Cumbre Extraordinaria de las Américas en Monterrey
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Kirchner imputa a EEUU la quiebra de las economías latinoamericanas.
"Junto con organismos multilaterales, es el principal impulsor del neoliberalismo".
Rosa E. Vargas y Roberto Gonzalez.
Ha llevado a extremos la desigual distribución del ingreso, afirma el
presidente argentino. Ante Bush, demanda que Estados Unidos diseñe un
nuevo "Plan Marshall" para la región.
Estados Unidos y los organismos multilaterales, como principales impulsores
del modelo económico neoliberal, fueron responsabilizados por Néstor
Kirchner, presidente de Argentina, de consolidar un modelo de injusticia, de
quiebra de las economías y de llevar a extremos la desigual distribución
del ingreso, así como de la exclusión y la corrupción que
padecen muchos países.
A ese estado de cosas condujeron, dijo, los principios sostenidos a rajatabla
en la década de los noventa, como la apertura financiera indiscriminada,
la desaparición del Estado, "las privatizaciones a cualquier precio".
Demandó la condonación de deudas contraídas en América
Latina por gobiernos dictatoriales y manifestó que mientras su país
realiza "esfuerzos al límite" para cumplir con sus acreedores, "sufrimos
presiones, incomprensión, indefiniciones y demora" de los organismos
internacionales.
"Nadie puede cobrar de los muertos", recalcó.
El alegato del mandatario argentino, pronunciado ante el pleno de clausura de
la Cumbre Extraordinaria de las Américas, suscitó lo mismo adhesiones
inmediatas, como la de su homólogo venezolano, Hugo Chávez, que
la absorta atención de Horst Koehler, presidente del Banco Interamericano
de Desarrollo (BID), y en el extremo, una ostensible mezcla de enfado y desdén
del presidente de Estados Unidos, George W. Bush.
El venezolano lo definió como un discurso de los más valientes,
brillantes y claros que ha escuchado en toda su vida; un texto "para la historia,
de antología", y aseguró que "sólo por ese discurso vale
la pena haber venido". Bush, por su parte, cuando no se reclinaba sobre la mesa
volteaba hacia atrás para hacer comentarios a su secretario de Estado,
Colin Powell, y a la consejera de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Condoleezza
Rice.
Kirchner armó una pieza en la que al puntual recuento de los daños
económicos y sociales de los programas de ajuste y concentración
del ingreso hiló su convicción de que "la teoría del derrame
o del goteo no ha funcionado. Los organismos multilaterales deben tomar cuenta
de ello".
Insistir en recetas que han fracasado "resulta inaceptable".
Si bien Argentina, a diferencia de Venezuela, no puso reservas a la Declaración
de Nuevo León en lo relativo al Area de Libre Comercio de las Américas
(ALCA), Kirchner estableció que ese proyecto comercial no servirá
a la prosperidad de los países si no se resuelven las asimetrías
existentes, pues de otro modo "no hará más que profundizar la
injusticia y el quiebre de nuestras economías".
Se refirió entonces a los efectos nocivos de la liberación financiera
y a la creación de los fondos de inversión directa, que hicieron
más vulnerables las economías en desarrollo y tampoco alcanzaron
para compensar los movimientos especulativos de los capitales financieros.
Como efecto de esto, puntualizó, muchas naciones en desarrollo comparten
un diagnóstico común: debemos mucho y exportamos poco. Nadie puede
honrar sus deudas si no puede crecer y vender sus productos, complementó.
Se quejó de las permanentes demandas y exigencias que imponen a Argentina
organismos como el Fondo Monetario Internacional, "que parecen no querer ver
la situación límite de nuestro país".
Kirchner reprochó enseguida que la deuda de su país no haya sido
objeto de ningún salvamento por los organismos internacionales, "como
era usual en la década anterior", y exigió que los acreedores
privados enfrenten la envergadura del riesgo que asumían cuando invirtieron.
Frente a eso, añadió, "no resulta moral ni racional la protección
de quien manejó sus fondos como si concurriera a un casino de juego".
Para el sudamericano, la opción de que se perdone -como ocurrió
con Irak- la deuda contraída por gobiernos dictatoriales debería
aplicarse a su país, pues durante un régimen similar, en el período
1976-1983, "se concretó el más acelerado y significativo crecimiento
de nuestra deuda".
Pidió a Estados Unidos proceder con el espíritu que lo animó
a ayudar a Europa y llamó a diseñar un "verdadero Plan Marshall"
que ayude a todo el continente americano, pues "necesitamos que América
mire a América".
Antes de participar en la plenaria de jefes de Estado, Kirchner se había
reunido precisamente con Bush, quien, de acuerdo con algunas versiones, ofreció
su apoyo a Argentina en la negociación que este país realiza con
el FMI.
Según fuentes de la delegación argentina, durante el encuentro
privado el jefe de la Casa Blanca dijo que su país ayudaría a
Argentina, pero sobre todo reconoció que esa nación "se está
ayudando a sí misma, y eso es lo más importante".
De acuerdo con las mismas versiones, Bush ofreció "apoyo a ustedes, pero
son ustedes los que están participando en el juego". No precisaron, sin
embargo, qué tipo de ayuda específica está dispuesto a
otorgar a la nación sudamericana.
Fuente: La Jornada (México).