Internacional
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20 de febrero del 2004
EE.UU: ¿Vuelos anulados debido a informaciones falsas?
Michel Chossudovsky
Ahora admiten que la orden de anular los vuelos de Air France entre Paris y Los Ángeles durante las vacaciones de Navidad se basó en informaciones inventadas de punta a cabo. Pero, sin embargo, esa situación ha permitido justificar un nivel de alerta naranja durante todo el período de las fiestas.
Después de presiones de Washington el primer ministro Raffarin ordenó la anulación de los vuelos. En realidad, el secretario de estado Colin Powell se había puesto en contacto con su homólogo francés, el ministro Dominique de Villepin, quien transmitió la información al primer ministro Raffarin.
Según la versión oficial de los acontecimientos, Washington había identificado a seis miembros de al Qaeda y de los talibán en una lista de pasajeros de Air France. Según el Seattle Post Intelligence, los responsables estadounidenses del contraterrorismo declararon que su investigación se basaba en una "información creíble" según la cual seis hombres a bordo del vuelo 68 de Air France, que debía aterrizar en Los Ángeles a las 16.05 horas, podían estar planeando el secuestro del avión para estrellarlo cerca de Los Ángeles o en ruta a esa ciudad.
Según un alto responsable del contraterrorismo estadounidense, esa información se basaba en informaciones fidedignas y corroboradas por diferentes fuentes. Algunos de esos hombres tenían el mismo nombre que miembros identificados de al Qaeda y de los talibán. Uno de los hombres habría sido incluso piloto de línea con permiso de vuelo para aviones comerciales.
Las autoridades de EE.UU. igualmente difundieron la información según la cual unos doscientos pasajeros y miembros del personal del vuelo 68 eran interrogados en el aeropuerto Charles-de-Gaulle en Paris.
El Seattle Post Intelligence reveló igualmente que responsables estadounidenses tuvieron durante este período prolongadas reuniones para analizar exactamente los informes de los servicios de inteligencia que evocaban la posibilidad de actividades terroristas en Estados Unidos en esas largas vacaciones. California habría estado en la mira de los terroristas, según informes que dejaban vislumbrar la posibilidad del uso de armas biológicas, químicas, radiológicas, u otras "bombas sucias".
Bajo la cobertura del anonimato, funcionarios estadounidenses hicieron correr el rumor de que los investigadores se habían interesado por el vuelo 68 después de la intercepción de "conversaciones" de presuntos terroristas.
Con esas informaciones en mano, las autoridades de EE.UU. se pusieron en contacto con los servicios de inteligencia franceses. Impusieron a la compañía Air France la anulación del vuelo 68, así como de otros vuelos dirigidos al aeropuerto internacional de Los Ángeles, previendo que se apuntaba a más de un vuelo.
Al mismo tiempo, otras informaciones que justificaban el nivel de alerta naranja fueron filtradas a las cadenas de información. El Washington Post informó que "tal vez existía un complot para secuestrar un avión de Air France y hacerlo estrellar en Las Vegas el día de Navidad".
Otros medios noticiosos confirmaron que "las informaciones obtenidas por las agencias de inteligencia estadounidenses eran muy, muy precisas". Al mismo tiempo, la red Fox News emitió la hipótesis de que al Qaeda "realiza una campaña de desinformación para hacernos gastar dinero, crear pánico en la población y, tal vez, probar nuestros sistemas de defensa para evaluar nuestra reacción".
No precisa agregar que esos reportajes mediáticos totalmente inventados contribuyeron a crear una atmósfera de miedo y de intimidación. En el aeropuerto de Los Ángeles se asistió a un despliegue máximo de agentes del FBI y del contraterrorismo.
Sin embargo, después de verificaciones realizadas por los servicios de inteligencia franceses, resultó que esa alerta fue una broma. Las informaciones no eran "muy, muy precisas", como lo habían sostenido los servicios de inteligencia estadounidenses.
Los seis presuntos miembros de al Qaeda eran un niño de cinco años, cuyo nombre fue confundido con un presunto terrorista tunecino, una anciana dama china propietaria de un restaurante en París, un vendedor de seguros galés y tres franceses.
El 2 de enero, el gobierno francés confirmó que las informaciones transmitidas por Washington eran erróneas. Las autoridades francesas declararon que "no había ningún indicio de al Qaeda entre los pasajeros".
Pero, en realidad, esas "incoherencias" en las informaciones de la inteligencia de EE.UU., habían sido desenmascaradas el 23 de diciembre por los servicios antiterroristas franceses, que habían cortésmente refutado las supuestas "fuentes fidedignas".
Los expertos del contraterrorismo francés se habían mostrado muy escépticos desde el comienzo. Las informaciones no fueron transmitidas por los canales habituales del FBI y de la CIA, sino por vía diplomática.
"¿Cómo es posible que en terrenos tan delicados de la inteligencia, los estadounidenses se hayan equivocado a tal punto sobre la identidad de un número tan grande de pasajeros?", confió un investigador francés al periódico Libération.
El asunto ha tenido otras repercusiones. El 2 de enero, British Airways tuvo que anular uno de sus vuelos entre Londres y Washington, sobre la base de informaciones "creíbles" de los servicios de inteligencia estadounidense y británico. El día de año nuevo, el vuelo BA 223 de British Airways fue escoltado por aviones F-16 estadounidenses hasta el aeropuerto Dulles, donde agentes del FBI invadieron el avión en cuanto aterrizó.
Al mismo tiempo, la oficina de la presidencia mexicana publicó un comunicado declarando que "informaciones provenientes de los servicios de inteligencia estadounidenses que provocaron la anulación de dos vuelos de Aeroméxico eran "poco convincentes".
La decisión de anular seis vuelos de Air France fue tomada después de dos días de negociaciones entre Francia y Estados Unidos. Si las informaciones hubiesen sido creíbles, Air France hubiera tomado de inmediato la iniciativa de anular los vuelos. Pero no es lo que ocurrió.
Los vuelos fueron anulados por orden del primer ministro francés después de consultar al secretario de estado Colin Powell. Esta decisión fue adoptada sólo una vez completada la investigación francesa, la que demostró que las informaciones no tenían fundamento.
A pesar de esta refutación, el secretario de seguridad interior, Tom Ridge, insistió para que se mantuviera la orden de mantener los aviones en tierra. Si Air France no hubiese cedido, sus aviones no habrían podido utilizar el espacio aéreo estadounidense.
Sobra agregar que si los vuelos no hubiesen sido anulados, la administración estadounidense no hubiera tenido ninguna justificación para mantener el nivel de alerta naranja.
Recién el 2 de enero las autoridades estadounidenses admitieron que se habían equivocado, proclamando que fue un inevitable "error de identidad". Sin embargo, el Departamento de Seguridad Interior reafirmó que "las anulaciones se basan en informaciones fidedignas".
¿Es incompetencia o una maniobra deliberada? En todo caso, se impone una investigación pública sobre el trabajo del Departamento de Seguridad Interior. Desinformar para crear una atmósfera de temor e intimidación no es sólo un acto criminal, sino también un acto de traición, que emana de las más altas esferas del Estado.
3 de febrero de 2004