Hace tres semanas durante una reunión que los corresponsales de prensa
extranjera tuvimos con el presidente Lucio Gutiérrez y algunos de sus ministros,
tras señalar que todavía se sentaba al lado de personas de izquierda y que
prueba de eso era que estaba ubicado en la mesa a sólo un puesto mío, el
mandatario volvió a repetir lo que dijo el 15 de enero de 2003 durante el
discurso de posesión en cuanto a que él es de izquierda y derecha a la vez,
aburriendo a los periodistas que ya conocen ese discurso. Pero la forma de
expresarse de Gutiérrez en ese momento era diferente a la del acto en que se
posesionó: esta vez demostraba una mayor inseguridad, posiblemente por las dudas
con respecto al futuro de su gobierno. Pero, sobre todo, porque parecía
consciente de que sólo dos sectores podían-pueden provocar su caída, y los dos
se le oponían. Uno era el movimiento indígena que es el único sector capaz de
paralizar el país y si bien está en la oposición desde la salida de Pachakutik
sólo ha realizado una movilización importante contra el gobierno, pero sin la
fuerza que puede tener un levantamiento. El otro sector es el cogobernante
Partido Social Cristiano que por esos días llamó la atención del presidente por
la "situación" de Pacifictel y del Ministro de Energía, Carlos Arboleda, y
amenazó con retirar el apoyo al gobierno. Francisco Borja Cevallos, tal vez uno
de los analistas que ve la política con mayor precisión, señalaba en Noti Hoy de
Radio Centro que sin un gran levantamiento indígena Gutiérrez no se cae y
coincidía en la apreciación que sólo ese sector y el socialcristiano tienen la
capacidad de empujar un presidente. Pero además señalaba que la actividad
fundamental de este gobierno era gobernar para sobrevivir. Podríamos decir que
desde que asumió Gutiérrez la sobrevivencia es la forma de gobierno en Ecuador.
DOS
El hecho de que el coronel buscara saldar diferencias con los dos sectores
mencionados también estaría confirmando esa percepción. Por un lado intentó una
reunión con el movimiento indígena buscando un acercamiento con el presidente de
la CONAIE, Leonidas Iza, y ofreciendo que esa organización asumiera la Agencia
de Garantía de Depósitos (AGD) pues ya había sido destituida Wilma Salgado. Por
otro lado, a través de una emisaria, habría intentado acercarse a algunos
dirigentes indígenas y al bloque legislativo del Movimiento Pachakutik para
ofrecer además de la AGD, la cabeza de Mauricio Pozo. La emisaria del presidente
no ofrecía entregar el Ministerio de Finanzas para que asumiera alguien de la
confianza de Pachakutik, sino solamente la salida del ministro. Pero incluso
ofreciendo la posibilidad de poner al nuevo Secretario de Estado, la respuesta
del Movimiento Indígena hubiese sido negativa porque sería imposible volver a
confiar en Gutiérrez.
Por esas misma horas, el presidente reataba su alianza con el PSC cumpliendo el
pedido de León Febres Cordero de retirar a Carlos Arboleda del Ministerio de
Energía y Minas, acomodar Pacifictel al gusto socialcristiano y entregar en
bandeja a Renán Borbúa. El petróleo, la telefonía y el primo. ¿Qué más? También
ajustaba los detalles de una alianza con Alvaro Noboa y el PRIAN, y consolidaba
el apoyo de Abdalá Bucearan y el PRE. ¿A qué costo? También habrá que
dilucidarlo en los próximos meses. Aunque posiblemente no sea tan alto como el
del PSC. Las palabras de Noboa y Bucaran justificando su posición y las de
Febres Cordero (y de todos los diputados socialcristianos que tienen la
capacidad de repetir exactamente todo lo que dice su líder) anunciando que por
el momento no había causales para destituir al presidente pero cuando existiesen
ellos serían los primeros en pedir su destitución, no pudieron ocultar el hecho
de que el acuerdo con el gobierno tuvo un precio importante.
Esa movida pone de manifiesto que el presidente y sus asesores saben actuar a
tiempo para mantenerse en el gobierno, y saben con qué sectores hay que
negociar, y saben además con qué sectores y en que situación es necesario ceder
en todo lo que le pidan para colocarlos a su lado en el momento preciso. Pero
también conocen que al ceder ante el PRE, el PRIAN y, sobre todo, el PSC, este
gobierno ya se aniquiló a si mismo.
Otro problema que decidió atacar el presidente en forma simultánea, fue el
descontento evidenciado en las fuerzas armadas. Pero se movió con la torpeza
necesaria como para que el anuncio de un aumento de sueldos fomentara un
malestar mayor. Muchos oficiales se sintieron utilizados y preocupados ante la
imagen creada de que estarían siendo comprados por un "aumentito". Una fuente de
las fuerzas armadas confirmó a Tintají que el malestar militar difundido en
Quevedo también existe en Latacunga y otras ciudades. El hecho de utilizar el
dinero del Fondo de Estabilización Petrolera (FEIREP) para mejorar el sueldo de
los militares, luego de que Pozo se opusiera, sólo demuestra que Gutiérrez está
dispuesto a todo por mantenerse en el cargo, incluso a costa de no cumplir
ciertos compromisos con el Fondo Monetario Internacional, y desistir de su
ministro estrella si eso le sirve para no estrellarse. Aunque éste también supo
cambiar de opinión a tiempo y justificar la utilización del dinero del FEIREP.
Pero esas medidas son un paliativo ante la inconformidad que se percibe en las
fuerzas armadas. El anuncio de que el presidente se dedicaría a visitar los
cuarteles, tal vez pretenda actuar como presión hacia los sectores opuestos al
gobierno dentro de la institución militar, pero puede generar más malestar.
Arboleda era un ministro caído, pero se necesitó de un empujón leonino para que
lo renunciaran. El hecho de haber ofrecido la salida de Pozo indica que este es
otro ministro caído esperando un empujón leonino. Días atrás, una fuente del
Ministerio de Finanzas informó a Tintají que Pozo sería substituido por Mauricio
Yepez, y este lunes 26 ya surgió un indicio por dónde vienen las balas cuando el
Partido Social Cristiano pidió, a través del diputado Xavier Sandoval, la
destitución del ministro, por "priorizar el pago de la deuda externa y no
aplicar una política económica social en el país". Aunque usted no lo crea. El
legislador informó que su partido se sumará al juicio político que plantearon el
Movimiento Pachakutik y el Movimiento Popular Democrático en el Congreso, para
lo cual presentarán sus propios cuestionamientos. Además enfatizó en que la
salida de Pozo es una de las rectificaciones que debe adoptar el Presidente de
la República, en medio de este "respiro que le da la clase política". Un mensaje
del PSC a Gutiérrez para que lo tenga en cuenta.
CUATRO
El reclamo de la Izquierda Democrática de la renuncia del mandatario por haber
utilizado durante la campaña electoral propaganda donada por el Partido de los
Trabajadores de México, no parece un motivo que por si sólo provoque la caída de
un presidente y eso lo sabe Gutiérrez y lo saben los dirigentes de la ID. Sólo
una gran movilización social podría darle fuerza a un motivo como ese. Si
tenemos en cuenta el malestar que existe en algunos sectores de las fuerzas
armadas, es posible que en caso de presentarse una situación política y social
adversa al presidente, no le brinden su apoyo. Pero una movilización social de
ese carácter sólo la puede realizar el movimiento indígena. A nivel urbano,
aunque proliferan foros, coordinadoras, frentes, etc., no logran movilizar unos
pocos cientos de personas. En todo caso, parece claro que algunos sectores
políticos esperan que el movimiento indígena ponga la fuerza movilizadora para
ellos colocar la salida política.
Si bien Ecuarunari, la organización más fuerte de las que integran la CONAIE y
que reúne a los pueblos de la Nacionalidad Kichwa, en su última asamblea decidió
llamar a la desobediencia civil frente al gobierno, y anunciar la realización de
un levantamiento, esa posibilidad de no parece vislumbrase a corto plazo. La
resolución de Ecuarunari exhorta a desconocer a Lucio Gutiérrez como Presidente
del Ecuador, "por traición a la Patria y llamar a la desobediencia civil por
haber entregado el petróleo, la biodiversidad, la electricidad, la telefonía y
las riquezas naturales del país, en manos de grupos transnacionales y a sus
testaferros". También resolvió llamar a una concertación nacional con otros
sectores sociales. Humberto Cholango aseguró que la solución para superar la
crisis es que el presidente renuncie porque ya no hay espacio para rectificar.
CINCO
En el final del libro "El Movimiento Indígena y las acrobacias del coronel" híce
referencia de la influencia que tuvo Otto Reich, responsable de la política
estadounidense para América Latina en el desenlace de la crisis que enfrentaba
Lucio Gutiérrez en noviembre y principio de diciembre del año pasado. "Estados
Unidos recibió a Jamil Mahuad como conferencista de Harvard. ¿Qué futuro tendrá
pensado Otto Reich para Gutiérrez si fracasa la estrategia de fortalecer su
gobierno y se ve obligado a optar por un cambio presidencial?", concluía. Habría
que agregarle: ¿qué futuro le tiene preparado Febres Cordero cuando el actual
presidente ya no tenga lo que ofrecer? Como en diciembre, existe un escenario
montado, dentro del cual se mueven diversos actores tratando de influenciar en
el desenlace final. Pero todos saben que la coyuntura actual podría desembocar
en una salida de Gutiérrez solamente si se cumplen algunas condiciones que
todavía no parecen estar a la vista. El problema es dilucidar cuál es la salida
posible. Por las dudas, el vicepresidente Alfredo Palacio espera y dice que se
mantendrá alejado del gobierno "hasta que éste proceda a ejercer rectificaciones
serias en beneficio del país".
Además propone un plebiscito para preguntarle a los ecuatorianos, qué modelo de
gobierno desea tener, cuál debería ser la política económica y cómo debería ser
la Función Judicial, entre otros temas. "Desde el momento que el gobierno se
separó de los movimientos sociales que nos dieron el triunfo, lo critiqué y
ahora el gobierno debe retomar el proyecto político trazado con esos sectores",
aseguró Palacio y añadió que la política económica que el gobierno lleva
adelante ya "fue derrotada en las urnas".
SEIS
No es noticia que en el país, cuando se presentan crisis como la que enfrenta el
gobierno todos los actores políticos, incluido el vicepresidente y algunos
ministros, empiezan a pensar y trabajar por una salida que los favorezca. Uno
más otros menos, de forma más pública o más oculta buscan una salida a su favor
y, tal vez se podría decir que todos, de alguna manera, conspiran. Sin embargo,
en este caso el que conspiró primero contra su propia estabilidad es el
presidente, y ahora, como en aquella película de de Jack Nicholson, tanto él
como la oposición se encuentran atrapados sin salida.