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Latinoamérica

ENTREVISTA

ROSARIO IBARRA DE PIEDRA, DIRIGENTE DEL COMITE EUREKA

La captura de Nazar, paso pequeño y tardío

MANIFIESTA SU DISPOSICION A DECLARAR EN EL JUICIO AL EX JEFE DE LA DFS

La activista toma con escepticismo las declaraciones de Macedo de la Concha, de que hay remotas posibilidades de que Jesús Piedra aún esté vivo: "eso siempre lo he dicho. Qué bueno que el procurador lo esté reconociendo"

BLANCHE PETRICH Y VICTOR BALLINAS

Si el juez cuarto de distrito en Monterrey, Guillermo Vázquez, a cargo del juicio contra el ex titular de la Dirección Federal de Seguridad Miguel Nazar Haro llama a declarar a Rosario Ibarra de Piedra, madre de Jesús Piedra, desaparecido en 1975, la dirigente del Comité Eureka está dispuesta a comparecer. ''Si es para ofrecer pruebas, para aportar elementos, ¡claro que lo haré!''.

Pero en las horas recientes, desde que se notificó del arresto del ex jefe de la policía política que dirigió varios operativos de arresto de guerrilleros que después desaparecieron, que condujo interrogatorios con tortura y que tuvo bajo su responsabilidad cárceles clandestinas, Rosario Ibarra no cesa de advertir: ''No se hagan demasiadas ilusiones, no esperen mucho de este pequeño paso, demasiado pequeño y demasiado tarde".

Al procurador general de la República, general Rafael Macedo, que ayer dijo que había "una posibilidad muy remota" de que Piedra Ibarra estuviera vivo, después de 29 años de su desaparición, doña Rosario le replica: "Eso siempre lo he dicho. Qué bueno que el procurador lo esté reconociendo".

A media tarde del jueves, en su pequeño departamento, recibe a La Jornada. Calcula que desde las cuatro de la madrugada hasta esa hora ha respondido a cerca de 20 entrevistas de periodistas de todo el mundo. La pregunta reiterada es si con el arresto de Nazar siente reivindicada su vida de lucha.

Fue el 30 de abril de 1975 cuando el diario regiomontano El Norte publicaba a ocho columnas y con una gran foto del joven de 21 años: "Cae Jesús Piedra Ibarra". Ayer los diarios del país titulaban: "Cae Nazar Haro".

-Treinta años, más de 500 desaparecidos y un solo detenido. ¿Va a haber más?

-No lo sabemos. Mucho de lo que ha hecho el gobierno foxista tiene que ver con medidas propagandísticas, con abrir una válvula de escape de una caldera que está en ebullición. Lo anuncian como un acto espectacular de justicia. Eso a la opinión pública le puede dar un tinte de esperanza. Por eso yo me desgañito advirtiendo que no se ilusionen, que no se hagan la idea de que eso va a suceder. En realidad todo esto está muy lejos de ser verdad.

En un rincón del recibidor el teléfono no cesa de repicar. Su amiga de décadas Celia Piedra, guerrerense que también lucha por la aparición de su esposo, el maestro Jacob Nájera, de la Costa Grande, atiende y posterga las llamadas. De Sinaloa, Chihuahua, Jalisco llaman las doñas, las que sobreviven. La noticia del arresto de Nazar ha removido su dolor.

-¿Qué papel jugó Nazar Haro en el caso de Jesús Ibarra?

-Dirigía desde el Distrito Federal la persecución en los estados, también en Nuevo León. Carlos G. Solana Macías, jefe de la policía estatal (y que también fue consignado por la Fiscalía Especial para Movimientos Políticos y Sociales del Pasado) se jactaba que sólo recibía órdenes de Mario Moya Palencia, secretario de Gobernación. Y Solana fue quien ordenó que secuestraran a mi esposo, un año antes de la captura de mi hijo, y que lo torturaran hasta fracturarle la columna vertebral. Fue Solana, con unos 16 elementos, algunos de la judicial estatal de Nuevo León y otros de la Dirección Federal de Seguridad, los que detuvieron a Jesús con lujo de violencia y lo tuvieron en la Séptima Zona Militar de Monterrey. Nazar era subdirector de la DFS en ese momento. Luego lo trajeron a la ciudad de México. Supimos que a Nazar le avisaron que agarraron a "PI" y que él los mandaba felicitar y avisó que al día siguiente estaría presente.

''He sabido también de que Nazar estaba personalmente en los interrogatorios a mi hijo y que Luis de la Barreda Moreno fue quien lo entregó en el Campo Militar I. De eso sí hay un parte escrito en el Archivo General de la Nación.''

-¿Cómo toparon con el nombre de Nazar Haro cuando buscaban a sus hijos, a sus familiares?

-Desde primeras denuncias, siempre se señaló a Nazar. Antes de que se formara nuestro comité, muchas de nosotras acudimos a entrevistarnos con él, porque se sabía que era uno de los principales jefes policiacos a cargo de los presos y de los interrogatorios. Así pudimos comprobar, a ciencia cierta, de las torturas que ejecutaba personalmente en la Dirección Federal de Seguridad. También supimos que él y sus agentes iban al Campo Militar a torturar a los detenidos-desaparecidos que ahí tenían. Sabemos que tenían un acceso especial por la puerta ocho, con una contraseña para que les abrieran. Tenemos muchos elementos probatorios.

''Tenemos testimonios de Fernando Pineda, de Guerrero, de Gustado Hirales, de muchos otros compañeros; Armando y Laura Gaytán Saldívar, Humberto Zazueta, Antonio Hernández... Y todos estos testimonios tienen un valor en el ámbito jurídico, en un juicio. Deben tenerlo.''

-¿Quién conoció de sus denuncias? ¿Qué pasó con ellas?

-Ya como comité, presentamos las primeras pruebas en la PGR con Oscar Flores Sánchez, que ya murió. Eso fue en 1977. Lástima que López Portillo no quiso entrar por la puerta grande de la historia, abriendo las puertas de las cárceles clandestinas, porque ahí estaban, en esos años ahí estaban todos. Volvimos a la procuraduría, en el régimen de Miguel de la Madrid, con el procurador Sergio García Ramírez (actualmente presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos). Y le siguieron Morales Lechuga, Alvarez del Castillo, todos, hasta el actual, Rafael Macedo. En estos hechos no ha habido casi ningún caso en el que no se cite a Nazar Haro.

-Desde que la fiscalía especial consignó a Nazar hasta que lo detuvieron pasaron más de dos meses, ¿cree que se pudo haber negociado algo antes?

-Pensamos que aquí hay algo turbio. No me parece casual que en primer término hayan tomado el caso de mi hijo, habiendo tantos. ¿Por qué lo hicieron? No me lo puedo imaginar. ¿Para callarme? Pues no me conocen, porque así apareciera mi hijo yo no voy a dejar de luchar por los demás.

-Si en este juicio que se inicia la llaman a declarar, ¿iría?

-Es de carácter obligatorio. Y si me llaman para ofrecer pruebas, para dar elementos, claro que lo haré. No lo he consultado con ningún abogado, no estoy segura, aunque no me hace ninguna gracia estar en presencia de ese señor.

-El procurador Macedo dijo que había una posibilidad muy remota de que su hijo no estuviera muerto.

-Pues aunque sea remota, yo sigo con la esperanza de esa posibilidad.

-¿Le toma la palabra?

-No precisamente. Yo lo dije antes, siempre lo he dicho. No estamos pidiendo cadáveres. Siempre hemos dicho: vivos los llevamos, vivos los queremos.

-¿Cree que lo dice porque tiene algún indicio?

-Ellos dicen muchas cosas sin fundamento. Distintos procuradores han dicho barbaridades: que los desaparecidos en realidad están indigentes o en hospitales siquiátricos, que emigraron. Lo dicen con tanta facilidad. Además, en algunos medios sacaron esos borregos periodísticos que dicen que Jesús Piedra vive en Chicago. Me dio mucha tristeza que lo firmara el hijo de Tere Jardí (se refiere a Julián Andrade, del diario Crónica).

-La reserva de prescripción de delitos de desaparición forzada que México agregó a la convención interamericana sobre esta materia, ¿puede frustrar el ejercicio de la justicia en el caso de Nazar?

-El juez de Monterrey puede lavarse las manos y decir que no lo puede juzgar por esta convención que establece que ningún militar puede ser juzgado por tribunales civiles y que ningún caso de esta naturaleza puede ser juzgado si es anterior a la ratificación, que fue en el 2001. Ojalá que no. Pero por eso es importante que se resuelva sobre el recurso de inconstitucionalidad que interpuso el jefe del Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, para anular esta convención.

-¿Qué sentido tiene que el Estado detenga a alguien acusado de desaparición de una persona, y que el mismo Estado promueva esta ley de prescripción por esos delitos?

-Por eso digo que es plan con maña. Eso es lo que me temo, que al final pase como el caso del dictador chileno Augusto Pinochet, que al final lo mandaron a su casita donde nadie lo va a molestar.

-¿Por qué piensa que a Nazar lo detienen un día después de la muerte del ex presidente José López Portillo?

-Todos nos estamos haciendo la misma pregunta. Quizá López Portillo era su padrino, quizá lo sostenía. No puedo hacer una afirmación contundente si hay una relación entre los dos hechos, pero de que todo mundo lo piensa en su fuero interno... pues sí.