Latinoamérica
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Ecuador: Chantaje y terrorismo apuran el Tratado de Libre Comercio
Alberto Acosta
Campaña Continental contra el ALCA
Con una adecuada combinación de zanahoria y garrote camina el burro. Pero cuando
las zanahorias resultan incomibles, no queda más remedio que aumentar la dosis
de garrote. Eso sucede en la negociación del TLC. Las supuestas maravillas del
"libre comercio" no convencen. Y no sólo eso, desde diversos sectores de la
sociedad se forma la resistencia; incluso la Procuraduría de la Nación ha
resuelto defender el interés nacional, lo que constituye un obstáculo para la
voracidad librecambista.
Un primer garrotazo, que no prosperó, se dio con la amenaza de que no se
suscribiría el TLC si no se resolvía el juicio por los destrozos ecológicos
provocados por la Texaco, a favor de la compañía, se entiende. Ahora, con más
fuerza, crecen las amenazas por el caso Occidental, porque el procurador
solicitó la caducidad del contrato por los incumplimientos de dicha petrolera,
que ganó un arbitraje en Londres en contra del Estado. Hoy asoman otros reclamos
comerciales: Bellsouth, Duke Energy, American Iron Company y White Woods buscan
tajada a la sombra del TLC. La no resolución favorable y pronta de estos
reclamos deja flotando en el aire el riesgo de que el Ecuador sea excluido de la
negociación del TLC e incluso se ha hablado de que ya no se realizaría la quinta
ronda de conversaciones en Guayaquil… Estos chantajes, orquestados especialmente
por la embajadora estadounidense Kristie Kenney, ampliamente conocida como KK,
en contubernio con voceros del gobierno y analistas de la vertiente
librecambista, presionan para que, además, se aprueben varias reformas
estructurales de inspiración neoliberal, previas a la firma del TLC.
Y por si fuera poco, los cultores del terrorismo económico nos pintan un
panorama dantesco. Ven graves "amenazas a la estabilidad económica y social" por
los "incumplimientos de los acuerdos internacionales". No cumplirlos provocaría
la terminación del Acuerdo de Preferencias Arancelarias Andinas y Erradicación
de Drogas, lo que, como afirman las grandes cámaras de la producción, en la
actualidad el principal cenáculo del terrorismo económico, "significaría un
terrible golpe para la economía". Cuantifican una pérdida -me imagino que sin
ruborizarse por tamaña mentira- de "3.500 millones de dólares provenientes de
las exportaciones, con los que se pondría en riesgo el empleo directo de 300 mil
ecuatorianos, se produciría un decremento del 20% del PIB…", entre otras plagas.
Para desvirtuar dicha desfachatez, basta señalar que el beneficio de dichas
preferencias es quizás diez veces menor al cálculo de las cámaras y que, si se
llegará a producir tan "tremenda" pérdida (la dignidad y la soberanía no tienen
precio), el Ecuador tendría justificación para cerrar la base yanqui de Manta,
cuya (inconstitucional) entrega se nos vendió como el aporte ecuatoriano en la
lucha contra la erradicación de las drogas.
Para enfrentar tamañas amenazas, ha llegado la hora de la unión y acción
concertada y plural de todas las fuerzas nacionales. No hay espacio para
sectarismos, personalismos, egoísmos y diletantismos. Transformemos la derrota
del TLC en una oportunidad para construir un país digno y soberano. Y tengamos
presente que hay muchas alternativas al TLC; el mundo no se acaba sin él.
(Publicado en Diario Hoy, Quito, Ecuador, 6 de octubre 2004)