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Latinoamérica

De Irak a Colombia: La paranoia de las fuerzas invasoras


En Irak, los Estados Unidos invaden el país so pretexto de derrocar a Sadam Hussein, en búsqueda de las inexistentes armas de exterminio masivo. En Colombia, las Fuerzas Militares colombianas, con asesores gringos, son fuerzas de ocupación en su propio país que tratan a sus paisanos como enemigos, en obediencia ciega a la Doctrina de Seguridad Nacional, hoy llamada Plan Colombia con Seguridad Democrática.

ANNCOL, Colombia

Aun humeantes los fusiles que rafaguearon a los cinco campesinos asesinados por el ejército en Anaima - Departamento del Tolima, centro del país - , el presidente Álvaro Uribe Vélez, su flamante y decorativo ministro de defensa, y los altos mandos militares, anuncian que todo se debió a un error, en una zona de influencia guerrillera desde tiempos inmemoriales (allí nacieron las FARC).

Los pobrecitos soldados, emboscados, aterrados por el miedo a la guerrilla y ateridos por el frío, disparan con fusiles-ametralladoras a cinco campesinos, incluidos dos niños, que ante la voz de alto salen corriendo para tratar de salvar sus vidas ante un ejército invasor. (Si no corres te matan, si corres igual te matan, ¡pero al menos tienes la posibilidad de salvarte! ).

Aun humeante el hotel en que se alojaban los corresponsales extranjeros que cubrían la mal llamada "Guerra en Irak", Mr. Bush hijo, y la cúpula militar estadounidense, informaban que todo se debía a un error de apreciación y por ello el bombardeo del hotel. Los pobrecitos "boys" gringos, aterrados de estar invadiendo una tierra extraña e inhóspita, creyeron que el reflejo de una cámara era el reflejo de un fusil y por eso bombardearon con sus tanques hasta casi tumbar todo el hotel.

Situaciones semejantes en países diferentes, enlazadas íntimamente por la invasión extranjera. En Irak, los Estados Unidos invaden el país so pretexto de derrocar a Sadam Hussein, en búsqueda de las inexistentes armas de exterminio masivo. En Colombia, las Fuerzas Militares colombianas, con asesores gringos, son fuerzas de ocupación en su propio país que tratan a sus paisanos como enemigos, en obediencia ciega a la Doctrina de Seguridad Nacional, hoy llamada Plan Colombia con Seguridad Democrática.

Un nuevo "error" militar dejó el lunes 12 de abril, el saldo de tres soldados muertos y uno herido, en la zona rural de Puerto Gaitán
(Departamento del Meta), en los Llanos Orientales colombianos. Enseguida el comandante de la Cuarta División del Ejército, general Javier Hernán Arias, dice que fue un error de comunicación y por eso resultaron enfrentadas.

Una nueva incursión de las fuerzas de ocupación estadounidenses arroja como resultado varios soldados gringos muertos, combates en la ciudad de Falluyah, y más de 15 civiles muertos. Enseguida los funcionarios gringos salen a culpar a un ayatollah irakí de lo sucedido.

¿Qué está pasando?

Lo que pasa es que los dos ejércitos de ocupación – el gringo y el colombiano - están enfrentando una fuerte resistencia de los pueblos. La indignación de los irakíes se manifiesta a millares en las calles y en el accionar de una guerrilla - formada casi que espontáneamente ante la invasión - que cada día realiza acciones más osadas, sabiendo que ahora la cosa es a otro precio. No es lo mismo bombardear desde el aire a un pueblo indefenso. Hombre a hombre, sin el apoyo de su fuerza aérea, el soldado gringo, está mal preparado y enfrenta el fuego enemigo con miedo.

Por ello dispara sin contemplaciones "a todo lo que se mueva" así sean civiles.Los militares colombianos acostumbrados a asesinar civiles indefensos y desarmados - léase opositores de partidos de izquierda, sindicalistas,luchadores populares, periodistas, defensores de derechos humanos - sienten que les tiembla hasta el último músculo de su cuerpo en las zonas de influencia guerrillera, y por ello disparan "a todo lo que se mueva", así sean campesinos y niños.

Aquel que tenga mínimos conocimientos militares sabe que una cualidad esencial de un combatiente debe ser poseer "nervios de acero", que al disparar debe hacerlo sobre un blanco identificado plenamente como enemigo, y con ráfagas cortas. El que por nerviosismo dispara su arma, y deja el dedo pegado al gatillo, está perdido en un combate, será una víctima fácil del ejército enemigo, que aprovechará su superioridad sicológica y esperará el momento preciso para abatirlo.

Lo que pasa es que están paranoicos. "Sienten culillo", dicen en el interior. "Están cagaos", dicen en la Costa. En resumen, el miedo lo sienten en el fundillo, como dicen nuestras mujeres. No saben qué hacer con el miedo, con el temor a morir, a ser heridos, y pierden la cordura, su estabilidad mental. De ahí a la desmoralización solo hay un paso. Y ejército desmoralizado no combate, está vencido.

Mercenarios

Los Estados Unidos, preocupados por tal situación, busca fórmulas de solución. Ahora quiere que las Naciones Unidas, asuman el control y la responsabilidad en Irak, y sean otros pueblos los que pongan los muertos, como ya empezaron a hacerlo con la muerte del jefe de misión de la ONU en Irak, un brasileño.

Para invadir les importó un pepino las Naciones Unidas, pero ahora que hay que poner los muertos por la resistencia del pueblo irakí, ahora sí recurre a este organismo, que ante la omnipotencia del imperio pierde su razón de ser; además de por la inconsecuencia del resto de países del mundo, que se postran arrodillados ante el dólar gringo (caso Aznar, el asno español), salvo dos o tres honrosas excepciones.

Otra opción es la de recurrir a los "perros de la guerra": los mercenarios. Estados Unidos tiene en Irak alrededor de 10.000 mercenarios, muchos de ellos vinculados con abusos de Derechos Humanos en Sudáfrica, Chile e Irlanda del Norte, según informaron los especialistas en asuntos estadounidenses del diario mexicano 'La Jornada', y el Pentágono ha reactivado la unidad Tiger Force, empleada durante la guerra de Vietnam para asesinar a guerrilleros y sus simpatizantes civiles, con la misión de vigilar el oleoducto de Kirkuk, según informa Rebelión.

En Colombia, también usa sus mercenarios. Además de los paramilitares de Carlos Castaño y Salvatore Mancuso, de los 3 mil asesores militares que están codo a codo con los militares colombianos en la lucha contra insurgente – de la cual ya hay tres en calidad de prisioneros de guerra en poder de las FARC -, también tiene su ejército de "perros de la guerra" a través de personal contratado directamente o como contratistas de la Dyncorp (que entre otras cosas, personal perteneciente a esta empresa ha sido capturada traficando drogas en el aeropuerto El Dorado, de Bogotá, en muestra de la verdadera catadura de esos parias de la guerra).

Nada nuevo. Ya un general francés se interrogaba qué clase de soldados eran esos que quieren matar al contrario, sin que el contrario tenga la más mínima posibilidad de matarlo a ellos. Son los soldados Made in USA, formados por los generales gringos y por el Pentágono. Son estos los soldados que ante el primer revés comienzan a sudar copiosamente y lloriqueando como cobardes se desertan, como bien señalara el Libertador Simón Bolívar.

Los pueblos vencerán

La única guerra justa es la que desarrollan los pueblos contra sus opresores y contra fuerzas extranjeras de ocupación. En Irak, como en Colombia, los pueblos desarrollan el derecho a la legítima defensa de sus vidas, contra un ejército invasor.

Es una verdad de a puño, que ni los lloriqueos ni las lágrimas de cocodrilo de Álvaro Uribe Vélez, dando las condolencias a los familiares de las víctimas – ¡habráse visto semejante desfachatez: el asesino en jefe, dando las condolencias! - ni las amenazas del embajador USA Pontenegro o Negroponte, que gritando como el ladrón, ¡agarren al ladrón!, dice sin sonrojarse: "se equivocan los que quieren definir el futuro de Irak por acción de las armas!" ¡Qué cinismo!