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Latinoamérica

¿PARA QUE GUERRA SE ESTA ARMANDO CHILE?

Ernesto Carmona

ARGENPRESS.info

La noticia de un nuevo gasto de U$S 350 millones en 4 fragatas holandesas sacó de la clandestinidad la subrepticia 'carrera armamentista' que anima en Chile el gobierno de Ricardo Lagos, aunque la gran prensa, la derecha y la Armada exhiben moderada alegría porque se trata de naves usadas.

Otros sectores critican que los dineros públicos no mitiguen los grandes males de la sociedad, pero sus reparos no tienen cabida en los medios periodísticos convencionales, dominados todos por el mismo discurso ideológico neoconservador, en un país donde no existen alternativas equivalentes al monopolio de la opinión pública ejercido por los diarios nacionales y regionales, la televisión y la radio, excepto la cadena Bío Bío.
Dos submarinos contratados en 2003 costarán U$S 450 millones de dólares, que sumados a las fragatas totalizan U$S 800 millones, que servirían para construir 96.000 viviendas básicas para atender necesidades de 380.000 personas, aseguró el Dr. Edgardo Condeza Vaccaro, presidente del Movimiento por la Consulta y los Derechos Ciudadanos, una organización de la 'sociedad civil'.
El Ejército ya adquirió 200 tanques alemanes Leopard a Holanda y le tiene echado el ojo a otros 180. El Comandante en jefe, general Juan Emilio Cheyre, se propone comprar, de aquí al Bicentenario del 2010, helicópteros artillados antitanques, vehículos blindados de transporte de tropas y sistemas de tele control por otros U$S 1.000 millones.
A fines del pasado enero llegó otra fragata comprada usada a Gran Bretaña en U$S 50 millones. En estos días, un equipo de la Policía de Investigaciones (Pich) pesquisa en Europa coimas por U$S 15 millones vinculadas a 25 Mirages comprados usados en los años 90 en U$S 109 millones, luego que Bélgica los diera de baja. En 2002 se pactó la compra de 12 aviones F16-reconstruidos- en U$S 1.200 millones, operación criticada como el precio del 'fast track' del ansiado TLC con EE.UU. Las críticas indican que se compran desechos pero no a los precios reales del material de segunda mano.
La armada recibirá este año 2004 el primero de dos submarinos Scorpene nuevos encargados al consorcio Franco-Hispano DCN-IZAR. También es posible la compra de otras dos fragatas usadas adicionales a la Marina Real británica. Simultáneamente, un llamado 'Plan Fragata' prevé adquirir otras tres unidades nuevas, dos de ellas a construirse en Chile por la empresa Asmar, con licencia y tecnología del proveedor que resulte elegido en una licitación todavía en curso.
Críticas sensatas
Chile invierte sólo U$S 500 millones anuales en tecnología e investigación. Con el valor de los F16 se podría pagar más de un año de salario mínimo a los desempleados, estimulando así al alicaído comercio interno que todavía se queja de niveles de ventas poco satisfactorios. Cada tanque Leopard costaría lo mismo que el presupuesto anual de la División de Cultura del Ministerio de Educación, aseguró el Dr. Condeza.
Las críticas más progresistas a las compras militares invocan el desempleo, pobreza, salud, educación, delincuencia, vivienda, situación de los jubilados y otros males sociales, aduciendo que los aviones, fragatas y submarinos no sirven para atacar a esos graves problemas y hacerles la guerra de frente.
La organización del médico Condeza puso énfasis en que el destino final del gasto militar es la muerte de otros seres humanos. Chile aprobó con Argentina un proceso de homologación militar 'transparente', que también comenzó con Perú. El Ejército, por otra parte, se comprometió a eliminar todas las minas antipersonales sembradas por miles en la frontera con ese país. Sin embargo, pareciera existir gente tras una guerra.
Secretos imposibles
Todas las transacciones se fraguaron con el mayor sigilo, como es habitual en el negocio de las armas. Aunque los ciudadanos tienen derecho -teóricamente- a conocer a fondo cómo se gasta su dinero, el 'secreto militar' pretende encerrar las operaciones en una caja negra. Pero el hermetismo de estos gastos públicos sólo afecta a la opinión pública local, porque el mercado mundial de armas sabe al dedillo quién vende, quién compra y a qué precio.
Chile es el país de América Latina que más gasta en armamentos en relación a su tamaño, población y Producto Interno Bruto. El último informe anual del privado Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres, IISS por su sigla en inglés, lo identificó como el país de América del Sur que gasta más dólares por habitante en armas (160) y que destina mayor porcentaje de su Producto Geográfico Bruto a estas compras --4,1%, contra 1,6% de Bolivia, 1,4% de Argentina, 1,6% de Perú y 3,7% de Colombia, el único país que libra una guerra interna de prácticamente medio siglo.
'El presupuesto de Defensa aumentó de 1.100 millones de dólares en 2002 a 1.200 millones de dólares en 2003', aseguró el informe 'The Military Balance 2003-4' (Balance Militar) que cualquier investigador puede consultar on line en
www.iiss.org, pagando una suscripción. 'Pero considerando los aportes extra presupuestarios, incluidos 233 millones de dólares provenientes de la ley del cobre, la cifra se acerca a 2.800 millones de dólares', indicó.
El IISS tiene más información que muchos chilenos sobre su país. Saben, por ejemplo, que el 10% de todas las ventas brutas de cobre -no de las utilidades, sino de la venta global- que efectúa la minera estatal Codelco va directo a las arcas militares, como si fuera un impuesto, según una 'ley' de la dictadura no modificada por la 'democracia'. Si el precio mundial del cobre no cubre 'el piso mínimo' de 233 millones de dólares, la diferencia presupuestaria debe cubrirla el Estado, o sea, el bolsillo de todos los chilenos. El reporte público sobre las capacidades militares y económicas de defensa de 169 países se elabora con una metodología establecida universalmente por la OTAN, el pacto militar del Atlántico Norte.
David y Goliath
¿Contra quién está armándose Chile? Si está convirtiéndose en el Israel de esta parte del mundo, la pregunta es por Palestina? El 'enemigo' no debería ser Bolivia porque entre ambos países hay tantas asimetrías como entre un adulto sobrealimentado enfrentando a un niño desnutrido.
Chile tiene casi 16 millones de habitantes, Bolivia 8,5 millones; en 2002 gastó o comprometió U$S 2.557 millones en armas contra U$S 119 millones del país mediterráneo y su Producto Interno Bruto (PIB) es 8 veces mayor que el del país del altiplano. Sus efectivos de 77.300 hombres duplican holgadamente la fuerza boliviana de 31.500 hombres, pero dos tercios -unos 55.000 individuos- son profesionales rentados, con la experiencia de años de preparación en su oficio de matar gente, en tanto en Bolivia es al revés, las dos terceras partes -20.000 soldados- son reclutas inexpertos del servicio militar de un año.
Una agresión a Bolivia concitaría el repudio universal. Su reclamación territorial marítima no es militar, sino económica, política y tan simbólica como el Peñón de Gibraltar. Si su aspiración últimamente se ha internacionalizado en los foros mundiales es porque Chile la evade 'bilateralmente' por más o menos un siglo. Y ésa actitud de no hacerle caso explica el apoyo creciente que La Paz concita en el mundo.
Una legión de diputados y senadores chilenos de todo el espectro político chileno recorre en estos días Europa -también con dinero de los contribuyentes- en un esfuerzo por contrarrestar la creciente simpatía por Bolivia. Esta 'operación de propaganda directa' recuerda a los emisarios de la dictadura que vagaban por el mundo civilizado de los años 70 para 'explicar la verdad de lo ocurrido en el Chile de Salvador Allende' y cómo el golpe de 1973 fue 'una acción salvadora a favor de occidente'
¿Por qué tanto 'secreto'?
El analista chileno Raúl Sohr se pregunta en el diario La Nación, de propiedad del gobierno, ¿por qué 'en los dos Libros de la Defensa publicados por el gobierno, a diferencia de los textos europeos, se omite toda referencia a los sistemas de armamento'? La ciudadanía tiene derecho a conocer los fondos involucrados y el propósito de tantos preparativos bélicos.
El 'secreto', sin embargo, poco tiene que ver con la 'seguridad nacional' y resulta poco creíble, como muchos temas castrenses, simplemente porque los fabricantes difunden a los 4 vientos sus éxitos comerciales, sin escatimar detalles para interesar a eventuales nuevos compradores. Y quienes pierden estos negocios se dan el trabajo de investigar y dar a conocer sus irregularidades para ganarse a futuro a esos clientes. Los 'secretos' gubernamentales sólo manipulan a la opinión pública local que en cada país de América Latina tiene derecho a saber cómo se gastan sus impuestos. 'La autoridad debería explicar por qué el país requiere cuatrocientos tanques pesados o una docena de F-16', escribió el chileno Sohr.
Nada con 'la libertad de prensa'
Chile tiene abierta una licitación para otras 3 fragatas nuevas, el llamado Plan Fragata, que incluye la fabricación local de 2 navíos, pero la Armada impuso a los 11 astilleros participantes la cláusula de abstenerse de hablar con la prensa. ¿Por qué y para qué? Según el mando naval, es para impedir presiones de los competidores.
El gobierno se declara partidario inclaudicable de ...'la libertad de prensa', en particular 'en la transparencia en materias de interés público', aunque ciertos temas suelen tratarse en 'sesiones secretas' del Congreso que los ciudadanos electores no tienen derecho a conocer. La pretendida competencia libérrima del libre mercado neoconservador proclama la transparencia como una virtud esencial. Pero... 'en el área de la Defensa suele confundirse el necesario secreto operacional con el ocultamiento de antecedentes comerciales que merecen atención pública', aseguró Sohr, sobre todo 'en un rubro que es notorio, en todas las latitudes, por el pago de coimas y niveles significativos de corrupción'.
Chile es un país hartado de coimas en obras públicas, compras militares y otros gastos del Estado. Las últimas guerras que involucraron a sus fuerzas armadas ocurrieron hace más de un siglo y fueron libradas... contra sus propios conciudadanos, la contienda civil de 1891, donde la Armada derrocó al presidente José Manuel Balmaceda -quien fue defendido por el Ejército-, y la 'Pacificación de la Araucanía' (1883), nombre oficial del sometimiento definitivo de la etnia mapuche que no pudo lograr la corona española, más allá de que la dictadura militar de 1973-1990 pretendió que también hubo una 'guerra' -en la que no respetó la vida de los prisioneros. Y excepto el breve episodio bélico Perú-Ecuador de 1995 y la llamada 'Guerra del Fútbol' de El Salvador-Honduras en 1969, la región vive más de medio siglo de paz. El continente hoy necesita mucho más paz para enfrentar una guerra contra la pobreza y construir el bienestar de sus pueblos, no sólo de sus grandes grupos económicos.

* Ernesto Carmona es periodista chileno, también es consejero nacional del Colegio de Periodistas de Chile y secretario ejecutivo de la Comisión Investigadora de Atentados a Periodistas (CIAP) de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP).