Latinoamérica
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Colonización mental a través de las universidades
José Del Grosso
Rebelión
En cierta ocasión la ULA rindió homenaje a Don Luis Zambrano, autodidacta y
genio merideño, haciendo una exposición de sus asombrosos inventos de ingeniera.
Durante la inauguración de la exposición el rector del momento le dijo a Don
Luis: "¿Se imagina usted dónde estaría si hubiera estudiado en la universidad?".
Don Luis se quedó pensativo y luego mirando al rector le respondió: "Estaría en
una exposición mirando la obra de un campesino autodidacta".
En apariencia las universidades venezolanas, como la mayoría de las
universidades del mundo, son centros de aprendizaje en los cuales se divulga y
se adquiere un conocimiento universal (no único ni globalizador) del pensamiento
en medio de un clima en el cual predomina el libre pensamiento.
Pero las apariencias son las apariencias y los hechos son los hechos. Si
revisamos la historia de las universidades, esta nos señala que son centros de
adoctrinamiento, que la realidad que se enseña en ellas es distinta a la
realidad de las calles y que sirven a propósitos económicos y políticos y no al
desarrollo conocimientos que beneficien a la Humanidad.
Este adoctrinamiento ha sido tan sutil, que quienes de buena fe han estado
trabajando en la creencia de que contribuyen al desarrollo del conocimiento y a
su enseñanza, están convencidos de que las ideas que divulgan las han hecho
suyas por propia voluntad. Pero no es así.
La ciencia
Si echamos una mirada a la Historia de la Ciencia, podremos apreciar que el
desarrollo y el estímulo al desarrollo del conocimiento siempre ha estado
vinculado a intereses económicos, políticos y religiosos.
En ninguna cultura y en ningún momento de la historia se ha permitido la
aceptación y divulgación de aquellos conocimientos, por verdaderos que fueran,
que fuesen contrarios a dichos intereses. Como en la actualidad, quienes se
atrevieran a presentar visiones del mundo distintas a la versión oficial de la
realidad eran objeto de burla, exclusión y/o persecución.
El sometimiento a la verdad doctrinal ha sido siempre obligatorio en los
círculos de quienes dicen tener el conocimiento. Si se quiere pertenecer a él,
hay que inclinar la cabeza. Si los estudiantes quieren graduarse deben inclinar
la cabeza.
Decía Max Planck en su "Autobiografía científica" que, "…una nueva verdad
científica no triunfa convenciendo a sus adversarios y logrando que vean la
realidad, sino cuando estos finalmente mueren y le sustituye una nueva
generación que ha crecido familiarizada con ella".
Si se desea investigar sólo hay recursos y se proporciona el permiso para
hacerlo a quienes trabajen dentro del marco de la verdad oficial. Hacerlo por
cuenta propia es imposible, pues los costos de las investigaciones con
frecuencia son tales que los profesionales no se pueden dar el lujo de
costearlas.
Para quien no se ha dedicado a estudiar con detenimiento y profundidad el
surgimiento y desarrollo de la ciencia moderna, esta proporciona verdades
innegables, pues no repara en el hecho de que su metodología tiende a ser auto-validadora,
pues la realidad es lo suficientemente compleja como para validar las teorías al
seleccionar los datos de manera específica. Pero no sólo es auto-validadora,
sino que también es impositiva. Cuando oímos hablar de los resultados de las
investigaciones, la mayoría de los investigadores suelen decir en su argot, que
han comprobado científicamente X, X, X…, que se ha determinado que las cosas son
así… Quien diga lo contrario, es un ignorante.
Para colmo de males, las verdades científicas han sido elevadas a la categoría
de verdades bíblicas, pero como estas, muchas de ellas resultan ser falsas,
basta leer una obra como la de Alexander Kohn, "Falsi profeti: inganni ed errori
nella scienza" (Falsos profetas: engaños y errores en la ciencia) para que
comencemos a cuestionar seriamente, todo cuanto hemos aprendido y hemos venido
enseñando en las aulas universitarias.
El positivismo en Venezuela
Unida a la colonización mental subyace una ideología. En Venezuela esa ideología
es la del positivismo, la cual, a su vez, está alineada a los intereses
imperialistas de USA.
El positivismo llegó a Venezuela en época tan temprana como los años de la
Independencia. Sin embargo, en sentido estricto, según Arturo Sosa, este se
difunde en el país en tres etapas. La primera cuando Adolfo Ernst es nombrado
titular de la cátedra de Ciencias Naturales de UCV y desde allí difunde las
ideas darvinistas. La segunda, es su expansión a todo el quehacer humano
–historia, ciencias naturales, sociología, arte...- durante el período Liberal
Amarillo. Y la tercera, en la que el positivismo se impuso como paradigma de
pensamiento generalmente aceptado en todo el país, lo cual ocurrió
aproximadamente entre finales del 1800 y 1930 (Carmen Anaya, Carolina Díaz,
Yenny Gourmets y Maria Angela Petrizzo: "La corriente positivista en el
pensamiento político venezolano").
Sin embargo, yo diría que la ideología positivista ha predominado en la vida
académica y científica venezolana hasta nuestros días, ello a pesar de que
surgen hacia inicios del 1900 el paradigma Relativista con Einstein; el
paradigma Cuántico/Relativista en la década de los 20; la Teoría del Caos en la
década de los 60 y el paradigma Holográfico hacia los 70. Para comprobar lo que
digo, basta con observar que la inmensa mayoría de las tesis de grado e
investigaciones científicas de este país son del corte del paradigma
cartesiano-newtoniano.
Como explican en su artículo las autoras antes mencionadas, en el positivismo,
que es una manera más de mirar el mundo, se concentraron todas las ilusiones de
transformación social. Este apareció en la vida venezolana como un movimiento de
liberación política, económica, cultural y científica, mientras en la realidad a
través de este se conservaron y se conservan muchos de los males sociales de la
colonia y la independencia venezolanas. Más aún, sirvió durante casi dos siglos
para justificar los desmanes de grandes dictaduras y dudosas democracias.
Procedencia del conocimiento usado en las universidades venezolanas
Lamentablemente, los conocimientos de los que se nutren las mentes de profesores
y estudiantes universitarios venezolanos (y latinoamericanos) proceden casi
exclusivamente de textos made in USA. Lo poco que escriben los criollos con una
mente libre y pensamiento propio, son tenidos a menos y no pocas veces han sido
objeto de burlas por los fieles seguidores de la ideología y mentalidad
estadounidense tenida como palabra de Dios, lo más avanzado….
De modo que la producción nacional original se mantiene guardada en los
depósitos de las editoriales universitarias. Las únicas publicaciones que tienen
una salida apenas visible es la enmarcada dentro de los parámetros de los
conocimientos gringos.
¿Dónde está la universalidad de lo que se enseña en las universidades? ¿Adónde
quedan las ideas de los venezolanos? ¿Adónde las visiones del mundo de la Vieja
Europa, como afirman despectivamente los gringos? ¿Adónde la ignorada visión de
los asiáticos, africanos, latinoamericanos y la gente de Oceanía? ¿No existen?
¿No piensan? ¿Por qué sus voces no llegan a nosotros? ¿Por qué no nos podemos
enriquecer en y con la visión de nuestros hermanos de otros países? ¿Por qué
permitimos que nos sometan a una sola visión del mundo?
El problema de los conocimientos derivados casi exclusivamente de USA no radica
sólo en que de ese modo tenemos una visión única del mundo y criterios tipo
gríngola que filtran como dioses lo que es o no es conocimiento, sino que
además, nos imponen una forma de pensar y una ideología y una forma de ser y
actuar en el mundo.
Si reflexiona acerca de los textos que durante tanto tiempo ha estado
estudiando, puede llegar por usted mismo a la conclusión de que en ellos no
existe ejercicio de pensamiento alguno, crítica alguna ni desde el reducido
criterio de la ciencia ni desde el marco amplio de la epistemología.
Simplemente, de manera implícita, se afirman cosas como verdades y basta.
Nunca se habla de ni se cuestionan los parámetros sobre los que se elaboran los
conocimientos. Siempre se habla de conocimientos islas, descontextualizados,
super-especializados, en una jerga para los pocos que entienden la misma.
Siempre se habla del saber como una cuestión de acumulación lineal y progresiva
de ideas.
Los textos están llenos de afirmaciones elaboradas en forma de verdades, que
aunque supuestamente son verdades temporales para aparentar ser conocimientos
científicos, son afirmaciones asimiladas y divulgadas como absolutas.
Detrás de los textos provenientes de USA
Antes de ingresar a la universidad y durante nuestra estadía en ellas, se nos
venden las inigualables y superiores características de la ciencia como las
pautas de comportamiento que todo científico debe aceptar y seguir si desea
desarrollar ideas que no sean opiniones (¿Si desea ser aceptado en la comunidad
científica?); lo cual es un paralizante del pensamiento, es decir, de la
posibilidad de desarrollar un pensamiento autónomo.
La ciencia aplica el método científico como modo de obtener un
conocimiento que normalmente es presentado como incuestionable. Si bien es
verdad que a veces se revisa si quien escribió aplicó bien o no el método
científico, el método científico no es cuestionado, sino que se usa ciegamente a
pesar de lo inadecuado que pueda ser, algo que ocurre, sobre todo, en el ámbito
de la conducta del hombre.
La ciencia es objetiva e independiente de toda influencia política,
económica, religiosa o militar, de modo que bajo esta afirmación el mensaje
es: "no se preocupe, puede aceptar con los ojos vendados cuanto decimos porque
lo expresado es imparcial y acorde con la verdad".
Sin embargo, ya hace muchas décadas, Von Foster estableció que es imposible
eludir la auto-referencialidad. No puedo, y lo hago en este momento, ni nadie
puede, dejar de hacer referencia a sus conocimientos y creencias personales, las
cuales, directa o indirectamente, reflejan una posición religiosa, política…,
una visión particular del cosmos.
Las anteriores y otras características atribuidas a la ciencia junto con gran
despliegue de propaganda proporcionan un terreno fértil para que aquellos
conocimientos que provengan de ciertas universidades sean considerados como
conocimientos verdaderos, indiscutibles y de avanzada ante los cuales nos
debemos inclinar.
Existe la premisa ¿irrefutable? De que en Harvad, Yale, IMT, la universidad de
Chicago, New York o Bostón… se concentran los genios. Allí sólo se gradúan los
genios y los genios son los que producen los conocimientos más relevantes y, por
ende, los únicos en dar la pauta.
Pero lo cierto es que universidades como Yale o Harvard son universidades
exclusivas a las que asisten mayormente los hijos de quienes conforman la elite
financiera de USA y de quienes se espera que integren y formen parte del círculo
de poder. En ellas no necesariamente ingresan individuos dotados y estudiosos,
como es el caso de George Bush.
La elite económica sabe que la mejor manera de controlar y manipular a la gente
no es a través de la fuerza, sino a través de la colonización del pensamiento.
De allí, que hayan hecho énfasis en controlar el sistema universitario.
Estas universidades son financiadas y mantenidas por grandes consorcios. Las
directivas de dichas universidades usualmente están conformadas por miembros de
las petroleras y los bancos vinculados a la elite y como para no dejar cabos
sueltos, la mayoría se halla infiltrada por la CIA en todos los ámbitos del
saber. Infiltración de la cual no escapan las universidades latinoamericanas
(Walter Graciano, "Hitler ganó la guerra").
De los alumnos extranjeros que asisten a las universidades estadounidenses se
espera que reproduzcan, mantengan y defiendan los conocimientos científicos
¿progresistas y de avanzada? de producción made in USA.
De allí, que por la misma confianza ciega depositada en los conocimientos
derivados del Norte, nos veamos reproduciendo por décadas las teorías
conductistas y neoconductistas en el ámbito de la psicología y la educación,
siendo que los padres de estas escuelas: Watson y Skinner, respectivamente,
trabajaban para la CIA.
La manipulación del conocimiento es tal, nos dice Walter Graciano en su obra
mencionada, que la Universidad de Chicago se ha encargado de mantener oculta la
obra de John Forbes Nash vinculada a la economía, la cual pone en evidencia la
falsedad de la teoría de Adam Smith (padre del capitalismo), y que
inevitablemente daría lugar al derrumbamiento del capitalismo y el
neoliberalismo.
El comportamiento de los profesores universitarios venezolanos
Primero que nada hay que distinguir entre politiqueros, cuotas de poder
partidario político y quienes somos profesores. El primer grupo lo integra
alrededor del 70% de los universitarios, mientras que el segundo grupo lo
conforma alrededor del 30%.
Tras la caída de Pérez Jiménez, los politiqueros echaron por tierra la academia
y se repartieron la universidad entre la ultraderecha y una izquierda muy
sospechosa, pues, entre otras cosas, el saber era cosa de burgueses: "10 es nota
y lo demás es lujo…".
La politización de la universidad, consciente o inconscientemente, conllevó a
que los cargos directivos no fueran asumidos por personas académicamente
idóneas, sino por acuerdos partidistas y el apoyo proporcionado por estos, de
modo que los ¿academicistas? Se vieron obligados, por ser minoría, a aceptar la
imposición partidista.
Al ocurrir otro tanto en el sector estudiantil, a través de la politización de
los centros de estudiantes, a sabiendas o no, se impidió toda posibilidad de
organización diferente y se apoyó una organización universitaria fragmentada tal
que: lo que se enseña en la universidad está divorciado de la realidad social;
desaparecieron los vínculos que daban un sentido de pertenencia a estas
instituciones; que daba sentido al objeto de ser de las mismas; borraron la
universalidad del conocimiento universitario y el pensamiento libre y autónomo…
Transformándose la universidad en un recinto de parásitos con intereses egoístas
y particulares: "Los profesores dejaron de trabajar para aprender y enseñar y se
convirtieron en asalariados reproductores de textos gringos que debían depositar
información en los alumnos. Los alumnos dejaron de ir a la universidad para
aprender y se convirtieron en buscadores de diplomas que les permitieran acceder
a trabajos que "los sacarían de abajo".
Murió el espíritu académico, murió el espíritu universitario
Los politiqueros, además, de imponer el positivismo, junto con los pocos que
pueden ser llamados profesores, se dejaron arrastrar por la ideología dominante
subyacente en las décadas de los 60, 70, 80 y principios del 90.
Todo conocimiento estaba impregnado y sigue impregnado, directa o indirectamente
o de ideas marxistas o de ideas capitalistas y/o de ideas psiconalíticas o de
ideas conductistas, neoconductistas y/o piagetianas o neopiagetianas. De cuya
esencia deriva el que todo conocimiento tenía y tenga como punto de partida la
economía y/o las ideas del principio del placer y el desarrollo de la
inteligencia. ¿Es que el hombre se dedica sólo a producir, es frívolo y es sólo
razón?
Unido a este eje de ideología economicista y psicologista del saber, el
conocimiento adquirido y el conocimiento divulgado, se convirtieron en la
repetición de textos extranjeros, traducidos al español 10-20 años después,
incluso cuando en ocasiones esos conocimientos hubiesen sido desechados. Textos
predominantemente provenientes de USA.
La colonización mental de politiqueros, profesores y estudiantes se vio
facilitada porque, además, no es que uno sencillamente trabaja en la universidad
o uno estudia en la universidad, sino que se debe aprender a sobrevivir en ella.
Y se debe aprender a sobrevivir en un contexto en el que:
· Predomina el individualismo y cada cual anda por su lado.
· Poco dura o progresa en la universidad quien carece de filiación política,
quien no es protegido por los de arriba, o por alguna mafia, lo que no significa
intereses y objetivos comunes en la adquisición y producción de conocimientos.
· Está prohibido pensar.
· Si uno quiere mantener un mínimo de pertenencia ha de estar en la cresta de la
ola de las teorías predominantes en el recinto, lo que no significa teorías
actualizadas.
· La sumisión lleva a esperar que los que tienen el poder hagan algo por
nosotros, en lugar de ser nosotros quienes hagamos algo.
La mayoría de los profesores y quienes se suelen creer intelectuales, de buena
fe, se engañan a sí mismos y se han convertido en repetidores de ideas, que más
o menos son dominadas y adaptadas a nuestra idiosincrasia, pero que no son
cuestionadas, porque la inmensa mayoría de los profesores no ha considerado el
dedicarse a estudiar filosofía e historia de la filosofía, filosofía e historia
de la ciencia, epistemología, la historia de su profesión… de manera que
desconocen sobre qué bases se sustenta lo que aprendió y se muestran incapaces
de cuestionar la ciencia y las teorías que comparten porque carecen de criterios
sólidos para ello.
Para más, el profesor universitario se comporta como el niño bueno, el buen
estudiante. El niño bueno, el buen estudiante, repite, no piensa, no cuestiona,
no innova, siente miedo de ser excluido del círculo de los que ¿saben?, de los
doctores achinchorrados y caducos; siente miedo de lo nuevo y lo nuevo dentro de
las universidades lleva casi 100 años de atraso, pues continúan con la visión
del paradigma cartesiano-newtoniano o de los arreglitos que se le han hecho a la
ciencia para decir que estudian e investigan sobre las bases de una ciencia
actualizada; ello, a pesar de que el paradigma cuántico/relativista nació hace
casi 100 años, de que hoy día se habla de paradigma holográfico o se habla de la
teoría del caos.
Los más valientes y aventurados, precisamente por la ignorancia de la
epistemología, la filosofía de la ciencia… cuando tratan de pensar en términos
de los nuevos paradigmas y teorías como las del caos, no dan un paso adelante,
porque adaptan y reducen los principios epistemológicos de los nuevos paradigmas
al viejo paradigma cartesiano-newtoniano, de modo, que lo viejo es visto como
nuevo, gracias al barniz del empleo del nuevo lenguaje.
Para terminar con lo que es apenas una breve idea de cómo los universitarios
(profesores y estudiantes) hemos sido mentalmente colonizados, pensemos a manera
de evaluación: ¿de qué ha servido copiar y reproducir los conocimientos
procedentes del norte? ¿Han servido a los economistas para erradicar o para
aumentar la pobreza? ¿Han servido para generar medicinas a bajo precio? ¿Han
servido para producir mejores y más sanos alimentos? ¿Nos ha permitido
desarrollar una tecnología autónoma, barata y que nos permita ser
independientes? ¿Hemos planificado mejores ciudades? ¿Ha servido para mejorar la
salud física y psicológica de la población? ¿Ha servido para que nuestro sistema
educativo enseñe a pensar?...