas. Según declaraciones de uno de ellos, mostrado en Aló Presidente este domingo, las tareas eran clarísimas: participar como una punta de lanza armada opositora para otra vez cometer un golpe de estado en Venezuela, repetir el golpe del 11 de abril del 2002 que tanto fue aplaudido por los medios y las personalidades del Estado colombiano que posteriormente dieron asilo al golpista principal, Pedro Carmona.
Los nexos de los ataques contra Venezuela Las crónicas, los reportajes y los editoriales editados en Colombia o en Estados Unidos respiran odio y desesperación ante el proceso venezolano. No mencionan nada sobre los 120 asesinatos de dirigentes agrarios venezolanos, asesinados en la zona fronteriza por el único crimen de haber luchado y organizado la reforma agraria. Los terratenientes venezolanos son acusados de haber contratado a los paramilitares colombianos para impedir un éxito de la mencionada reforma agraria.
En Colombia estos grupos de escuadrones de la muerte se encuentran en una división profunda y en un problema interno. El Estado, que es acusado por los organismos de derechos humanos por haberlos creado, ya no encuentra utilidad de los que Human Rights Watch bautizó como "la Sexta División de las FF.AA.", que han hecho el trabajo sucio, asesinando toda la red social de la oposición contra la intolerable oligarquía colombiana.
Por eso, en estos momentos hay un ejército de paracos que en gran parte es desempleado y que se venden a los que les pagan bien. Trasladarse al territorio venezolano era sólo cuestión de tiempo.
La detención de 55 paramilitares colombianos y la búsqueda de los 80 que están huyendo de los organismos de seguridad venezolana, es una confirmación de que se inició otra etapa en los ataques contra la revolución bolivariana.
Lo interesante del suceso en Caracas el sábado es la conclusión de que los nexos contra Venezuela se extienden desde Washington, pasando por la mafia cubana en Miami, los Santos de Bogotá y termina en Caracas, en una finca de un anticastrista cubano, ilustre líder de la oposición golpista, cuyas organizaciones reciben gran parte de su financiamiento de Estados Unidos.