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Latinoamérica

5 de febrero del 2004

Miles de seguidores de Chávez celebran el quinto aniversario de su llegada al poder


REUTERS, DPA Y AFP /La Jornada

Miles de seguidores del presidente venezolano, Hugo Chávez, celebraron este miércoles el duodécimo aniversario de la fallida rebelión militar que encabezó y sus cinco años de haber llegado al poder mediante elecciones democráticas, mientras que la oposición efectuó su propia marcha de condena contra el gobernante con vestimenta de luto.

Pese a una pertinaz llovizna, miles de chavistas recorrieron alrededor de ocho kilómetros por zonas populosas del suroeste de la capital hasta llegar al Hipódromo de la Rinconada, para hacer suya la rebelión militar del entonces teniente coronel, el 4 de febrero de 1992, al considerar que marca la fecha que detonaría el comienzo de la revolución bolivariana.

Los partidarios de Chávez vestían camisas y boinas rojas, símbolos de la revolución que el mandatario impulsa, y hacían sonar tambores mientras bailaban y ondeaban banderas al grito de "Chávez no se va" y "el 4 de febrero el pueblo decidió".

Activistas y políticos dijeron que así se demuestra que el referendo contra el presidente no pasará: "este respaldo popular muestra que los venezolanos apoyan a su presidente y a la revolución bolivariana. La fecha se conmemora porque es el despertar de la conciencia", dijo el diputado oficialista Nicolás Maduro.

En el acto de culminación, Chávez recordó el escueto mensaje de su rebelión contra el entonces presidente socialdemócrata Carlos Andrés Pérez, conocido como el "por ahora", cuando el coronel, tras caer preso, llamó a sus compañeros de armas a deponerlas, y dijo que ese "discurso" le salió de "las calles de Venezuela".

Calificó el 4 de febrero como fecha clave de la historia, "que tiene tanta fuerza que logra partir el muro de la historia en dos". Sostuvo que el movimiento que encabezó fue "la demolición del pasado y el parto de lo nuevo", hoy "más agigantado que nunca en la historia venezolana".

Apuntó que algunos se niegan a reconocer esto y su impacto, y negó los calificativos de "golpista" por los hechos de 1992 al afirmar que hubo un "rencuentro entre los militares patriotas y el pueblo", porque "los golpistas son otros, nosotros somos soldados revolucionarios, bolivarianos, que es distinto de ser golpista".

En relación con la marcha silenciosa y de luto que efectuó la oposición por el barrio exclusivo del este caraqueño, para "repudiar la violencia de ayer y la de ahora" y recordar a los caídos de entonces, Chávez dijo que "hacen bien en estar de luto", porque la oligarquía perdió el poder para dar paso a una nueva democracia.

"Que lloren, porque tienen razón; para ellos el 4 de febrero fue la muerte del pasado, del Pacto de Punto Fijo", sostuvo en alusión a un acuerdo político que en 1958 dio paso a la institucionalidad contemporánea en el país y que habría de dejar el dominio político del escenario repartido entre socialdemócratas y socialcristianos.

Chávez afirmó que los jóvenes militares se levantaron contra "la dictadura del FMI (Fondo Monetario Internacional)" y de la oligarquía venezolana, respondiendo a las ideas del libertador Simón Bolívar.

Pero, aseveró, el caracazo del 27 de febrero de 1989, que dejó cientos de muertos, "fue el detonador de la acción bolivariana" de su rebelión de 1992.

Movilización de paz y condena La oposición política se reunió en el este caraqueño, donde suele realizar sus protestas, y definió su movilización como de "paz" y de condena a quienes "festejan la muerte y el dolor".

El opositor Antonio Ledezma dijo que ellos, los antichavistas, buscaban una solución pacifica al conflicto político interno que los confronta.

La marcha opositora, de un kilómetro, también sirvió para presionar al Consejo Nacional Electoral, al considerar que no ha estado a la altura de las expectativas de los venezolanos y ha ido de "equivocación en equivocación".

Los opositores insistieron en que hay retraso en la revisión de las firmas para un referendo revocatorio del mandato presidencial de Chávez.

En Miami, mientras tanto, los ex militares venezolanos José Colina y Germán Varela, reclamados en extradición por la justicia de Venezuela por actos de terrorismo contra las embajadas de España y Colombia, formalizaron su petición de asilo político en Estados Unidos.

Por ahora los ex uniformados permanecen internados en un centro de detención local, en espera de una respuesta oficial de las autoridades estadunidenses sobre su demanda de permanecer en el país.