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URUGUAY: ENTREVISTA CON HELIOS SARTHOU, DIRIGENTE DE LA CORRIENTE DE IZQUIERDA
El peligro del gatopardismo
Nelson Cesin
BRECHA
Para el dirigente de la Corriente de Izquierda (CI), al Frente Amplio se le planteará el dilema de 'cambiar algo para que todo siga como está' o 'cambiar en serio'. Hay que apostar a las bases, a la participación de la gente", dice.
¿Cuál es su evaluación sobre el contenido y la forma de la campaña que ha
desplegado el EP-FA?
Comenzó de forma muy fría, pero en estos últimos tiempos la gente de incorporó a
discutir, a participar. Pero lo que me parece más destacable fue la caravana del
sábado 23; ahí noté que la gente estaba contenta porque se abría una esperanza.
No sabemos bien cómo va a funcionar esa esperanza, pero el solo hecho de que
tantos se hayan volcado a las calles es muy importante como fenómeno colectivo.
El tema es que de alguna manera esto es el cambio de un sistema ¿no? Los dos
partidos tradicionales siempre defendieron un sistema de intereses creados, de
capitalismo rudimentario sometido al ámbito de los organismos de crédito. Esa
política de rotación en el poder de blancos y colorados (que en realidad no era
rotación porque era el mismo camino con distintos personajes) es lo que puede
haber caído o caerá en esta elección.
¿Usted dice que el triunfo del EP-FA operaría como un cambio de sistema?
No del sistema económico-social, sino del sistema de administración política. Un
gobierno del Frente debe representar la hora en que el pueblo entre a gobernar,
de que hay una posibilidad de cambio en profundidad.
Lo que puede hacer y lo que no puede hacer tiene que ver primero con su proyecto
del país. Hay algunos temas eje: hay que acabar con la corrupción en el plano
ético; hay que abolir el secreto bancario; no podemos seguir con este régimen de
seguridad social de las AFAP. Los organismos de crédito nos encajaron los temas
claves: el Banco Mundial nos introdujo la reforma educativa con una concepción
del hombre para el mercado; el BID nos impuso la privatización de la seguridad
social a través de las AFAP; y el Fondo Monetario no ha estrangulado por el lado
de la deuda externa y la receta de las privatizaciones.
Que nadie crea que el resultado que está obteniendo el Frente obedece a la
lucidez de los dirigentes; obedece a que tiene toda una historia atrás en la que
están las luchas que sirvieron para crear conciencia, las izquierdas
doctrinarias que trabajaron para minar la interpretación oficial que daban
colorados y blancos.
¿La izquierda tiene claro qué papel le dará a esa gente en un gobierno?
Creo que no, y lo demuestran las últimas decisiones, adoptadas sobre la base de
una forma cupular: los cabezas de lista con el presidente. Debe abrirse paso a
una participación amplia. Hay que tener en cuenta que el Frente va a enfrentar
una oposición durísima de los partidos que perdieron, con el apoyo de medios de
comunicación poderosos que les son afines, y si no contamos en la base con gente
informada esa resistencia no se podrá enfrentar. La participación está impuesta
hasta como mecanismo de defensa. Pero además es necesaria para no dejar el rumbo
de un proyecto en manos de un aparato burocrático.
Usted hablaba de cuatro ejes fundamentales de cambio…
Sí, pero hay dos que sobresalen: el de la deuda externa y el de las
privatizaciones
Correcto, pero ninguno de ellos está contenido en el programa de gobierno del
EP-FA.
Lo que pasa es que cuando se entra en el ejercicio de un gobierno la dialéctica
va alterando los programas, porque se enfrentan elementos negativos que hay que
tratar de superar. Al Frente le va a ser muy difícil reunir los fondos para dar
cumplimiento a muchos de sus objetivos si paga los 1.700 millones de dólares de
deuda que se vencen en el corto plazo. En ese sentido no va haber más remedio
que plantearse argumentos que no se han manejado. Enrique Iglesias declaró que
el FMI estaba estudiando que un país que tenía afectado su PBI en más de 40% no
podía pagar la deuda y que estaban viendo cómo encausar ese problema, no por
altruismo sino porque no pueden matar al cliente. Se utiliza el mecanismo del
miedo cuando se habla de las consecuencias del no pago, pero se eluden esos
datos de nueva generación.
Al parecer también lo elude la dirigencia en pleno del EP-FA, que se ha
comprometido a pagar la deuda utilizando el mecanismo de la refinanciación.
Yo entiendo que otras soluciones podrían implicar aspectos que choquen contra
determinados sectores sociales con los cuales se ha pensado que podría haber un
diálogo, una concertación. El dilema que tendrá el Frente es ése: seguir con un
régimen de gobierno parecido al de los partidos tradicionales, con una mayor
honestidad en el manejo de la administración y una asistencialidad mayor para
los desposeídos, pero en el fondo es la continuidad del régimen del
endeudamiento para ir encontrando soluciones parciales para calafatear el
sistema, o cambiar.
En el tema de la deuda, además, en el plano jurídico se ha avanzado mucho en el
sentido de que no tiene por qué ser pagada; se invocan para ello los artículos
46 y 49 de la Convención de Viena, según la cual un contrato de origen
fraudulento, en este caso porque fue suscrito por un gobierno usurpador como el
de la dictadura, pierde legitimidad. Esto es lo que está sosteniendo la Sociedad
Internacional de Juristas. Hagamos entonces una auditoria para determinar cuál
parte de la deuda externa es legítima y cuál no.
Sin embargo Danilo Astori, designado ministro de Economía de un gobierno de
izquierda, dijo que 'romper con el FMI y repudiar la deuda significa para
Uruguay aislarse del mundo e ir a una suerte de africanización de la sociedad'
(*)
Antes no lo decía. En 1984 decía que el FMI somete a las economías…
Pero ahora sostiene que Uruguay y la composición de su deuda cambiaron…
Dice que la deuda cambió, pero no que el FMI cambió. Nadie duda de que el Fondo
persigue la compresión de los salarios, quiere impedir la autonomía de las
economías de los países y busca el sometimiento a sus orientaciones. Yo no
planteo hacernos los campeones y proclamar yo no pago y se acabó; debemos decir
que no podemos pagar por esto y aquello. Pero además hay normas que se han
dictado: la ley 13.751 aprueba el pacto de los derechos económicos, sociales y
culturales, cuyo artículo 1 numeral 2, establece que para cumplir sus
obligaciones un país no puede afectar sus medios de subsistencia: podemos
demostrar cómo están nuestros hospitales, cuantos asentamientos tenemos y cómo
se vive en ellos.
¿Usted sugiere que apelar a esos u otros mecanismos depende de un acto de
voluntad política?
Claramente, y de un respaldo popular. El presidente argentino Néstor Kirchner
hizo en cien días cosas que se estaban pensando para hacer pero nadie se animaba
a llevarlas a cabo, y subió al 85% de adhesión popular.
Usted visualiza el riesgo, entonces, de que un gobierno del EP-FA sólo se
detenga en planes asistencialistas.
Eso depende mucho de cómo el Frente se apoye en las organizaciones populares, en
sus organismos de base. No sé incluso cuál será el comportamiento de las
personas que se incorporaron al Encuentro Progresista o a la Nueva Mayoría,
porque pueden decir yo no aprobé lo que dispusieron los organismos del Frente, y
ahí entramos en problemas.
Se supone que todos concurren a la elección bajo un mismo programa.
Sí, pero el programa común no reproduce los principios fundacionales del Frente.
Fue creado para posibilitar políticas de alianzas con las que la CI no está de
acuerdo. Hay mucha gente que proviene de los partidos tradicionales y que estuvo
a favor de la reforma educativa de Rama, de las privatizaciones. Por eso creemos
que hay que apostar a otro tipo de apoyos al Frente, como el de la Ley de
Iniciativa Popular que estamos impulsando.
Pero en ese proyecto hay propuestas que no están contempladas en el programa de
gobierno del FA. Allí se habla, por ejemplo, de anular la Ley de Caducidad, de
la suspensión del pago de la deuda externa, de la derogación de la reforma
educativa y de llevar el salario mínimo a 5.5.00 pesos.
Sí, por eso es que tenemos una óptica distinta a la de la mayoría del Frente.
Pero las cosas son dinámicas, y repito: puede pasar que al FA le sea muy difícil
encontrar los recursos necesarios para cumplir lo que promete.
Habida cuenta de las diferencias programáticas ¿qué explica la adhesión de la CI
al FA?
El Frente tiene una historia, una declaración constitutiva que debe ser
respetada. Transitoriamente usted puede hacer un programa, pero los que están en
el Frente tienen derecho a reclamar que aquella declaración constitutiva, que
era antiimperialista, anticapitalista, tenga validez actual porque nadie la ha
derogado. Nosotros entendemos que si no adoptamos algunas posiciones
fundamentales de este tipo, como el rechazo al secreto bancario y a las
privatizaciones, un seguro de salud estatal con cobertura universal y
financiación proporcional a los ingresos, si no resolvemos el problema de la
tierra, va a ser muy difícil operar los cambios para corregir los dramas que hoy
vivimos.
Yo no digo que el Frente no vaya a intentar fórmulas para ir en esa dirección,
pero le tengo mucho miedo al pacto social y a la coparticipación con los otros
partidos. Al pacto social, porque no he visto que los sectores económicos
poderosos se hayan ocupado nunca del drama de sus trabajadores. ¿Cuál es el
pacto social que se puede hacer con las fuerzas que han venido manejando el país
en su beneficio? No hagamos acuerdos con ese capital, equilibremos la relación
con sindicatos fuertes.
En cuanto al tema salarial, como los sindicatos son aún débiles hay que convocar
los consejos de salarios. En la década del 40 el funcionamiento de esos
consejos, electivos, desarrolló el sindicalismo.
¿Cuál sería la ubicación de la CI en un gobierno de izquierda?
La administración municipal de Tabaré Vázquez es un buen precedente: no tuvo
conflictos con ADEOM, favoreció aspectos sociales, cuando hubo que sacar gente
por alguna irregularidad se lo hizo.
Hacia delante, vamos a apoyar el desarrollo de la participación, fortaleciendo
el papel de los Comités de Base. Como el Frente es una fuerza democrática
abierta al juego de las distintas orientaciones, vamos a pelear también por
crear conciencia en torno a los temas que consideramos fundamentales.
Por otra parte, muchos de los planteos de la CI son comunes con los compañeros
del sub-lema Por un País Soberano (**) con los que hicimos un acuerdo que no es
meramente electoral. Trabajaremos para favorecer esta orientación ideológica. Si
la dirigencia del Frente es inteligente va a entender que es beneficioso para
todos la expresión de distintas tendencias. Sería muy malo que pasara lo que
pasó en el PT de Brasil, del cual Lula excluyó a los discrepantes una vez que
llegó al gobierno.
* Semanario Búsqueda, 21-10-04
** Integrado por el 26 de Marzo, el 20 de Mayo y el Espacio 1968.