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Latinoamérica

3 de marzo del 2004

¿La Bolivia productiva?

Mario Ivan Paredes
Rebelión

Sin duda que septiembre y octubre de 2003 son un quiebre en la historia de Bolivia, son una especie de significativo desplazamiento geológico en las ahora iniciales páginas de transformación radical del decurso popular y de multitudes en el país. Y no sólo por lo que representen fechas de movimientos de multitudes en calles y en caminos, que fue algo original en todo el sentido sociológico de la palabra, sino también por el surgimiento, modificación, replanteamiento de ideas que son partícipes a su manera de esos acontecimientos multitudinarios. Se percibe en el ambiente un acrecentamiento y agudización ya no sólo de la confrontación de gente en calles y caminos, de palos y piedras contra balas, sino también de la lucha de las letras y de las palabras. De las palabras y de las bocas que se esfuerzan por hacer creer que todavía existe larga y próspera vida para el neoliberalismo, contra las bocas y las palabras de quienes luchan por terminar con un modo de vida de práctica deshumanización.

En ese de facto campo de batalla verbal fue y es interesante oír hablar de "la Bolivia productiva" en labios de conocidos representantes del capital en la ciudad de Santa Cruz; idea contrapuesta a la "Bolivia del bloqueo", según las mismas fuentes. Tal vez en términos o sentidos sinónimos, y en labios de los mismos y de otros personeros del capital de la ciudad en mención, se escuchó hablar de "cruceñizar Bolivia". Pero, ¿qué representan estas palabras?, ¿qué intereses se encuentran detrás de estas ideas?, ¿ cómo es la "Bolivia productiva"?, ¿se puede "cruceñizar Bolivia"?

Para tratar de responder a esas interrogantes es preciso acudir a la presentación de algunos datos, en el presente caso acerca de la producción y de algunos factores que se relacionan con el proceso de producción en Santa Cruz. La información brindada aquí no es fruto de consultas a fuentes como el INE, o de otras parecidas, es razón de experiencia propia, información brindada por trabajadores mismos o por profesionales relacionados directamente con el trabajo en determinados rubros o empresas, salvo que se mencione expresamente otra fuente.

Uno de los ejemplos más claros y patéticos de la forma como se produce en el agro en Santa Cruz se encuentra en la producción de caña de azúcar. Por el norte de ésta ciudad se encuentran localizadas las tierras de cultivo de caña de uno de los ingenios más grandes del país. Imaginemos una gran extensión de tierra, aproximadamente con la forma de una cancha de fútbol, dividida por la mitad por un camino; una mitad pertenece a los propietarios del ingenio, la otra mitad a gran cantidad de productores pequeños (pequeño-campesinos). En la porción de propiedad del ingenio, se cosechan 12 toneladas de caña por hectárea, en cambio en la otra porción se cosechan 120 toneladas de caña por hectárea. Esta diferencia, inofensiva a primera vista, nos muestra más cosas de las que podríamos pensar, pues en primer lugar expresa la irracional manera de manejo de la tierra por parte de gente que defiende a la "Bolivia productiva", es decir, los propietarios del ingenio. Manifiesta, además, la extracción de plusvalor extraordinario de los grandes propietarios de tierra hacia los pequeños productores, porque a éstos últimos no les queda otra alternativa que vender su producción de caña a los propietarios del ingenio. Refleja, por otra parte, un envenenamiento de la tierra debido a que se utilizan unos dos litros de pesticidas por hectárea; si son, digamos, 500 hectáreas cultivadas, se tienen 1000 litros de veneno a la tierra; cantidad que los pequeños productores no utilizan en la mitad de esas sustancias nocivas. Muestra, por otra parte, un uso sobre-explotador de la fuerza de trabajo por parte de los dueños del ingenio, porque el jornal de los que trabajan para cultivar caña apenas llega a los Bs. 12 ó 16 en la mayoría de los casos.

Hablando de caña de azúcar, las condiciones laborales de los zafreros, es una de las más lamentables y miserables que se pueden encontrar en el país. Trabajar bajo un sol "que pela", sin botas ni guantes, ni ropa apropiada; comiendo todos los días lo mismo (el zafrero a menudo se desplaza desde sus lugares de origen con su esposa, quien se dedica al cuidado de los hijos y a la cocina -"¿cocina?"-); durmiendo a la intemperie o debajo de toldos o carpas; viendo sufrir a sus hijos menores por afecciones gastrointestinales; no encontrando en la paga por su trabajo la compensación por el sacrificado esfuerzo realizado. Es de remarcar que las condiciones de trabajo de este obrero del campo, son muy similares a las de cualquier otro campesino pequeño productor en Santa Cruz.

O podemos hablar de la producción en una prestigiosa fábrica de aceite, en la cual a casi todos los trabajadores se les recontrata cada tres meses desde hace más de 10 años atrás, evitándose, sabemos, el pago de todos los beneficios sociales y manteniendo los propietarios de la fábrica mañosamente un salario bajísimo entre los obreros. Ésta fábrica exporta sus productos, es "orgullo regional" y sus propietarios son respetables personajes del mundo "social" de la ciudad. Mientras sus esclavos, mejor dicho, sus trabajadores apenas tienen para mejorar sus condiciones de vida, viéndose obligados a ver trabajar también a sus esposas y, en muchos casos, también a sus hijos menores de edad.

Son propietarios de extensas tierras en las Tierras Bajas del Este, donde se dedican (o hacen trabajar la tierra a otros) al cultivo de soya, producción "estrella" de Santa Cruz. Pero, a propósito, mencionemos algo de la producción de soya, otro "orgullo" regional. Una tercera parte de los propietarios de las tierras cultivadas con soya son brasileros, otra tercera parte son empresarios del interior del país y el restante que queda está en manos de cruceños, menonitas, japoneses, pequeños campesinos cambas y collas productores pequeños. ¿No se preguntan cuál es el destino de los recursos habidos como consecuencia de la exportación de soya? Poco queda de ese orgullo regional en la propia región y poquísimo menos aún para quienes pusieron su esfuerzo y sacrificio, para los jornaleros, para los trabajadores.

Digamos ahora algo acerca de la extracción irracional de troncas de madera, una de las actividades más irracionales como lucrativas, llevadas a cabo por grandes empresas, algunas de propiedad de furibundos defensores de la "cruceñidad"; exterminadores de la selva a título (dudoso) de que en la región los árboles maderables son abundantes. (¡A ver cuándo el departamento de Santa Cruz se queda como una mesa de billar!).

Sigamos, refiramos ahora el acaparamiento improductivo de tierras, extensísimas tierras conseguidas bajo los procedimientos más "normales" que pueden haber: el despojo de tierras de originarios del oriente, impunemente llevado a cabo por grandes empresarios, comerciantes, terratenientes, políticos, militares; la adjudicación de tierras fiscales, a título gratuito se supone, a favor de los mismos últimos susodichos; la compra a precios simbólicos, es decir, pagando una miseria por hectárea, como producto de transacciones comerciales bien arregladas entre los interesados y buenos servidores del Estado. Hasta tal grado ha llegado la posesión individual de la tierra relacionada con los patrones de todos los tipos, que los más respetables terratenientes de Bolivia se encuentran en Santa Cruz, gozando de buena salud y de buen poder económico y político.

Pero, dirán, si en Santa Cruz las calles se ven llenas de autos de lujo y de "poderosos 4 x 4". Esto nos da pie para hablar algo de los estratos sociales medios, esos que constituyen una de las esencias más cotizadas del sustento material e ideológico de las aspiraciones conservadoras de los de más arriba. ¿Dónde nace la prosperidad de una parte de los estratos intermedios? (resaltamos: una parte). En las seguras influencias familiares para lograr acomodo en buenas fuentes de trabajo (buenas "pegas"); las élites cruceñas son una de las que mejor han sabido conservar y reproducir sus intereses sobre la base de la herencia directa e indirecta de las buenas pegas. En los "contactos" y servidumbres político - partidarias para conseguir "copar" espacios públicos ("pegas" en la administración estatal, departamental y municipal). En el impune tráfico de drogas. Pero también en el esfuerzo propio, de ser profesional, comerciante; de acceder a un crédito bancario o de cooperativa y de vivir peripecias para pagarlo. Trabajar más de 8 horas, o trabajar en dos fuentes de trabajo; y es que... hay que pagar el departamento, la casa o el auto... y vivir siempre endeudado, y hacer que la mujer también trabaje, y a los hijos que los críe la empleada.

¿Podemos ahora hablar del PIB per cápita? Dicen, los mentados personeros del capital en Santa Cruz, que ese PIB por cabeza (por persona) es el más alto de Bolivia. ¡ Caramba!. Pero se olvidan, o no quieren decir, que es el más desigualmente distribuido del país. O, mejor dicho, ese PIB per cápita no refleja la realidad tal como es. ¿Se pueden comparar los ingresos de un gran industrial con los de uno de sus obreros? Mientras unos cuantos pueden hacer regalos por valores de más de $us. 50.000, otros muchos ni saben lo que es comprar una torta de Bs. 50 para el cumpleaños de sus hijos. Es más, en el departamento de Santa Cruz y en los barrios marginados de su capital, existen pueblos enteros que son más pobres que los norte-potosinos que llegan a pedir limosna a la ciudad de Santa Cruz, entre los que podemos mencionar a miembros de las naciones originarias guaraní, chiquitana, ayorea y guaraya. Es más, las personas en edad de trabajar de éstas naciones, casi todas ellas, al menos una vez en sus vidas, fueron asalariados de los respetables señores de la tierra o de la industria, ya sea como jornaleros o ya como "empleadas domésticas", ya sea en el área rural o ya en las ciudades.

Peor aún, existen verdaderos esclavos en unos casos y siervos en otros, todos guaraníes, ubicados en la provincia Cordillera de Santa Cruz y Luis Calvo de Chuquisaca, quienes viven permanentemente debiendo al patrón y cuyos hijos heredan las deudas de sus padres, reproduciendo la condición sometida de sus progenitores, y de cuya situación casi nadie levanta la mano y la voz.

O, podemos mencionar la honorable actitud tributaria de los que propugnan la "Bolivia productiva". Pongamos por ejemplo a los propietarios de casas, mansiones y urbanizaciones que venden, alquilan o ceden en anticrético habitaciones, departamentos, casas, tiendas (ventas), etc; del total de esos propietarios, sólo el 2% aproximadamente tributan lo que deberían. Existen verdaderos empresarios del "alquiler", quienes no hacen prácticamente nada, sólo se dedican a cobrar o a hacer cobrar el alquiler con sus empleados para el propósito. Lo mismo puede decirse de quienes se dedican a vender "lotes" de terreno, o lotes con "casas", verdaderos defraudadores de impuestos y ejemplos de "cómo hacerse rico de la noche a la mañana".

En la "Bolivia productiva" existen miles y miles de asalariados que trabajan desde las 5, 6 ó 7 de la mañana hasta las 10 u 11 de la noche. Existen trabajadores que sólo trabajan para conseguir el alimento del día, sin saber si se tendrá para comer al día siguiente. Existen obreros en cuyas fuentes de trabajo no se dispone de lo mínimo indispensable para producir, como herramientas, ropa apropiada y menos seguridad industrial.

En esta "Bolivia productiva" existen cambas populares que no conocen más que algunos lugares de la ciudad y alguna población más que sea vecina, pero nada más; sencillamente porque todo lo poco que tienen lo dan para sí y para sus hijos. Aquí (en la "Bolivia productiva"), los patrones abusan como quieren, cuando quieren y con quien quieren, bien porque sus trabajadores son semianalfabetos, o porque han sido impedidos de desarrollar su solidaridad proletaria, o porque simplemente el poder de los poderosos todo lo puede. Un porcentaje reducido de obreros están sindicalizados, la patronal impide por la fuerza más abusiva y descarada la conformación de sindicatos en las fábricas.

¿Y las direcciones sindicales? En muchos de los casos, nos encontramos con la complicidad de las direcciones sindicales, pues han hecho, por ejemplo, su pública adhesión con la propuesta de la "Bolivia productiva"; caso clarísimo son los actuales dirigentes de la COD y Federación de Fabriles.

Bueno, finalmente digamos que en Santa Cruz las cosas están tan bien, que en estos momentos la ciudad capital, es uno de los lugares de donde emigran más personas hacia otros países; así de bien se está acá que la gente no quiere quedarse en el "terruño". Una gran parte de quienes emigran, no son precisamente de las clases desposeídas, sino que forman parte de estratos medios, y en muchos de los casos, de gente que pertenece a las élites políticas y patronales de la ciudad. Podemos decir que en unos casos unos se van porque no tienen más horizonte que marcharse, y en otros casos porque sus horizontes no son compartir con este lugar que se hace para ellos cada vez más intolerable, más indio y más pobre.

Ahora bien, ¿cuáles son los orígenes de la idea de la "Bolivia productiva"?. Tratemos de comprender primero que la genial idea nace para diferenciar, contraponiendo, la casi pública ausencia de movimientos reivindicativos de multitudes en Santa Cruz frente a las grandes movilizaciones de rebeldía especialmente en El Alto y La Paz. Se quiere hacer ver que aquí (Santa Cruz) "no pasa nada", en cambio en "occidente" sólo se dedican al bloqueo.

Otra de las fuentes de la idea de la "Bolivia productiva" es el terror de las personificaciones del capital ante la perspectiva revolucionaria que se viene nítidamente pintando en el occidente del país, de tal modo que se esfuerzan en mostrar un mundo que en realidad no existe tal como ellos lo dibujan y de presentar como destructores del país a los "bloqueadores".

Es, también, fruto de los movimientos políticos tácticos que preparan el terreno para la división, separación del país, esforzándose por colocar del lado suyo a la población de Santa Cruz y de todo el oriente de Bolivia (incluyendo ahora a Tarija). (Este problema de la influencia de las ideas de las clases dominantes de Santa Cruz sobre las masas populares y las multitudes, merece otro espacio de exposición; por ahora, acá nos quedamos).

Hablan de "cruceñizar Bolivia", dando a entender que el "modelo de desarrollo cruceño" (ya sabemos de qué se trata esto) debe ser extendido al resto del país. Después de lo que se acaba de mencionar, pobrecita de Bolivia si la cruceñizan. Aunque las condiciones en el resto del país no son tan diferentes como las descritas, sin embargo acá en Santa Cruz la situación de las clases laboriosas es mucho peor que en el resto de Bolivia.

La "Bolivia productiva" es una decidida postura política para tratar de conservar los intereses del capital en Santa Cruz. Palabras que encubren el deseo de preservar intereses particulares. En consecuencia ¿a nombre de quién están hablando?

Estas dos Bolivias, en sus ámbitos señoriales, si bien tienen diferencias, ostentan una semejanza común: la de servirse del trabajo ajeno para acumular sus riquezas.

Santa Cruz, Bolivia. 27 de febrero de 2004