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Latinoamérica

Policias y militares en redada en la humilde barriada de Bel-air

Policías haitianos y tropas de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización en Haití (MINUSTAH) detuvieron 75 personas durante una redada en la humilde barriada capitalina de Bel-Air, confirmaron las autoridades.

En la sorpresiva operación, que contó con apoyo de helicópteros, participaron 150 policías y 200 militares transportados en blindados, aseguró MINUSTAH y aunque explicó las detenciones como una acción contra actos de violencia, reconoció no haber encontrado armas.

Bel-Air es un área habitada por simpatizantes del ex presidente constitucional Jean-Bertrand Aristide, depuesto en febrero último por ex militares y opositores respaldados por Estados Unidos y Francia que impusieron un gobierno interino y dispusieron la presencia de una fuerza pacificadora multinacional.

Choques entre policías y grupos insurgentes han dejado del 30 de septiembre a la fecha un saldo de 45 muertos, incluidos siete agentes de seguridad, confirmó el comandante militar de las tropas de la MINUSTAH, el general brasileño Augusto Heleno Ribeiro Pereira.

Esa fuente recomendó a las autoridades haitianas actuar sólo sobre la base de información de inteligencia creíble y reconoció que el factor sorpresa de la operación no tuvo éxito, ya que uno de los objetivos era desarmar la barriada y no se decomisaron armas.

La redada realizada la víspera fue considerada la primera ofensiva para tratar de detener la ola de violencia y al retirarse los policías y militares la población realizó manifestaciones de protesta y quemó autos, comercios y neumáticos en esta capital.

El militar brasileño volvió a reclamar a Naciones Unidas por el atraso en la llegada del completamiento de la misión para Haití, que de 6.500 soldados y 1.600 policías previstos apenas llega a 3.000 uniformados y 450 agentes de seguridad.

El primer ministro interino, Gerard Latortue, acusó a los partidarios de Aristide de instigar la violencia, pero estos afirman que la policía es la responsable de los enfrentamientos por haber disparado contra manifestantes indefensos.

La incursión policial y militar contra Bel Air generó mayor tensión en Haití, un país que además de ser el más pobre del hemisferio occidental acaba de sufrir una gran tragedia por inundaciones que dejaron una crítica situación humanitaria.

Las organizaciones de socorro temen que la escalada de violencia en Puerto Príncipe paralice los envíos de alimentos a la devastada ciudad de Gonaives, donde más de 200.000 sobrevivientes del huracán Jeanne se encuentran damnificados.

La funcionaria Anne Poulsen, del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, aseguró que la violencia ahuyentó a los trabajadores portuarios necesarios para descargar los barcos enviados por la comunidad internacional con comida.

Los damnificados siguen pasando hambre en Gonaives, donde el huracán Jeanne dejó hace tres semanas 1.870 muertos, 850 desaparecidos y casi un millar de heridos que son atendidos por médicos cubanos y personal de salud de Naciones Unidas.

La MINUSTAH mantiene 750 soldados, la mayoría argentinos, en Gonaives para proteger las columnas de camiones llegados con suministros, pero las acciones de distribución de alimentos se dificultan porque los víveres no alcanzan para los damnificados.

La presencia de esa tropa en Gonaives preocupa a la misión de las Naciones Unidas, que se ha visto obligada a retirar soldados de otras provincias para poder redistribuir sus fuerzas y ayudar al gobierno interino a controlar los brotes de violencia registrados en esta capital.