Internacional
|
Por: Iván Salgado*
Gracias a esa decisión, Microsoft continúa, en cierta forma, con sus prácticas monopolistas. Por ejemplo, el nuevo sistema operativo, el Windows XP, incluye algunas características que evidencian la tendencia de Microsoft a atar a sus consumidores y a otras empresas a sus productos. Su instalación requiere de conectarse al Internet para recibir algo así como unas claves de certificación de la autenticidad del producto, además de que quien lo compre, aunque tenga más de dos computadoras, debe de adquirir una copia para cada máquina, pues cada paquete puede instalarse sólo en una PC. Por si fuera poco, no funciona con varios programas, especialmente los de empresas competidoras y no acepta trabajar con los servidores de America on Line vía cable. También, en julio del 2001, Microsoft logró que los fabricantes de computadoras incluyeran por default los iconos de MSN, el mensajero instantáneo, del Internet Explorer, así como del Microsoft Media Player, éste último para tocar compactos o ver películas en DVD.
En medios gubernamentales se ha insistido en que el caso no está 'cerrado aún' y que se revisará la 'conducta de Microsoft', para no llegar a la medida 'extrema de tener que dividirla', pero podemos estar seguros de que mientras Bush y su séquito de empresarios-políticos estén en el poder, Gates, como muchos otros grandes hombres de negocios, estará a salvo de todas esas 'molestias', teniendo la seguridad de que podrá seguir sus prácticas monopolistas, con tal de garantizarse el consumo de un mercado mundial que cada vez tiende a reducirse más a causa de la crisis.
Las temibles tarjetas de crédito
Y los casos de las empresas beneficiadas por las jugosas donaciones hechas a Bush abarcan también a las compañías que expiden tarjetas de crédito, tales como American Express, Visa o los mismos bancos, muchos de los cuales hacen un muy buen negocio con dichos instrumentos de crédito, que cobran intereses leoninos, de agio, que exprimen a los deudores, cuya deuda, en muchos casos, se vuelve impagable. Actualmente, los estadounidenses deben alrededor de 700.000 millones de dólares en créditos por tarjetas y las citadas compañías están aprovechando su 'buena amistad' con Bush para cobrarse alevosamente todo ese dinero.
En los primeros meses del 2001 se aprobaron una serie de medidas destinadas a obligar a los clientes morosos a pagarles sus deudas a las compañías, tanto el total, como los intereses. Según los ejecutivos de las empresas, bajo las leyes anteriores, los deudores podían muy fácilmente declararse 'en quiebra' y borrar su adeudo. Bastaba con declararse 'insolvente' ante el gobierno y 'todo se solucionaba', lo cual, señalan aquéllos, permitía que muchos 'holgazanes' se hicieran de una fortuna, gracias al crédito otorgado. Probablemente eso haya cierto en algunos casos, los menos, como señalan los críticos de las medidas, pero en la mayor parte de los deudores, las cosas no son así y si no pueden pagar es porque realmente no pueden hacerlo, menos durante la recesión, la que apenas, según se dice, está ya superándose. Las nuevas disposiciones ordenan que todos los deudores deben renegociar al menos un 25% de la deuda y pagarla, para que así el banco le 'conceda la gracia' de extenderle el plazo con la deuda restante. Ni tratándose de créditos de casas, el banco o la compañía se ablandarán, ya que pueden embargar, incluso, la propiedad si el deudor no tiene para pagar. Lo peor de todo fue que esas empresas aplicaron esas leoninas decisiones durante la fase más grave de la crisis económica estadounidense, con lo cual, la mala situación financiera de los deudores, simplemente tendió a agravarse, no así la de las empresas, no conformes con que sus ganancias durante los pasados dos años aumentaron un impresionante 50%. Así pues, de nueva cuenta, se ve a un gobierno entreguista a los intereses del gran capital.
El emporio General Electric
General Electric comenzó haciendo focos hace más de 100 años. Pero ahora la empresa se ha diversificado tanto y crecido tan enormemente, que es, en nuestros días, una gigantesca corporación cuya finalidad original, la fabricación de focos, constituye un monto bastante pequeño en producción y en ventas. Las siguientes, son las actividades a las que se dedica hoy GE, cuyas ventas anuales llegan a los ¡130,000 millones de dólares, casi una tercera parte del PIB mexicano!: Motores para aviones. Esta actividad abarca el 8.2% de su producción y asciende a 10.900 millones de dólares anuales. Es el mayor fabricante de motores turbohélices y turbojets para aviones comerciales y militares, desde el nuevo Airbus de la línea aérea Air France, hasta el avión militar F/A 18E Super Hornet, bastante utilizado en las guerras contra Afganistán e Irak.
Electrodomésticos. Esta actividad abarca el 4.5% y asciende a 5.900 millones de dólares anuales. GE es el fabricante número dos de electrodomésticos en EU. Sus marcas incluyen GE, Mongram, Profile y Hotpoint. El señor Jeff Immelt, el actual presidente de la compañía, se ganó su fama trabajando hace años en ese competitivo sector.
Plásticos. Esta actividad abarca el 5.9% y asciende a 7.800 millones de dólares anuales. GE es uno de los más grandes surtidores de polímeros, los cuales se emplean en muchas cosas, desde autos, hasta cocinas y baños.
Sistemas generadores de electricidad. Esta actividad abarca el 11.25% y asciende a $14,900 millones de dólares anuales. Es su segunda división más grande y se encarga del diseño, fabricación, instalación y mantenimiento de plantas eléctricas de todo tipo: gasolina, aceite, carbón y nucleares.
Productos industriales y sistemas. Esta actividad abarca el 9% y asciende a 11.800 millones de dólares anuales. Incorpora cuatro divisiones, las que proveen transmisión de electricidad (interruptores de circuitos, fusibles, protectores de sobrecarga), distribución eléctrica y protección (como reguladores de voltaje), automatización y control (conectores y desconectores, sistemas de control de turbinas) y motores y controles (motores AC y DC, así como generadores). Otros productos incluidos aquí son las lámparas, los accesorios eléctricos (apagadores, contactos, etc.) y locomotoras.
Servicios de capital GE. Esta actividad abarca el ¡50%! y asciende a 66.200 millones de dólares. Como puede verse, esto confirma la tendencia de ésta y otros grandes consorcios, a dedicarse a actividades especulativas, más rentables que la fabricación de cualquier cosa, mientras no haya crisis, por supuesto. Es el más lucrativo segmento de GE, y ofrece una amplia variedad de servicios financieros, desde tarjetas de crédito privadas (por ejemplo, las ofrecidas por cadenas de autoservicios), hasta hipotecas, arrendamiento industrial (de maquinaria, por ejemplo), venta de equipo e, incluso, seguros de todo tipo.
Productos técnicos. Esta actividad abarca el 6% y asciende a 7.900 millones de dólares. La división de productos médicos de GE fabrica equipo de diagnóstico por imagen, tales como los de resonancia magnética, ultrasonidos y los escáners CT. Otras divisiones desarrollan sistemas de rayos X y de imágenes fluoroescópicas. Comunicación. Esta actividad abarca el 5.2% y asciende a 5.200 millones de dólares. La cadena de televisión NBC, considerada de alta calidad, tiene los canales de cable MSNBC y CNBC, 13 estaciones poseídas y operadas por aquélla, así como más de 220 afiliadas en los EU.
Pues bien, sus generosas contribuciones a Bush, le valieron que éste intentara, infructuosamente, mediar ante los reguladores europeos de los negocios, cuando GE intentó adquirir a la empresa Honeywell, manufacturera de controles de aviones, aduciendo aquéllos que se hubiera gestado, de haberse concretado la operación, un gran monopolio que pondría en peligro a empresas europeas tales como la también fabricante de turbinas de aviones Rolls-Royce, de Inglaterra, o a United Technologies, ésta, irónicamente, de EU. El italiano Mario Monti fue quien se opuso férreamente a la compra, la que trató de concretar el entonces director ejecutivo de GE, el señor Jack Welch, muy 'buen amigo' de Bush.
De todos modos, los buenos negocios siguen, pues los aviones Hornet, las 'estrellas' durante la reciente guerra de Estados Unidos contra Irak, están equipados con motores GE, y se comportaron tan bien, que el Pentágono ya ordenó la adquisición de varias decenas de aparatos a los que, por supuesto, con un contrato de exclusividad, GE surtirá de potentes máquinas.
En fin, gracias a Mr. George W. Bush, Estados Unidos, actualmente, es el paraíso perdido, tan añorado por las grandes corporaciones. Y por si eso no bastara, además, gracias a la actual política militar de los halcones de Washington, es de esperarse que los negocios estén mucho mejor. Tal es el caso, por ejemplo, de la 'reconstrucción' del invadido, destrozado Irak, en el cual, los fuertes intereses de empresas tales como Halliburton - de la que Dick Cheney fuera alguna vez presidente - General Electric o Exxon-Mobil, les permitirán obtener muy buenas utilidades.
* Iván Salgado es catedrático de la UNAM (Universidad Autónoma de México).