Latinoamérica
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La izquierda radical ante un futuro gobierno progresista
Entre la duda y la esperanza
Mario H. Peralta
BRECHA
Sin perder el sentido de pertenencia, la izquierda "radical" frenteamplista puja por incidir en las medidas que instrumentará el futuro gobierno del EP-FA. (1) Descontenta con algunos planteos programáticos, confía en que la historia y las demandas de la gente empujen los cambios por los cuales pelearon durante décadas. Quienes se fueron del FA ya no tienen ese entusiasmo.
La actitud de los sectores radicales de la izquierda uruguaya con respecto a un futuro gobierno del EP-FA-NM (Encuentro Progresista-Frente Amplio-Nueva Mayoría) va desde el esfuerzo por incidir para asegurar los cambios hasta el anticipado desencanto de quien se ubica fuera de la frontera de los dirigidos por Tabaré Vázquez.
Sin embargo, en esa gradación de opiniones el denominador común es apostar al triunfo de la coalición de izquierda en las elecciones nacionales. Y lo es, tanto por la comprensión de "una oportunidad histórica de desplazar a los partidos tradicionales", como para que, además, la gente se "desengañe" de una opción que ha perdido su antigua vocación revolucionaria, según dijo a Brecha el ex dirigente tupamaro Jorge Zabalza. (2) A diferencia de Zabalza, los grupos radicales pertenecientes al FA, como la Corriente de Izquierda (CI), el 26 de Marzo y el Partido por la Victoria del Pueblo-Unión Frenteamplista (PVP-UF) sostienen la validez del instrumento, aunque desconfían, en mayor o menor grado, del resultado de los equilibrios internos y su correspondencia en la aplicación de un programa que modificaría el modelo económico y social vigente.
Para el ex senador y líder de la CI, Helios Sarthou, el principal factor que pone en duda la vocación de cambio del FA es la contradicción entre el proyecto electoral y el proyecto político que vive la coalición de izquierda. "Me parece -sostuvo Sarthou- que se ha encarado un proyecto electoral en detrimento del proyecto político. Tal vez sea una enfermedad de crecimiento que la izquierda enfrenta en determinado momento histórico. El riesgo es que el proyecto electoral pueda crecer predominando sobre el político. El proyecto electoral es no perturbar el logro del apoyo de sectores, cualesquiera sean estos, y componer lo ideológico para captar a todos.
Esa concepción, dijo el ex senador, predominó en el congreso del FA (3) realizado en diciembre pasado. Las resoluciones del mismo, añadió, "no fueron en función de un proyecto político de transformación profunda. Por ejemplo, que no haya precisado la posición sobre la deuda externa (que es clave, porque pagándola el país no puede existir, salvo que se recorte educación, salud y todo los demás). Otros temas ni siquiera se tocaron, como la seguridad social (con la vergüenza de que rectificó la posición favorable a restablecer el aguinaldo para los jubilados); o la derogación de las ley de las AFAPs, o la estatización de la banca. Y no se puede decir que estas medidas son viejas, dado que constaban en el programa que permitió acceder al gobierno de Montevideo. También está la cuestión de la impunidad.
Sarthou afirmó que esa última cuestión es muy importante, porque una sociedad que no tiene resuelto ese tema "no sólo tiene una herida en lo ético, sino que le resulta difícil mantener la autoridad moral de un gobierno, frente, por ejemplo, al individuo que comete un delito contra la propiedad", cuando deja impunes las violaciones a los derechos humanos negándose a reivindicar la anulación de la ley de caducidad". Fue "muy desgraciado dejar ese asunto de lado" en aras de asegurar la victoria en octubre, concluyó.
En la misma dirección, Zabalza se preguntó que hará un gobierno del FA "si aparece un nuevo Alejandro Recarey (juez que citó a militares a declarar en el caso de la desaparecida maestra Elena Quinteros) y decide mandar citaciones a José Nino Gavazzo, Manuel Cordero, etcétera. ¿Qué actitud tomará un gobierno progresista? ¿Va a respetar el marco legal? Si lo hace, porque se argumenta que es lo que marca la ley, va a ser muy difícil explicarle a la gente que el FA hace lo mismo que hicieron Julio María Sanguinetti y Luis Alberto Lacalle".
El desarrollo del "proyecto electoral" tiene, en opinión de Sarthou, un nuevo elemento espurio, que consiste en la idea "maquiavélica de que quiero que me votes porque digo esto, pero esto que digo no es lo que voy a hacer, y lo que puedo hacer no lo puedo decir. Esto no sirve siquiera como simulacro. Pero además la política tiene que ser verdad y ética. La gente está harta de la política y de los políticos porque no reflejan la verdad, porque no hay concordancia entre palabra y acción", aseveró el ex senador.
También en este punto Zabalza coincide: a los militantes frenteamplistas, dijo el ex dirigente tupamaro, se los manipula de manera muy similar "a la que en la época de Rodney Arismendi se hizo en el Partido Comunista, diciéndoles que `esta es una maniobra táctica para después de llegar al gobierno cambiar y pasar a un proceso de acumulación revolucionaria`".
El capital original Las mayores dudas surgen a la hora de precisar las medidas de un programa histórico, que últimamente ha tenido varias modificaciones, no todas del agrado de los grupos "radicales" de la izquierda frenteamplista. La cuestión del pago o no de la deuda externa y la añeja polémica sobre si primero debe crecer la torta para luego repartirla son algunos de esos temas. El último congreso frenteamplista de diciembre no falló sobre ellos, o en todo caso dejó el camino abierto para variadas interpretaciones.
Los "radicales" señalan sus dudas acerca de que el probable gobierno progresista se decida a recorrer un camino de crecimiento económico con redistribución de la riqueza. Obviamente comparten la idea fuerza de un "país productivo", (3) pero recelan a la hora de darle sustancia a dicha consigna, especialmente en el cómo se obtendrán los recursos para implementarlo.
Tanto para el PVP-UF como para el 26 de Marzo y la CI (también lo subraya Zabalza), el posible capital que reactive la alicaída producción está disponible en los recursos que el país destina al pago de la deuda externa.
La nueva realidad de la región, dicen, demuestra que es posible ir más allá de la postura de "honrar la deuda" expuesta por Tabaré Vázquez y los grupos mayoritarios del FA.
"Una persona amiga me decía: Néstor Kirchner (el presidente argentino) no es de izquierda, pero qué bueno sería que los de izquierda hicieran lo que hizo Kirchner. Cuando en la CI hablábamos de enfrentar al FMI nos miraban mal, pero la realidad regional demuestra que es posible. No es que no quiera pagar la deuda, es que no puedo pagarla", sostuvo Sarthou.
Carlos Coitiño, dirigente del PVP-UF, dijo a Brecha que el mandatario argentino está enseñando a negociar: "El tema de pagar o no pagar es una cuestión de correlación de fuerzas. Obviamente que Uruguay debe inscribirse en un club de deudores, junto a Argentina, Brasil y Venezuela. De esa manera se generaría una correlación de fuerzas distinta para negociar. Así lo planteaba el FA en definiciones anteriores.
El dirigente del PVP aseguró que en Uruguay se ha enriquecido gente con los intereses de los bonos de la deuda, "que ya ganaron lo suficiente", y ahora hay que tomar una actitud diferente. La decisión de Argentina de pagar los bonos hasta donde se puede, añadió, es un modelo realista que coloca la deuda social interna como prioridad frente a la externa. "Nadie que se defina de izquierda puede tener una actitud distinta. Cuando se fría la grasa veremos los chicharrones que quedan, pero la grasa (la deuda) hay que ponerla en la sartén. Todos en Uruguay saben que no puede haber redistribución y reactivación productiva si se opta por pagar lisa y llanamente la deuda. Otra cosa es que tengamos fuerza para negarnos a pagarla, pero en ese caso deberá discutirse con la población", aseguró Coitiño.
En la misma sintonía, Fernando Vázquez, dirigente del 26 de Marzo, adujo que con el tema de la deuda externa "se debe estar muy antentos a los procesos de la región. Hay que acumular fuerzas en ellas y después negociar. Debe quebrarse la política del pido dinero para pagar intereses. Hay un razonamiento tecnocrático de que si eso se modifica se desestabiliza el país, cuando en realidad la desestabilización llega por el mantenimiento del esa política".
Zabalza, desde fuera de la frontera frenteamplista, señaló una diferencia con los anteriores, advirtiendo que el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula de Silva, ha tenido una actitud muy diferente a la de Kirchner y más parecida a "eso de honrar la deuda". "Desde mi punto de vista se podría quebrar la impunidad, pelear con el FMI y con los acreedores internacionales siempre y cuando se buscara realmente establecer una voluntad colectiva.
Parafraseando a Jorge Batlle, un estado del alma para convocar a la lucha.
Sin embargo, se dice esto es lo que hay, este el FA que hay, el país que hay, las posibilidades que hay. Aquí en el Cerro (4) en cambio, se dice, lo que no hay se inventa. Vamos a inventar, a entusiasmar a la gente con una posibilidad de moratoria para no pagarle a los acreedores. En lugar de `honrar la deuda` con los organismos internacionales, honremos la deuda interna. Pero eso no se quiere hacer para no asustar a los burgueses".
¿Cuándo repartir la torta? Cuál será el grado de redistribución de la riqueza que estará dispuesto a impulsar un gobierno progresista es otra de las preocupaciones de los llamados sectores radicales. En ese plano han criticado lo que entienden como una visión ingenua del Movimiento de Participación Popular (MPP) de que la refundación del país y el crecimiento económico deben hacerse a partir de un desarrollo capitalista "bueno" para luego comenzar el reparto de las ganancias. (5) Sarthou dijo, incluso, que el hecho de que una de las fracciones mayoritarias del FA hable de la necesidad de perfeccionar el capitalismo y que ello no suscite reacciones de parte de quienes se definen como marxistas "es preocupante. Esto es un cambio total de sangre. Me parece que es el peaje que exige el sistema. Este no le va a permitir rotar a una fuerza de izquierda si no se adapta como para que la rotación no lo ponga en peligro.
Para Zabalza, lo que hace el MPP es una defensa del capitalismo tal como está. "Se habla de contar con una burguesía capaz de encabezar una refundación nacional. Eso ha fracasado en todos lados y es insostenible analizando el proceso histórico de la América Latina. Y lo plantean no solo con burgueses buenos, también con militares buenos. Con los Tenientes de Artigas, por ejemplo, cuando entre ellos están los responsables del asesinato del agente chileno Berríos." (7) Más allá de los cuestionamientos dirigidos al MPP, los "radicales" insisten en la necesidad de diseñar un modelo de desarrollo, que en muchos casos pone el énfasis en aspectos no reconocibles en el discurso oficial de la izquierda actual. Así, Coitiño afirmó que debe darse una jerarquía principal a la redistribución de los recursos con los que hoy cuenta el país, dado que no existe posibilidad de desarrollar el mercado interno si no se mejora a un sector cada vez más importante de la sociedad marginado de todo y dependiente de la ayuda estatal para sobrevivir. Por consiguiente, el PVP sostiene que la creación de empleos es uno de los instrumentos básicos de la redistribución de la riqueza. Sin hablar de "un shock salarial" como lo plantean otros grupos de la izquierda radical, Coitiño destaca que los mecanismos para la redistribución puede ser diversos, "desde el cambio de la política impositiva hasta una mejora salarial que ayude a recuperar el 20 por ciento de pérdida sufrida desde 2002. Lo que no debe hacerse es mantener los niveles de distribución actuales.
El dirigente del PVP advirtió que el incremento actual de las exportaciones se hace sobre una base que no aumenta sustancialmente la ocupación de mano de obra. Sin dudas, añadió, "el mercado interno tiene mayores posibilidades de ampliar los puestos de trabajo, entre otras cosas por la necesidad de restablecer las cadenas de distribución. La absorción de mano de obra, según diversos estudios, es propia de las pequeñas y medianas empresas. Con los mismos criterios de redistribución actuales, puede haber reactivación económica, pero seguirá la concentración de riquezas en pocas manos y con ello no se puede construir un país progresista, un modelo alternativo al dominante. Entonces la redistribución se transforma en el eje del modelo alternativo que debemos ofrecer a la población.
Las exigencias y dudas de la izquierda "radical" no se remiten exclusivamente a los temas señalados. También se dirigen a la actitud a asumir ante el sistema financiero, en el entendido de que la definición de ponerlo al servicio del país productivo no pasará de una mera consigna si no va acompañada de medidas como la eliminación del secreto bancario. Una iniciativa que no fue resuelta en el congreso frenteamplista y que desde hace tiempo no figura en el discurso de los dirigentes de los sectores mayoritarios o de la presidencia de la coalición de izquierda.
Un último plano de preocupaciones de estas organizaciones y personalidades se vincula a la convocatoria o no, de parte de un gobierno progresista, a que "la gente" participe en la defensa de un programa, que más allá de las salvedades señaladas reconocen distinto al aplicado por los dos partidos tradicionales y capaz de desatar resistencias políticas, empresariales y sociales. Fernando Vázquez dijo a Brecha que el no apostar a la movilización indicaría que la izquierda llegó para "hacer la plancha" y no para cambiar, pues para administrar lo existente no se requiere de la sociedad organizada.
Para el PVP, el mayor déficit del FA en este plano se ubica en el ensayo de una política de "relacionamiento" y de no compromiso en objetivos comunes explícitos con las fuerzas sociales organizadas.
Con todos estos bemoles, todos los dirigentes consultados (con excepción de Zabalza) creen que con el advenimiento de un gobierno del EP-FA se abre una perspectiva de cambios. Pero para ello insisten en que deben modificarse los equilibrios internos en la izquierda. Y piensan que la gente, con sus demandas, empujará en "la dirección correcta".
Notas (Redacción de Correspondencia de Prensa) (1) La última encuesta de opinión, realizada por la empresa Factum, le adjudica una ventaja clara a Tabaré Vázquez, candidato presidencial para las elecciones nacionales de octubre próximo. Si las elecciones se realizaran hoy, el Frente Amplio (y su coalición electoral con el EP y la NM) obtendría el 53% de los votos, seguido por el Partido Nacional (18%) y el Partido Colorado (17%). Los "indecisos", alcanzan el 16%. Todas las otras empresas encuestadoras, también ubican a Tabaré Vázquez como el triunfador en octubre e incluso en noviembre (si hay una segunda vuelta).
(2) Actualmente milita en el grupo "Colectivo Tupamaros". Ver entrevista en Correspondencia de Prensa Nº 257, 15 febrero 2004.
(3) Sobre el congreso del FA, ver artículo de Mario Pieri, "Rumbo a la ´victoria`.sin ruptura con el neoliberalismo", en Correspondencia de Prensa Nº 192, 27 de diciembre 2003.
(4) En cuanto a lo de "país productivo" (y al "acuerdo social" para sostenerlo) el debate está abierto y es uno de los puntos de diferencia más importantes. La CI presentó un documento alternativo al congreso del FA donde entre otras cosas cuestionaba esa idea de los sectores mayoritarios, al tiempo que proponía una definición clara respecto al no pago de la deuda externa, el rechazo al ALCA, la estatización de la banca, la reforma agraria, la eliminación de las AFAPs (empresas privadas de fondos de pensión) y la derogación de la Ley de Caducidad (que asegura la impunidad del terrorismo de Estado bajo la dictadura militar). La CI fue la única organización que no votó el documento programático adoptado por la mayoría de los delegados en el congreso de diciembre.
(5) Barrio obrero y popular de Montevideo, con una amplia experiencia de luchas radicales y en donde la izquierda es mayoritaria en todas las elecciones.
(6) El MPP es la coalición político-electoral hegemonizada por el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T), actualmente el MPP es, junto al Partido Socialista (miembro de la Internacional Socialista) una de las dos principales fuerzas del FA. Su principal dirigente, el senador José Mujica, se ha convertido en el abanderado de una alianza con la "burguesía nacional", y defiende la tesis de un "capitalismo que funcione, con burgueses como la gente" (Entrevista publicada por la revista Caras y Caretas, Montevideo, 2 de enero 2004).
(7) Los Tenientes de Artigas son una de las logias dentro del ejército.
Dirigentes tupamaros -como el senador Eleuterio Fernández Huidobro- han mantenido un diálogo permanente con estos militares de línea dura que se definen como "nacionalistas".
Fuente: BRECHA