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Latinoamérica

23 de febrero del 2004

El drama de Haití

Carlos Flanagan
Rebelión

En estos días asistimos a un nuevo capítulo de una vieja y trágica historia para el pueblo haitiano. Justamente en este año que se conmemoran los 200 años de la gesta independentista de Haití, la primera en América Latina, luego de la Revolución Norteamericana, cuando el 1º de enero los esclavos encabezados por Toussaint Louverture derrotaron a las tropas napoleónicas y declararon la independencia nacional, tomando las banderas de libertad, igualdad y fraternidad de la Revolución Francesa, nuevamente estalla la violencia; consecuencia de una prologada crisis política.

Para comprender los actuales sucesos debemos reseñar brevemente los antecedentes de los últimos años.

Recordemos que Haití padeció la dictadura de Maurice Duvallier a partir de 1957; el terrible "Papá Doc" de los Ton - Ton Macoutes hasta su muerte y la breve sucesión de su hijo "Baby Doc" que debió huir finalmente a Francia en 1986. Fueron casi 3 décadas de latrocinio, corrupción, terrorismo de Estado, persecuciones y torturas y pobreza y marginación social para el pueblo.

En esa época cobra notoriedad un joven sacerdote salesiano, Jean Bertrand Aristide por sus sistemáticas denuncias de la agobiante situación del pueblo haitiano y la necesidad de celebrar elecciones libres. En 1988 es expulsado de su orden por las autoridades eclesiásticas, acusado de "incitación a la violencia y la lucha de clases en el país". Junto a otros prestigiosos militantes democráticos como Gérard Pierre - Charles, fundan el Movimiento Lavalas (que significa avalancha en créole, el lenguaje haitiano), que obtiene una arrolladora victoria, llevándolo a la Presidencia; la que asume en 1990.

A los ocho meses de gobierno, en 1991 es derrocado por un golpe militar de los sectores duvallieristas, encabezado por el Gral. Raoul Cedras. Se exilió primero en Venezuela y luego en Washington. El ejército estadounidense lo repone en el gobierno en 1994 y EE.UU. le otorga un préstamo de 500 millones de dólares. A partir de ese momento desanda todo el camino y lleva adelante un gobierno netamente neoliberal, funcional a los organismos de crédito internacionales y al gobierno de los EE.UU.. En consecuencia los sectores progresistas que lo apoyaron pasan a ser oposición. Gérard Pierre - Charles funda la Organización del Pueblo en Lucha y con otros sectores forma la Plataforma Democrática. También se conformó el llamado Grupo de los 184 que agrupa a organizaciones gremiales de empresarios, trabajadores rurales, estudiantes y organizaciones cívicas y religiosas. En 1996 Aristide deja la Presidencia a su mano derecha René Preval.

En mayo de 2000 se realizan elecciones parlamentarias fraudulentas y vuelve a asumir la Presidencia por el período 2001 - 2006, en unas elecciones en los que no se presentó la oposición, gobernando en forma autocrática. La miseria sigue azotando al pueblo haitiano; diezmado por el sida, el tifus, la tuberculosis, con una tasa de mortalidad infantil del 74 por mil y un promedio miserable de ingresos de un dólar diario. Si bien disolvió el ejército en 1995, no lo hizo por un proclamado afán democratizador, sino para sacarse de encima a los viejos sectores duvallieristas que lo depusieron, y ahora encabeza un régimen corrupto basado en la represión de la policía.

Hoy la situación es bastante confusa. Se han producido levantamientos en la mayor parte de las ciudades del país, en donde se produjeron linchamientos y la policía abandonó sus puestos, retrocediendo hacia la capital, Puerto Príncipe. Comenzaron justamente en Gonaives una ciudad de 200.000 habitantes en la que se declaró la independencia en 1804.

Si bien la oposición de Plataforma Democrática y el Grupo de los 184 reclama la renuncia de Aristide, la instalación de un gobierno de conciliación nacional que lleve adelante un proceso de transición pacífica hasta el llamado a elecciones generales libres y confiables, los levantamientos armados son llevados adelante por grupos paramilitares que estaban al servicio del gobierno aplicando el terrorismo de Estado y ahora se sienten traicionados. Asimismo Bush y la Unión Europea de hecho han bloqueado económicamente al gobierno; seguramente con apetitos neocolonialistas y en el caso de EE.UU. parece claro el objetivo de ocupación directa o indirecta a los efectos de asegurarse una base geoestratégica desde la cual influir en toda la región y eventualmente utilizarla como rampa de hostigamiento a Cuba.

En medio de esta situación caótica y una vez más desgraciada para el sufrido pueblo de Haití, parece claro que es menester sumarse a la campaña internacional de denuncias contra el régimen imperante y apoyar a los militantes probadamente democráticos y progresistas como la Organización del Pueblo en Lucha de Gérard Pierre - Charles, cofundador del Foro de Sao Paulo y candidato al Premio Nóbel de la Paz, que pugnan por una salida auténticamente pacífica y democrática; alertando a su vez sobre los espurios objetivos de ciertos "apoyos" del imperialismo, al estilo de la fábula del tiburón y las sardinas de las que nos hablara J. J. Arévalo en ocasión de la intervención yanqui en el derrocamiento del gobierno de Jacobo Arbenz en Guatemala, en la década de los años 50.