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Latinoamérica

No a la extradición a EE.UU. del revolucionario Simon Trinidad

Javier Arjona
(internacionalista)

Tuvimos ocasión de conocer a Simón Trinidad (dos de los nombres de Bolivar) en dos ocasiones, en el Caguán, porque era uno de los negociadores de la guerrilla, y tal vez el hombre que más se entrevistó con ministros, diplomáticos extranjeros, iglesias y organizaciones de todo el mundo, y uno de los más requeridos por la prensa.
Supimos de su profundo respeto a las deliberaciones que durante tres años se celebraban en cinco municipios colombianos, buscando caminos de paz a una guerra de cuarenta años.
Nos sorprendió el trato fraterno y el respeto mútuo de los jóvenes, mujeres y hombres, que le acompañaban, como jefe y comandante guerrillero.
Y la sorpresa continuó con la operación conjunta de Ecuador y Colombia, en una navidad, para detenerle, y echar fango gratutito sobre su trayectoria humana, las mismas personas que antes se habían peleado por estrechar su mano.
En Colombia hay una guerra, más atroz de lo que se conoce, donde las principales víctimas no tienen uniforme, y son sindicalistas, indígenas, campesinos asesinados por paramilitares bajo la cobertura del gobierno. Y también algunas decenas de figuras políticas, empresariales y adinerados que están en manos de la guerrilla, lo que sería fuente de un Intercambio Humanitario que la sociedad colombiana, incluidos varios ex-presidentes están clamando a gritos, como un gesto y un inicio de otros diálogos para la paz.
El gesto del gobierno es el contrario: romper cualquier posibilidad de paz, negarse sistematicamente al Intercambio Humanitario, y ahora pretender dejarlo zanjado vendiendo a Simón Trinidad a los yanquis en un gesto que viola la Soberanía de Colombia por todos lados.
En un acto más de sumisión del Estado colombiano al imperialismo estadounidense, la Corte Suprema de Justicia de este país andino le dio el visto bueno a la extradición de Simón Trinidad a los Estados Unidos. Ahora la decisión sólo queda en manos del presidente fascista Álvaro Uribe Vélez.
La extradición de Simón TRinidad a los inmorales y bárbaros Estados Unidos no solo constituiría una violación más a la soberanía colombiana sino que cierra las puertas del dialogo y estimula la guerra en este país.