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Cumbre Extraordinaria de las Américas en Monterrey

Kirchner rechaza el pedido del FMI para reducir la quita del 75%.

Köhler le pidió un trato más amigable con los acreedores de la deuda en default. Pero el Presidente insistió en el recorte actual. La quita es decisiva para consolidar la recuperación de la economía.

Ana Baron.
Monterrey Enviada Especial.
abaron@clarin.com.

Iba a ser una reunión de 30 minutos y se extendió una hora y media. Lo cierto es que en el encuentro entre Néstor Kirchner y el jefe del FMI, Horst Köhler, el FMI por primera vez sugirió reformular el programa con la Argentina y que el país tenga una relación más "amigable" con los acreedores de la deuda en default.
Pero al salir de la reunión, Kirchner dijo: "Mantuvimos nuestra posición.
No modificaremos nuestra oferta de quita del 75%", señaló a Clarín.
Köhler también se mostró satisfecho con la reunión, a la que calificó de muy buena: "Fue muy constructiva", dijo a este diario.
En la reunión Köhler le pidió a Kirchner que fuera más friendly (amistoso) con los tenedores de bonos y que multiplique los canales de comunicación con ellos. De hecho, mientras Köhler y Kirchner estaban en el segundo piso del hotel Quinta Real de Monterrey, representantes de más de medio millón de tenedores de bonos argentinos en default resolvieron constituir un Comité Global y manifestaron su rechazo a inscribirse en el registro oficial abierto por el Gobierno argentino para ordenar la negociación (ver más información en Los dueños de los bonos en default...).
La presión de los tenedores de bonos sobre Washington también se palpará en la reunión que mantendrá hoy con Kirchner el presidente George Bush. Por lo que trascendió, Bush reiterará el pedido de Köhler diciéndole que trate mejor a los acreedores ( ver más información en na nota: La deuda la agenda de Bush).
Pero Kirchner insistió en no moverse de la quita prometida del 75%. Según sus argumentos, porque una quita menor podría comprometer la recuperación económica del país.
En el lobby del hermosísimo Hotel Quinta Real donde tuvo lugar el encuentro entre Kirchner y el jefe del FMI, un alto funcionario internacional confir mó lo que adelanto a Clarín en su edición de ayer. Lo que está en juego es la segunda revisión del programa en curso, que tendrá lugar en febrero y el desembolso de 3.000 millones de dólares que debe tener lugar el 10 de marzo.
"Si no hacen algo para calmar a los acreedores la situación puede complicarse", dijo la fuente.
Pero Kirchner cayó a la reunión con Köhler con las últimas estadísticas que indican el repunte de la economía. Y llevó sondeos que lo muestran con casi el 80 por ciento de popularidad y con un apoyo de la mayoría de la población hacia su actitud firme hacia EE.UU. y el FMI.
Según contó después Kirchner, durante la reunión hubo un claro reconocimiento de Köhler a la recuperación de la economía argentina. "Hay que admitir que no esperaban una reacción de Argentina como la que tuvimos, tanto a nivel de crecimiento del PBI como el aumento de la recaudación, el crecimiento de las importaciones y el de las exportaciones", relató el Presidente.
De acuerdo a su versión, Köhler tenía absolutamente en claro que el crecimiento de la economía argentina no es un rebote sino un proceso de crecimiento en serio.
En la reunión, Horst Köhler le recordó que el ex presidente Fernando de la Rúa lo llamó por teléfono poco antes de la crisis que desembocó en su caída.
El titular del FMI contó que De la Rúa le prometió un plan de déficit cero para poder pagar 1.000 millones de uno de los tantos préstamos otorgados por el Fondo. Y que él le contestó que eso era prácticamente "imposible".
"Después que lo sacaron del gobierno, De la Rúa lo volvió a llamar para pedirle disculpas por no poder cumplir lo que había prometido", comentó Kirchner a los periodistas, que en ese momento, según contó, le dijo a Köhler: "Si a De la Rúa le dieron esta suma a nosotros debieran darnos mucho más".
Luego de la reunión, Roberto Lavagna se sentó a tomar un café con Anoop Singh, el jefe del Hemisferio Occidental del FMI. Con Singh discutieron cuándo irá la próxima misión a la Argentina. Ayer nadie supo decir exactamente qué tiene que hacer la Argentina para que no se vuelva a postergar la segunda revisión del acuerdo.
-¿Qué se entiende por ser amigables con los acreedores?, se le preguntó a Lavagna.
-Ser amigables no es un problema de tener conversaciones. Ya tuvimos cinco rondas de conversaciones. Se trata de aceptar la realidad de un país que, por el volumen de su deuda, tiene que hacer una quita. Además les garantizo que todos los mails y los teléfonos están abiertos.
Kirchner le pidió a Köhler que "se comprometa a que la próxima revisión de metas se cumpla en tiempo y forma". Lo hizo por las demoras en la aprobación de la primera auditoría. Pero no trascendió cuál fue la respuesta del jefe del FMI sobre este punto.