Latinoamérica
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Carta al aire
Leonardo Galarza
¿Recuerda cuando sus pies traspasaron la frontera rumbo al Paraguay? Se iban
pero querían desandar; andaban porque atrás no quedaba nada, salvo un sueño roto
de libertad. Regreso pronto, quizás pensó usted, don José Artigas. Treinta años
duró el exilio. Nunca volvió.
Y tú, Graciela ¿te acuerdas de aquel día que caminabas por las calles de
Santiago de Chile, exiliada, cargando al tierno niño, mientras Luis, tu
compañero, iba a corta distancia, ambos con lo ojos agigantados para todo lado,
porque hacía poco las puertas de las cárceles se habían cerrado, abarrotadas; y
abierto las del manicomio, para que saliera Pinochet -algo más demente que hoy-
a arrasar el País? ¿Recuerdas cuando paró el camión militar y se llevó a Luis, a
fusilarlo en el Estadio Nacional, mientras tú seguiste andando, destrozada mas
imperturbable, porque debías salvar el fruto del amor tupamaro?
Y ustedes, Flores, Robaina, Cultelli, Pucurull, Zabalza, Salerno y tanto otros
'tupas', caídos por soñar un Uruguay libre, después de desenmascarar el cuento
de 'la Suiza de América', colmada de pobrerío en campos y cantegriles ¿no
sienten como un airecito de libertad que empieza a soplar en su País, con el
impulso formidable que dieron todos ustedes, con su último aliento?
Tú, Juan José Noueched, habrás perdonado a aquel militar que te sancionó, cuando
preso político, por no cruzar las dos manos en la espalda, durante los paseos en
el patio de la prisión, porque eras manco. Y a la justicia militar que te
enjuició a ti, Juan José, incompleto, en un juzgado; y a tu brazo, que ellos
mismos arrancaron, en otro tribunal, con distinto expediente. Y tú, compañero,
también preso, también innombrable, perdonarías ya a ese militar que te castigó
por entrar al comedor sin peinarte, por una razón impertinente: eras calvo. ¿Los
perdonaron? Si no lo hicieron, háganlo ahora. Sólo el hombre es capaz de la
racionalidad más grande y de la estupidez sub-animal. Háganlo ahora pues, como
decían ustedes, los tupamaros, 'habrá Patria para todos o no habrá Patria'. Que
haya desde el próximo domingo. Para todos.
¿Ven cómo esa cadena de sacrificios fructifica? Costó 190 años, es cierto, pero
quizás va valiendo la pena.
En fin, desde el 1 de noviembre será el comienzo, nada más, porque como dijo
hace muy poco tiempo Pepe Mujica, hoy Senador de la República, ayer dirigente
tupamaro, viejo entre los viejos, sabio entre sabios: 'Creo que no nos espera un
desfile, es una lucha permanente, sistemática, donde apenas se van subiendo unos
escalones, a cuenta de muchos que quedan por resolver. Yo concibo así la
revolución, ir subiendo escalones, y no como un esfuerzo que te deje en un lugar
que digas llegamos. No llegamos nunca'.
Y, como también decía, más sabio aún: '¿El programa final? Fundar otra
civilización, porque si nos adaptamos a ésta, dejamos de ser de izquierda'.