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Latinoamérica

El desafío de Tabaré

José Steinsleger

Dicen los cristianos que los caminos del Señor "son inescrutables"... ¿qué decir entonces de los que han empezado a recorrer los pueblos latinoamericanos? En México, Zapata retornó para quedarse; en Colombia y Venezuela, Bolívar dicta cátedras de liberación y, en el Río de la Plata, el pueblo uruguayo acaba de votar a favor del legado ético y político de José Artigas.
En épocas de corrupción institucional con fachada democrática, atracos de la iniciativa privada al sector público, subasta de las riquezas y el patrimonio nacional, alienación cultural y esclavización laboral, tres momentos del pensamiento artiguista guardan vigencia plena:

"Nada podemos esperar si no es de nosotros mismos."
"Yo no soy vendible, ni quiero más premio por mi empeño
que ver libre mi nación."
"Los pueblos de la América del Sur están íntimamente unidos
por vínculos de naturaleza e intereses recíprocos."

La victoria de la coalición centroizquierdista uruguaya se veía venir desde 1971, cuando la constitución del Frente Amplio logró superar 5 por ciento del techo histórico de la izquierda tradicional, y obtuvo 18 por ciento de los votos en los comicios presidenciales de aquel año.
La dictadura militar interrumpió aquel proceso de crecimiento de la conciencia nacional uruguaya. Sin embargo, 11 años de persecución, tortura, asesinatos, prisión y exilio de sus dirigentes (1973-84), más 20 de expoliación neoliberal, no consiguieron retrotraer el país a la Suiza de América que la guerrilla tupamara desenmascaró a finales del decenio 1960.
El domingo pasado los uruguayos rompieron la "alternancia" del poder oligárquico-burgués. Un poder que aun con gobiernos progresistas como los de José Battle y Ordoñez (1903-07/ 1911-15) fue ejercido durante 176 años por los "colorados", amigos de Inglaterra y de las ideas liberales de la llamada Provincia Cisplatina (1821-25, incorporada a Portugal primero y al Brasil después), y los "blancos" o "nacionales", grupo integrado por terratenientes de ideología conservadora.
Liderado por el general Liber Seregni de 1971 a 1996, el cambio histórico del Frente Amplio (FA) empezó en 1989, cuando logró la mayoría de los votos en Montevideo y gobernó durante tres periodos consecutivos. En 1999 el FA obtuvo 39 por ciento de los votos en la primera vuelta y 45 por ciento en la segunda de los comicios presidenciales.
¿Qué esperar de la coalición Encuentro-FA-Nueva Mayoría que con Tabaré Vázquez, presidente electo, consiguió 52 por ciento del padrón electoral y mayoría de diputados y senadores? ¿Qué tipo de izquierda sin proyecto revolucionario y claramente anticapitalista podrá afrontar el vértigo de la crisis terminal de un pequeño país como Uruguay?
Con 900 mil desocupados de 3 millones 500 mil habitantes y un millón 500 mil que viven en el exterior, 54 por ciento de los niños uruguayos nacen en hogares pobres, en tanto 10 por ciento de los menores de un año y 16 por ciento de los menores de dos años en desnutrición. La deuda externa de la nación rioplatense equivale a 114 por ciento de su producto bruto interno (5.3 veces los ingresos anuales del Estado) y, en virtud del modelo neoliberal, en el primer semestre de 2002 se fugó 45 por ciento de los depósitos bancarios.
En Conversaciones con Tabaré Vázquez, del periodista Carlos Liscano, el presidente electo de Uruguay dice: "A mí me parece que un gobierno, antes que nada, antes que de izquierda, de derecha, del medio, tiene que ser humano. Si un gobernante ante todo es humano, va a correr mucho menos riesgo de separarse de la gente que si deja de lado este aspecto..." Añade: "...no es humano decir que antes que atender las necesidades de la gente hay que mejorar los indicadores macroeconómicos, que las cuentas del Estado tienen que cerrar, que hay que disminuir el déficit fiscal... eso hay que hacerlo... pero un gobernante no puede preocuparse más por eso que interpretar esos números en función de la gente... Uno puede fijar como prioridad a la gente, o elegir hacerle el mandado a otros para que algunos parámetros numéricos estén en determinado valor.
"Pertenezco al mundo del trabajo y creo en la solidaridad. Ser solidarios implica tener siempre presentes a los demás." Vázquez sabe que su gobierno deberá manejar algo más que cebar el mate con propiedad o echar toda la carne al asador. Y paradójicamente, cuidarse de las connotaciones etimológicas de Tabaré, nombre charrúa: ..."el que vive solo, lejos o retirado del pueblo y hace alusión a su soledad e individualismo".