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Latinoamérica


Derechos Humanos y aislamiento internacional problemas del último año del gobierno chileno


Iván Gutiérrez Lozano
de
www.portaldenegocios.cl

Todavía retumba por los pasillos del Palacio de La Moneda, los gritos de la multitud que recibió al Presidente Ricardo Lagos, el 11 de marzo de 2000 en la plaza de la Constitución, ¡Justicia... justicia... queremos justicia!.

A cuatro años de ese clamor popular que recorrió toda la nación, Lagos cumplió su palabra, hacer justicia... perdón, caminar hacia la Impunidad, así se resumiría el último año del gobierno chileno en materia de derechos humanos.

Hasta el momento, unos 200 militares han sido procesados o condenados por delitos cometidos contra sus compatriotas durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-90), el actuar de las organizaciones de derechos humanos y sus abogados, han logrado que la justicia actué.

Esto ha colocado a las Fuerzas Armadas en alerta, como a los partidos derechistas: Unión Demócrata Independiente (UDI) y Renovación Nacional (RN), la presión de estas organizaciones y la propia postura del Gobierno chileno llevó a Lagos el 12 de agosto pasado, a presentar un proyecto de ley para zanjar definitivamente el tema de derechos humanos.

La medida tomada por La Moneda, no es antojadiza, es parte de una estrategia definida con sectores militares y de la derecha, para no inculpar a verdaderos responsables de las violaciones a los derechos humanos en Chile.

Ejemplo claro, es el caso de Augusto Pinochet, que fue declarado demente y por esta razón no podrá ser juzgado por sus crímenes.

No hay mañana sin ayer

En aquel día de agosto los familiares de detenidos desaparecidos, ejecutados políticos, ex presos de la dictadura, organizaciones sindicales, sociales y políticas, al igual que tres años antes se congregaron frente a La Moneda, para escuchar el discurso de Lagos que tituló No hay un mañana sin ayer

El mandatario reveló que la medida incentiva la entrega de información fidedigna sobre los crímenes perpetrados durante el régimen militar.

Sugirió diferenciar la responsabilidad de quienes actuaron bajo el temor a represalias o ignorancia, "de aquellos otros que organizaron, planificaron la represión, dieron las órdenes, dirigieron la ejecución de los crímenes o los ejecutaron directamente, con pleno discernimiento".

Hace algunos días el parlamento aprobó el proyecto del Ejecutivo y durante las próximas semanas debería ser aprobado por el Senado chileno.

La presidenta de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos, (AFEP), Patricia Silva, señaló que Lagos ha tenido un doble estándar inaceptable. Por un lado trata de mostrar al mundo la preocupación por los derechos humanos y por otro esta dando los pasos que los gobiernos anteriores no dieron. El presidente, pasará a la historia como el gobernante que traicionó la causa de los derechos humanos.

La vicepresidenta de la AFDD, Mireya García, dijo que el mandatario chileno nunca ha tenido una definición clara con respecto a los temas derechos humanos.

García recordó que hace cuatro años miles de chilenos frente a La Moneda exigieron justicia, y no hemos visto de él una definición con respecto a hacer justicia en nuestro país, más aún, las señales que nos han entregado Lagos es de impunidad.

Por último la dirigente humanitaria sentenció que el jefe de Estado quiere terminar su mandato como el que resolvió el tema de los derechos humanos, pero él pasará a la historia como el que resolvió estos temas sobre la base de la no-justicia.

Las organizaciones sociales, políticas y sindicales insisten que No hay un mañana sin justicia porque según el informe Rettig, que en 1991 investigó y archivó casos de violaciones de derechos humanos, en Chile hubo más de tres mil víctimas durante 17 años de dictadura, de las cuales mil 197 se registran detenidas desaparecidas.

El aislamiento Internacional de Chile, TLC y la carrera armamentista

En el frente externo el gobierno de Lagos ha demostrado con mas claridad su actuar frente a los dictados de Estados Unidos, y su postura como alumno eficaz de las políticas neoliberales que dictan los profesores del Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial.

Las reiteradas caídas de la Canciller, Soledad Alvear, en la política regional han abierto una brecha con los Estados Latinoamericanos que es muy difícil de cerrar.

El año 2003 Chile, realiza un desaire a Estados Unidos, frente al tema de la invasión a Irak, al no apoyar la petición de este último en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, pero el impasse queda resuelto al votar nuevamente en contra de Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.

Otro aspecto fue la firma el 6 de junio pasado del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos y que desde el primero de enero pasado, se puso en práctica entre las dos naciones.

Este acuerdo tiene como objetivo destruir los avances regionales en torno a enfrentar juntos acuerdos comerciales con los distintos bloques económicos a escala mundial.

Los esfuerzos de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), o el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) van en esa dirección.

Tras la firma del tratado, organizaciones políticas y sociales han manifestado su rechazo y catalogaron este acuerdo como nefasto a la economía nacional y más aún, como una muestra del servilismo del gobierno chileno hacia la más grande potencia mundial, Estados Unidos.

Una de los botones de muestra fue la firma del acuerdo que se realizó en Miami ante personeros de segunda línea y no en la capital Washington frente al presidente George W. Bush, como este lo había realizado con otras naciones.

Para el economista chileno Hugo Fazio, la puesta en marcha del acuerdo comercial lleva a una competencia inevitablemente desigual entre una economía como es la de Estado Unidos cuyo producto interno bruto es 151,6 veces mayor que el chileno mientras el ingreso per cápita del país del norte supera los 35.000 mil dólares, en tanto el chileno, según cifras de 2002, alcanza apenas los cuatro mil 264 dólares.

Para el académico el TLC es una punta de lanza, es colocar el Acuerdo de Libre Comercio para las Américas (ALCA) y dividir a las naciones que luchan por la integración regional.

América Latina empieza a pasar la cuenta

El mismo año, Chile empieza a promover la candidatura del ex Ministro de Relaciones Exteriores y actual Ministro del Interior, José Miguel Insulza, a la Secretaria de la Organización de Estados Americanos (OEA), tras reiterados sondeos con otras naciones Chile tuvo que bajar la candidatura.

Para Lautaro Carmona, miembro de la Comisión Política del Partido Comunista (PC) de Chile, la abrupta bajada de la candidatura de Insulza, da cuenta de manera categórica del extremo grado de aislamiento que el gobierno de Chile y su política pro norteamericana encuentran en la inmensa mayoría de los países de América Latina.

Para el dirigente comunista la relación de Santiago con Washington, es expresión del servilismo que ha mostrado en el último tiempo el Palacio de Gobierno de La Moneda.

Es un castigo de los países latinoamericanos que buscan tener cierto grado de independencia, que no aceptan la firma del TLC que hizo Chile con Estados Unidos a espaldas de los pueblos de América Latina, señaló el dirigente del PC.

Ante esta realidad, Lagos no estuvo dispuesto a sufrir un costo político demasiado alto, al presentar a Insulza al puesto de la OEA, porque la votación demostraría la soledad internacional en que Chile quedaría expuesto.

Según Carmona, la principal responsable de este descalabro internacional es la ministra de Relaciones Exteriores, Soledad Alvear, quien se presenta como una gran campeona de las relaciones internacionales y ahora ha mostrado el real efecto de su política. El aislamiento de Chile.

Salida al mar para Bolivia y carrera armamentista

Tras la derrota en la guerra del Pacifico en 1879, Bolivia, perdió sus costas. En 1904, Chile y Bolivia fijaron los limites, pero las dos naciones rompieron sus relaciones diplomáticas en 1962, las que se reanudaron entre 1975 y 1978 luego de infructuosas negociaciones por un acceso al mar de este último país.

En la XIII Cumbre Iberoamericana que culminó en Santa Cruz, Bolivia, en noviembre pasado, el Presidente venezolano Hugo Chávez, como el Secretario General de Naciones Unidas, Kofi Annan, señalaron que el país altiplanico debería tener una salida al mar y que el tema debía ser tratado en forma multilateral.

Analistas internaciones han insistido que si el tema no es resuelto, afectaría a la estabilidad regional.

Las declaraciones de estos personeros irritaron a La Moneda, que reiteró que el reclamo boliviano de revisar el Tratado de 1904, que concedió dominio absoluto a Santiago sobre los territorios ocupados, no es necesario porque las autoridades chilenas han dicho que los límites fronterizos están bien definidos y no hay nada que discutir.

Además, la Cancillería chilena rechazó que el pedido soberano de Bolivia sea un asunto multilateral que afecte la estabilidad regional.

Otro frente, se abrió cuando el ministro de Defensa peruano, Roberto Chiabra, señaló que la compra de cuatro fragatas por parte de Chile, constituye un rompimiento del balance tecnológico y militar en la región.

La reacción chilena no se hizo esperar, la ministra de Defensa, Michelle Bachelet, señaló a fines del año pasado que "los peruanos pueden estar tranquilos, pues Chile no está en ninguna carrera armamentista. Por el contrario, nuestro espíritu es que lo que más nos conviene a todos los países es vivir en paz, porque son las condiciones que nos permiten desarrollarnos".

Pero la realidad dicta lo contrario, de acuerdo con un informe (2003-2004) del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IIEE), con sede en Londres, Chile está a la cabeza del gasto militar en la región.

El estudio señala que el gasto militar chileno "aumentó de mil 100 millones de dólares en el 2002 a mil 200 millones de dólares en el 2003. Pero, si se consideran todos los aportes extra presupuestarios, incluidos los 233 millones de dólares provenientes de la ley del cobre, la cifra se aproxima a los 2.800 millones de dólares".

El documento explica que el Ejército chileno compró 200 tanques alemanes Leopard 1 a Holanda y tendría prevista una segunda partida de 170 unidades.

Aunque el IIEE destaca que la estrategia del gobierno chileno es dar prioridad a la Armada y Fuerza Áerea, el informe revela que el Ejército comprará además antes del año 2010 helicópteros artillados antitanques, vehículos blindados de transporte de personal y nuevos sistemas de mando y control.

Esta realidad pone a Chile en una difícil situación, cuando en los últimos días el periódico limeño La República, publicó un estudio elaborado por el Ministerio de Defensa de Perú, acerca del "balance militar Perú-Chile 2004".

El informe señala que el poderío militar chileno, es cinco veces superior al de Perú.

El Gobierno chileno insiste en invertir recursos en la carrera armamentista, en clara confrontación contra las políticas definidas por los países de América Latina.

La gran mayoría, se oponen fervientemente a armarse, ya que esto repercutiría en el proceso de integración que intentan aplicar sobre la región los países miembros del Mercado Común del Sur (MERCOSUR), Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, como los suscritos a la Comunidad Andina de Naciones.

Esta última señaló que el principal enemigo es la pobreza que afecta en la región a 210 millones de personas.

Chile juega en las grandes Ligas

El pasado 29 de febrero fue llevado por un avión de los Estados Unidos el presidente de Haití, Jean Bertrand Aristide, a un país de África, tras desordenes en la nación caribeña.

El 1 de marzo el Presidente chileno, Ricardo Lagos, anunció él envió de tropas para unirse a la coalición pacificadora de Naciones Unidas, que integran Estados Unidos, Canadá, Francia y Chile.

El mandatario chileno explicó en la ocasión, que la decisión de su gobierno de enviar tropas a la nación caribeña se traducen en que "los hechos que se han registrado en Haití nos han conmocionado e impactado a todos y nos llaman a ejercer nuestra responsabilidad como país".

"Teniendo en cuenta el capítulo sexto de la Carta de Naciones Unidas, Chile ha accedido a participar con un contingente militar en estas fuerzas de paz", dijo el gobernante.

Pero, el trasfondo de la intervención es blanquear la intervención militar norteamericana en Haití y el derrocamiento de un presidente que fue elegido democráticamente.

Pero además, las tres naciones que ocupan el país caribeño: Francia, Canadá y Chile estuvieron contra la intervención norteamericana en Irak. Y los tres buscan recomponer sus relaciones con Washington.

Todo ha quedado claro, en el frente interno el Gobierno de Ricardo Lagos, trata de poner punto final al tema de los derechos humanos y al parecer pasará a la historia como el presidente que no logró justicia.

En el frente externo, pese a sus esfuerzos por recomponer el cuadro político y el liderazgo regional, solo ha demostrado ser buen alumno con las tareas que le entrega el profesor Tío Sam.